miércoles, 16 de febrero de 2011

Diario de El Paso: La Jueza Cardone

Tomado de CubaDebate: Las razones de Cuba.
http://www.cubadebate.cu/noticias/2011/02/15/diario-de-el-paso-la-jueza-cardone/

Por José Pertierra:

El Paso, Texas. La Jueza Kathleen Cardone postergó el caso de Luis Posada Carriles en El Paso hasta el próximo martes, 22 de febrero de 2011, a las 8:30 de la mañana. El abogado defensor, Arturo Hernández, había pedido el jueves pasado que la jueza desestimara los cargos contra su cliente que tienen que ver con sus declaraciones falsas sobre las bombas que estallaron en La Habana en 1997.

La jueza había postergado el juicio hasta esta mañana, cuando se suponía iba a anunciar su decisión sobre esa petición de la defensa, pero sorprendió a todos al decidir simplemente imponer una nueva prórroga de siete días para poder “deliberar con calma”, dijo la jueza.

GOOD MORNING

Tanto la defensa como los fiscales se reunieron ayer a puertas cerradas con la Jueza Cardone. Esta jueza acostumbra a tener muchas reuniones de esa índole, e incluso tenerlas ex parte: es decir, reunirse primero con la defensa y después con los fiscales (o viceversa). No es una costumbre común durante un litigio penal.

La audiencia de hoy duró menos de diez minutos. La jueza entró a la sala judicial con cara de consternación. Después de un seco good morning, preguntó: “¿Listos para el jurado?” Nadie le dijo que no. Lo lógico hubiera sido que uno de los abogados preguntara por su decisión sobre la pendiente petición del abogado de Posada Carriles para anular el caso. Sin embargo, tanto los abogados como los fiscales se quedaron impávidos. Como si estábamos todos leyendo una crónica de una decisión anunciada.

Los integrantes del jurado desfilaron lentamente hacia sus asientos. Cuando ya estaban todos acomodados, la Jueza Cardone les dijo: “Aún tengo algunos asuntos legales que resolver”. Les pidió disculpas por el retraso y les dijo que estaba postergando el proceso hasta el martes 22 de febrero. Recordó que ellos no podían leer o escuchar noticias sobre el caso o hacer investigaciones en la Internet sobre este. Con esas palabras, los despidió con una sonrisa forzada.

Al salir el jurado de la sala, la Jueza se paró y, sin mirarle las caras a los que estaban presentes, abrió la puerta hacia su despacho y se esfumó del escenario.

LOS CABLES DEL FBI

La disyuntiva sobrevino tras las objeciones del abogado de Luis Posada Carriles. Arturo Hernández alegó que la fiscalía no compartió con la defensa dos cables desclasificados del FBI que supuestamente exculpan a Posada Carriles. Uno, fechado el 24 de septiembre de 1997, informa que una fuente de esa agencia estadounidense dijo que el que dirigió la campaña de bombas en La Habana había sido Fidel Castro. En su moción, el abogado Hernández se refiere al Comandante Fidel Castro como “el entonces dictador absoluto de Cuba”.

El propósito de ese supuesto plan del gobierno cubano, dijo Hernández, fue para distraer al público de la visita del Papa ese año. El abogado de Posada Carriles acusa a la fiscalía de no haber compartido ese informe con él hasta hace pocas semanas, cosa que -dice él- ha resultado en que no ha tenido tiempo para citar al autor del documento o a la fuente que le brindó esa información para que vengan a El Paso a testificar.

La fiscalía respondió ayer a esos argumentos. En un escrito que presentó al tribunal, descartó la credibilidad de la fuente que le brindó esa información al FBI, porque “el gobierno de los Estados Unidos conversó con el agente del FBI que escribió el documento del 25 de septiembre de 1997, quien dijo que había redactado ese informe sobre unas declaraciones hechas por una fuente mal informada que estaba prejuiciada contra Cuba”.

La fiscalía añadió que su agente “concluyó después de una investigación exhaustiva que el gobierno cubano no estaba involucrado en algún plan para detonar bombas en La Habana”.

El defensor de Posada Carriles también alega que existe otro informe del FBÏ que es muy pertinente al caso y que la fiscalía tampoco compartió con él a tiempo. Se trata de un documento fechado en el 18 de noviembre de 2004 en el que -según lo resume Arturo Hernández- se demuestra que el “régimen de Castro había desplegado una conspiración para asesinar a (Luis Posada Carriles) en el 2004″.

Eso demuestra, dice él, que existe un “gran prejuicio contra (Posada Carriles) proveniente del régimen de Castro”. La fiscalía descartó ese informe del FBI como una simple conjetura de la fuente, y cita un tercer informe del FBI fechado el 11 de mayo de 1999 que dice que el gobierno de Guatemala -no al de Cuba- organizó el atentado que le hicieron a Posada Carriles en la década de los 80.

Los fiscales caracterizan los tres informes del FBI como “conjeturas que son poco fiables y que carecen de fundamento”. Consecuentemente, dijo la fiscalía en su respuesta al abogado de Posada Carriles, los informes no son pertinentes al caso.

LAS QUEJAS DE POSADA CARRILES SOBRE EL INSPECTOR CUBANO

Otras de las quejas que tiene el abogado defensor de Posada Carriles es que el inspector cubano que testificó el miércoles pasado, Roberto Hernández Caballero, posiblemente haya sido alguien que trabaja en asuntos relacionados con la contrainteligencia de Cuba. Aún no sabemos si eso es cierto, porque nadie le ha preguntado al testigo.

“La premisa de la defensa está basada en el falso argumento de que los campos de la investigación criminal y de la contrainteligencia son contradictorios”, dijeron los fiscales en su respuesta a esa queja. Añaden que “de hecho, en los Estados Unidos, el FBI está encargado de investigar asuntos de la contrainteligencia. Es probable que un gobierno extranjero pudiese también asignar responsabilidades de la contrainteligencia a su FBI”.

¿JUICIO O SAINETE?

La Jueza Cardone dijo que la semana que viene tomará una decisión sobre la moción presentada por la defensa para desestimar los cargos relacionados con las bombas que estallaron en La Habana en 1997. Si los desestima, los testigos cubanos no testificarían. Solamente quedarían los cargos que tienen que ver con la respuesta a si Posada Carriles mintió o no sobre la manera que entró ilegalmente al país: si vino en un bote o en una camioneta.

El caso se convertiría en un simple sainete judicial.

LA CARDONE
La Jueza Kathleen Cardone.
El caso está ahora en las manos de la jueza Kathleen Cardone. Ella nació en 1953 en New York. Se graduó de la facultad de derecho de St. Mary´s University en San Antonio, Texas en 1979, e inmediatamente comenzó a ejercer su carrera.

Los jueces estatales en Texas son electos, salvo si existe una vacante judicial. En el año 1995, surgió una vacante para el Distrito Judicial 383 del estado de Texas, y el entonces Gobernador George W. Bush nombró a Kathleen Cardone para el puesto. Duró poco tiempo, porque tuvo que someterse a una elección el año siguiente y la perdió.

El Gobernador Bush, sin embargo, no se dio por vencido. En 1999 surgió otra vacante en otro distrito judicial, el 388, del estado de Texas. El Gobernador no titubeó. Nombró otra vez a Cardone como suplente. Ella había estado trabajando como abogada e instructora en un colegio comunitario. También daba clases de ejercicios aeróbicos. Su alegría por el nombramiento no duró mucho. El año siguiente volvió a perder una elección.

Quizás porque estaba tan agradecida que George W. Bush le tuviera tanta confianza, en el año 2000 Kathleen Cardone donó $500 para la campaña presidencial del aspirante republicano. Su candidato preferido asumió la presidencia de los Estados Unidos el año siguiente, y el 1ro de mayo de 2003 el Presidente George W. Bush nombró a Cardone para el puesto de juez federal en El Paso. Esos puestos son vitalicios. La Jueza Cardone no tiene que preocuparse más de perder una elección.

En un artículo que publicó el Houston Chronicle en el año 2004 sobre los jueces en Texas que han perdido elecciones estatales pero que después reciben un nombramiento vitalicio para una judicatura federal —y que menciona a la Jueza Cardone entre ellos— aparece una cita de un profesor de la Universidad de Houston. “Los puestos de jueces van a las personas que han servido al partido de alguna manera”, dijo Robert Carp. “No es raro que alguien que es nombrado para una judicatura federal tenga algunos lazos político”, concluyó.

Escasamente cuatro años después de ser nombrada jueza federal por el Presidente George W. Bush, le tocó a la Jueza Cardone presidir el caso de Luis Posada Carriles. El 8 de mayo de 2007 (menos de cinco meses después del inicio del caso), la Jueza Cardone lo desestimó porque concluyó que el gobierno había engañado y atrapado a Posada Carriles–y que lo había estimulado para que hiciera declaraciones falsas con el propósito de posteriormente acusarlo de perjurio. La Jueza Cardone fue tajante en su decisión. Terminó su dictamen con estas palabras: “Las tácticas del gobierno en este caso son tan groseramente chocantes y tan indignantes que violan el sentido universal de justicia. En consecuencia, este Tribunal no le queda otra opción que desestimar la acusación”.

El Tribunal de Apelaciones para el Quinto Circuito cuya jurisdicción incluye el tribunal federal de El Paso revisó el récord y la decisión de la Jueza Cardone. Concluyó que la Jueza Cardone se había equivocado al anular el caso. “Que simplemente no hay fundamento para sus concusiones”, dijo el tribunal en el curso de una decisión de 35 páginas el 14 de agosto de 2008.

DOS PREGUNTAS

Por eso el caso le regresó a la Jueza Cardone ese mismo año, y ella sigue presidiendo el proceso. Sin embargo, ya ella anuló este caso anteriormente. ¿Estará predispuesta para hacer lo mismo ahora?

Si desestima los cargos nuevamente, la Jueza Cardone tendría que asegurarse que el tribunal de apelaciones no le reverse su decisión con otra crítica sobre los errores judiciales que cometió. Necesitaría buscar algún fundamento legal sólido. ¿Será por eso que necesita más tiempo para deliberar?

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