Por José Ernesto Nováez Guerrero.
Pocos países están tan presentes en la agenda mediática internacional como Cuba. La isla es objeto de un escrutinio permanente, en el cual se magnifican hasta el absurdo los innumerables problemas y retos de la cotidianeidad del país, mientras se invisibilizan las verdaderas razones de esta situación, principalmente el Bloqueo norteamericano, y los logros del país en importantes áreas que inciden directamente en la calidad de vida de sus ciudadanos.
Este acoso mediático por parte de los grandes medios internacionales y un ecosistema de medios de “oposición” especialmente creados para incidir en los estados de opinión de la comunidad cubana en el exterior y los residentes en la isla, busca generar una situación de descontento masivo que pueda ser aprovechable en beneficio de una agenda de cambio de régimen al servicio de los intereses norteamericanos en la isla.
El ecosistema mediático contra Cuba
En marzo de 2024 el gobierno norteamericano aprobó una suma adicional por más de 50 millones de dólares para campañas subversivas en contra de Cuba. Según informó la oficina del congresista Mario Díaz-Balart, conocido operador anticubano en la política norteamericana, la normativa contempla 25 millones de dólares para los programas de “promoción de la democracia en Cuba”. Otros 25 millones de dólares fueron asignados para sostener el trabajo de las infames Radio y TV Martí.
En el mes de abril de este mismo año, la Embajada de Estados Unidos en La Habana, por su parte, hizo público la creación de un nuevo fondo para financiar contenidos mediáticos sobre “problemáticas desafiantes” en la isla. El fondo, denominado Acelérate, cuenta con un financiamiento de unos 68 mil 800 dólares.
Estos son solo algunos números que ilustran los niveles de financiamiento destinado por el gobierno norteamericano, a través de sus diversas agencias, para promover la creación de un ecosistema mediático específico para Cuba, subordinado a los intereses de la política exterior de Estados Unidos y pensado como cajas de resonancia que dupliquen y generen contenidos, fundamentalmente negativos, sobre Cuba. El objetivo es un efecto de saturación que genere una percepción alterada sobre el país y su realidad.
Algunos cálculos conservadores estiman en más de 500 millones de dólares la cifra que Estados Unidos ha destinado a crear este ecosistema de medios contra Cuba. De ese dinero se han nutrido y se nutren todavía hoy. Estas cifras desmientan el discurso de un supuesto periodismo “independiente” y ponen en evidencia su verdadera naturaleza: medios al servicio de la propaganda norteamericana contra Cuba.
Dicho ecosistema está pensado para cubrir diferentes áreas de la sociedad cubana, focalizados en ocasiones en grupos específicos. Así, medios como CiberCuba, ADN Cuba, Cubita Now, Cubanos por el Mundo, se enfocan en un público general, con titulares sensacionalistas y bulos. Son medios para los cuáles no interesan nociones como la objetividad periodística o la verdad, sino generar tráfico a cualquier precio.
Otros medios, como Hypermedia Magazine, La Joven Cuba, El Estornudo o Periodismo de Barrio apuntan a un público diana más específico. Su lector objetivo es alguien con un nivel educativo alto, perteneciente al campo de la cultura o amante de esta, activista, etc. El objetivo fundamental es crear estados de opinión sobre el deterioro cultural en el país, la impunidad contra la violencia a las mujeres o los animales, retratos de la pobreza y el abandono, etc. Los cuáles, sin dejar de ser problemáticas reales, siempre se magnifican y se presentan desde la peculiar óptica de ser fenómenos únicos de Cuba que evidencian el fallo del sistema político cubano.
Otro medio que resulta útil mencionar, por vincularse a una estrategia que no es nueva en la región, es El Toque. Ese medio lleva adelante desde hace un tiempo un servicio informativo del cambio de las divisas en el mercado informal que cumple la misma función que Dólar Today en Venezuela y Dólar Blue en Argentina, generar dinámicas inflacionarias que deterioran rápidamente el poder adquisitivo de las monedas locales.
Algunas estrategias mediáticas contra Cuba
Este ecosistema apela sistemáticamente a un repertorio de estrategias muy similares a las desarrolladas en los años de la Guerra Fría en contra de la Unión Soviética. Sin ánimo de agotarlas, mencionaremos algunas de las más recurrentes.
El uso sistemático de la mentira. Para muchos de estos medios importa más promover Fake News que análisis objetivos. Por eso apelan constantemente a narrativas falsas o falseadas, con pocas o ninguna fuente y muchas veces usando supuestas fuentes anónimas cuya veracidad resulta imposible de demostrar.
El asesinato simbólico de los dirigentes políticos del país, así como de sus familiares y cualquiera que sostenga un discurso contrario al que defienden. Para esto se auxilian no solo de sus plataformas, radicadas todas en los Estados Unidos, España, etc, sino también de numerosos bots y troles que acosan a las personas, publican fotos suyas reales o generadas por IA, memes y cualquier contenido en general que pueda servir para la campaña de descrédito.
Negación o desconocimiento del Bloqueo norteamericano contra Cuba. Por lo general estos medios, cuando tocan el tema, hablan de embargo y minimizan o niegan de plano que tenga ningún impacto sobre la economía y la sociedad de la isla.
Generación de matrices y narrativas que refuercen la intención implícita de presentar a la Cuba de hoy como un estado fallido. Esta estrategia apunta también a sembrar en la conciencia de la gente la percepción de la isla como el peor país posible para vivir, con lo cual se pretende erosionar la voluntad popular de continuidad del proceso. También buscan colocar la idea de un aumento desmedido de la violencia y la represión en el país, de una mayor impunidad de los criminales y de una incapacidad total del Estado para garantizar incluso aquellos servicios más básicos.
Constante comparación entre una Cuba pre 1959 idealizada y la Cuba construida en 65 años de Revolución, desconociendo los innegables avances realizados por el país en la etapa.
El proyecto que subyace detrás de estos medios y sus agendas es un proyecto esencialmente anexionista, básicamente de retorno al pasado de total dependencia política y económica hacia los Estados Unidos. Sin desconocer los problemas reales que tiene el país y la responsabilidad de los propios errores, es importante también conocer esta estrategia de falseo de la realidad de un pueblo y una nación, hostigado como pocos en la historia reciente de la humanidad, pero que no renuncia a su alegría y a la búsqueda de un futuro mejor, contenido en la sentencia martiana de “Con todos y para el bien de todos”.
(*) José Ernesto Nováez Guerrero, Escritor y periodista cubano. Miembro de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Coordinador del capítulo cubano de la Red en Defensa de la Humanidad (REDH)
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