domingo, 29 de marzo de 2020

La solidaridad no es caridad


Por Gustavo de la Torre Morales


Tanto se denigran los valores en el capitalismo, que igualmente se devalúan los vocablos hasta convertirlos en una verdadera aberración.

El capitalismo no busca la valoración de la vida humana, sino que sigue dándole más credibilidad a la valoración del capital: tanto tienes, tanto eres, tanto puedes.

La tasación es un principio arraigado en la esencia de los sistemas de explotación. El desprecio marca el individualismo, el egoísmo, la competencia desmesurada, las discriminación y, por ende, la discriminación.

La tergiversación de las acepciones se vuelve una estrategia dentro del sistema: confundir emulación con competencia, amistad con interés, lealtad con entreguismo, o solidaridad con caridad.

Tiene que vivirse tiempos convulsos para poder desenmascarar las farsas. Por ejemplo, ahora con la pandemia del coronavirus se dice que no estrechar la mano es un acto de solidaridad. Eso es totalmente ¡FALSO!


Estamos conscientes que para establecer normas de seguridad, una de las medidas recurrentes es la de sostener poco contacto físico; pero eso no es "solidaridad"; sino "RESPONSABILIDAD".

Solidaridad es aportar, brindar, compartir lo que tenemos, para darle a otros la posibilidad de gozar de derechos universales, de salvar vidas, de valorar a los seres humanos por igual_ sin discriminaciones de ningún tipo.

Como expresó el periodista y escritor uruguayo, Eduardo Galeano: “La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo”.

Hoy en día quieren nuevamente disfrazar las carencias del capitalismo del llamado primer mundo de la Unión Europea; porque para acumular tanta riqueza (producto de siglos de extractivismo y expolio en otros continentes), después de tanta industrialización y tecnología de punta y después de tanto robo de cerebros, en lo único que no se ha desarrollado es en el respeto de los derechos humanos: cientos de miles abandonados a su suerte, sobreviviendo con políticas de recortes, con leyes que amparan las grandes fortunas y simplemente se aprovechan de las carencias de la mayoría; un sistema que favorece la privatización por encima de la socialización.

Por eso, cuando en la prensa vea un anuncio, donde le señale como "solidaridad" el negar estrechar una mano; piense que lo único que le están "enseñando" a usted y sus hij@s, es la individualización.

No digo a nadie que se niegue a tomar esa medida de seguridad; pero no la ejecute por manchar la solidaridad; llévela a cabo en nombre de la responsabilidad social que usted también debe cumplir.


Desde el Estado español, se está proponiendo por una parte del gobierno el establecer un “impuesto de solidaridad temporal” a las grandes rentas o grandes patrimonios, con el cual hacer frente a las consecuencias sociales y económicas de la crisis del coronavirus "sin dejar a nadie atrás".

¿Un impuesto de solidaridad y además temporal? ¿Han sido las grandes fortunas solidarias alguna vez? ¿Es solidaridad imponer impuestos? ¿Es esa la manera de enmascarar la falsedad de la caridad? En el capitalismo no hay solidaridad, y de haberla, solo la practica la clase trabajadora, no las grandes fortunas. Solo el pueblo salva al pueblo.


El Estado es el que debe ejercer su responsabilidad y ésta consiste en que el desarrollo no se ampare en el robo, el abuso, el despojo de derechos.

Responsabilidad es no dejar a nadie desamparado, no dejar nadie a su suerte, que se atiendan a cada persona por igual, sin importar edad, sexo, raza, creencia religiosa, fortuna o identificación sexual.

Solidaridad es lo que hace Cuba, tierra sin grandes recursos económicos; pero donde se forjan el mejor recurso: el ser humano.

Desde allí salen brigadas de médicos, técnicos, especialistas, profesionales sanitarios, que se alistan voluntariamente para ir a cualquier rincón del planeta. Mujeres y hombres que viajan sin importar cuán distante deban ir y sin pedir nada a cambio, que no sea el cumplimiento de su deber internacionalista.

Cuba pone todos sus recursos para atender al pueblo y, además, comparte lo que tiene para salvar a la humanidad.

Cuba ha cumplido misiones internacionalistas en 164 países, con más de 400 mil profesionales de la Salud han sido consecuentes con ese principio que inculcó la Revolución: prestar el servicio allí donde lo necesiten.

Cuando el 17 de octubre de 1962 Fidel, en el acto de inauguración del Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón, dio a conocer la ayuda que se le brindaría a Argelia, expresó: (…) estoy seguro de que no faltarán voluntarios (…) Hoy podemos enviar solo 50, pero dentro de 8 o 10 años, quién sabe cuántos, y estaremos ayudando a nuestros hermanos (…) porque la Revolución tiene el derecho de recoger los frutos que ha sembrado. (…)”

Desde entonces, 1 869 645 176 de personas han sido atendidas, de las cuales, sin las y los profesionales de Cuba, 6 548 934 personas hubieran perdido la vida, y para más premio, en las manos cubanas han nacido 3 939 211 bebes.


Este acto de solidaridad no es sólo una actitud del pueblo, también de sus dirigentes. No podemos olvidar cuando Fidel Castro, al conocer la catástrofe del terremoto en Perú, en mayo de 1970, muy a pesar de que Cuba no tenía relaciones diplomáticas con ese país, no dudó en ir a donar sangre para los damnificados del terremoto. Como respuesta, 150 mil cubanas y cubanos le siguieron en esa solidaria acción. El personal médico cubano viajó a Perú e instaló 5 hospitales de campaña para prestar servicios sanitarios.

Son muchos los ejemplos que se pudieran citar: la campaña contra el Ébola en África, operación Milagro con operaciones de cataratas en América Latina, entre tantas otras.

Cuba, muy a pesar de tener que afrontar una criminal política de agresiones de EEUU, incluyendo ilegal y genocida bloqueo económico, y las campañas mediáticas de mentiras y engaños sobre la realidad cubana, ese digno pueblo del caimán del Caribe sigue dando muestras del valor que le brinda a salvar vidas humanas, de sembrar la paz.

Hoy Cuba tiene médicos en 38 países afectados por el coronavirus y pone a disposición de los necesitados el medicamento Interferón Alfa 2B. Sin embargo, el gobierno de EEUU mantiene su política de agresiones, de presiones a otros países para que no adquieran el medicamento cubano, el cual fue usado en China y, junto a otros medicamentos, dio resultados eficientes.

Cuba cumple su responsabilidad con la humanidad al brindar lo que tiene, poniendo en práctica un valor tan necesario y solicitado por los pueblos: SOLIDARIDAD.

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