viernes, 13 de noviembre de 2009

Una trágica historia del siglo XXI en el “Paso de Bomholmer”.



Según los férreos amantes de la economía de mercado, en los inicios del siglo XX un feroz y terrible enemigo en el corazón de Europa puso en peligro la existencia de la humanidad en la región y desde el norte americano vieron el futuro peligro a su angelical nación norteamericana: el “régimen comunista” que imperó dentro del bloque de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

Ese “régimen” había impuesto en 1951 un meridiano de concreto dentro de Alemania, dividiendo al país como las lascas de un pastel, frenando el desarrollo del pujante capitalismo norteamericano, cual ejército “valiente” había ¿luchado tenazmente? contra el nazi-fascismo y “sólo” buscaba, junto a sus aliados (Francia e Inglaterra), instaurar un sistema social ¿justo para la humanidad entera?

¡Qué insulto a la historia!

Como se muestra en la foto de arriba a la izquierda (AFP/Leon Neal), en el Paso de Bomholmer se efectuó una modesta congregación (encabezada por la canciller alemana Ángela Merkel, el polaco Lech Walesa y el ex-dirigente soviético Mijail Gorbachov entre otros, donde festejaron el derrumbe de esa maciza pared divisoria de hace 20 años, el 9 de noviembre de 1989.

Con un discurso inescrupulosamente engañadizo y descaradamente falso, la dirigente alemana (A. Merkel) fustigó ofensivamente al otrora campo socialista que abarcó hasta la extinta República Democrática Alemana.

La ignorancia hace esclava a la humanidad; porque fácilmente se le mueve como un rebaño hacia lo estéril y el olvido de la historia tiene nefastas consecuencias en el futuro, principalmente para las nuevas generaciones.

¿De dónde nació el nazi-fascismo?

El fascismo tuvo su cuna en la Europa de la época de entreguerras (1918-1935) e Italia inaugura el modelo y acuñó el término, donde su principal ejecutante fue Benito Amilcare Andrea Mussolini; quien estableció un régimen de extremo nacionalismo y absoluto dominio militar combinado con la estricta censura, la propaganda y la lucha recia contra el comunismo. Este emblemático personaje de poder totalitario tuvo sus lazos estrechos con Adolf Hitler, quien desarrolló la otra gemela de la ideología europea con praxis discriminatoria y barbárica: el Nazismo.

Éste último término ideológico, con su tronco principal en la misma Alemania, se comienza a consolidar con el protagonismo que alcanza Adolf Hitler una vez adquiere su primer ascenso como canciller del país y que después, junto con el apoyo católico, impuso la “Ley Habilitante”, la cual le concebía el poder de totales decisiones sin cuestionamientos, hasta que finalmente reúne todo el poder en sí.

Es imposible olvidar que Hitler aplicó la represión contra un amplio espectro de ciudadanos: judíos (definidos como enemigos de la nación), comunistas, testigos de Jehová, homosexuales y todo aquello que se opusiera a la estrecha definición nazi de la "nación". La represión la llevaron adelante prioritariamente la SS, fuerzas paramilitares creadas en 1925 y fortalecidas por el régimen, y la Gestapo, policía secreta nazi que respondía a las SS, y que contaba con una densa red de espías y delatores. El terror se ejercía de forma directa: por medio de la censura, las agresiones físicas, los arrestos y las detenciones en campos de trabajo. (1)

¿Alguna similitud con la España Nacional de Francisco Franco (1936-1975)?

¿Pero quién frenó verdaderamente al nazi-fascismo?

Cuando hoy en día se congratulan a las fuerzas aliadas de los Estados Unidos con otros países de Europa, por haber “liberado” a la Alemania Occidental del nazi-fascismo “y también del terrible comunismo”; se debe saber que sólo las tropas soviéticas (con el costo de más de 20 millones de vidas humanas) fueron las que pusieron fin al sanguinario ejército de Adolf Hitler y dio la libertad a millones de supervivientes que se encontraban confinados bajo cruentas torturas de todo tipo en los campos de concentración que crearon las hordas hitlerianas a su paso.

El gobierno de los Estados Unidos hasta el momento se había mantenido distante, calculador y sopesando cualquier alternativa durante el desenvolvimiento del conflicto europeo. Una vez se dio cuenta de lo que se avecinaba con el indetenible avance de las tropas soviéticas (la posible y segura creación de un fuerte bloque oponente), entonces interfirió por el lado opuesto de la región, pero sin penetrar tanto por el espanto creado a la mera situación de enfrentarse al frío.

Al mismo tiempo, para las desgastadas tropas libertadoras rusas, era imposible seguir el conflicto contra un poderoso y fresco oponente; lo cual conllevó a la división de Alemania en dos países con sistemas político-económicos diferentes por completo: por un lado la República Federal Alemana se acogió a la propuesta capitalista del norte americano y sus aliados y por otro la República Democrática Alemana como otro miembro más del nuevo sistema regido por la filosofía marxista-leninista en la construcción del comunismo como sociedad justa, emancipadora de las masas proletarias y campesinas.

El muro de Berlín fue una respuesta del momento histórico para establecer una segura frontera, aunque no dejó de ser una drástica opción del contexto que afectó de muchas maneras a miles de familias y coterráneos que quedaron separados por una larga pared de más de dos metros de altura.

Aún así, la guerra no había acabado; sino que continuaba con la nueva faceta de la misma: la llamada “Guerra Fría”; metamorfosis para la época de aparente paz, sin que medie el conflicto armado; sino la intriga, el engaño, el complot y el espionaje de todo tipo, lo cual ayudara a presentar públicamente algún fracaso en cualquier campo del desarrollo del sistema socialista. Pero también se inclinaron por la penetración ideológica y el resquebrajamiento de los valores en las sociedades del nuevo bloque.

Los monopolios capitalistas de la información jugaron un importante papel dentro de la estrategia imperialista, socavando con la exacerbación de oportunistas críticas a los existentes desaciertos de dirección de los diferentes países del campo socialista y también opacando hasta llegar a la mudez sobre todos los muchos aciertos que se lograron.

En este eufórico y triunfalista acto de la Alemania capitalista en el Paso de Bomholmer, participaron también el ex-presidente de Estados Unidos George Bush (padre), promotor férreo de invasiones, muertes y amenazas a medio mundo.

Hoy, la jauría se ríe de la incultura política-económica de gran parte del mundo, de los errores de los ex-dirigentes socialistas del campo europeo, del desconocimiento que nubló a las masas populares del área durante tantos años, de la fétida traición de otros (como el ex-presidente Mijail Gorbachov, quien después se dedicó a cobrar 3000 dólares por conferencias sobre cómo derrocar el socialismo) y por último la esencia del gran logro de la manada: la implementación de políticas neoliberales, con la plena satisfacción de ahogar en penurias económicas y sociales al derrumbado campo socialista (incluyendo a la RDA).

A pesar de la unificación Alemana, el muro aún se mantiene erigido y se extiende por la mentalidad y el proceder del gobierno. La Alemania occidental sigue gozando de mejoras mientras que la antigua RDA se mantiene esperando la prosperidad prometida, se han dejado perder sus industrias; así como las diferencias crecen entre los salarios de ambas partes y las condiciones de viviendas.

Hoy en ese país gobierna una coalición de partidos (Partido Demócrata Cristiano-Partido Liberal) formando uno de grandes empresarios, los cuales no ofrecen esperanzas a la clase obrera.

Muchos se lamentan el haber perdido tanto y no haber redireccionado el camino a medida que avanzaba el tiempo, añoran los beneficios que gozaban del anterior sistema y sufren estar plegados hoy a un sistema lleno de desigualdades, el cual impone diferencias hasta en las tasas de desocupación por región: en el Este el 18,4% y en el Oeste el 9,6%.

Más que un festejo en el Paso de Bomholmer por los 20 años de la caída del muro de Berlín, ha sido más bien una trágica historia en el siglo XXI.

Pero los golpes enseñan y se hace necesario ganar mayor consciencia de cuáles son los verdaderos muros que hay que derribar en nuestro mundo actual:

1. El muro que separa la frontera entre los Estados Unidos con México (donde mueren diariamente emigrantes intentando pasar las fronteras para “cumplir ese sueño americano” de ¿prosperidad?),

2. El muro que impone Israel a Palestina con el abuso extremo sobre su población,

3. El muro económico que impone injusta, ilegal y criminalmente Estados Unidos a Cuba por medio siglo.

4. El muro ideológico imperialista contra los pueblos que buscan independencia política y económica;

5. El muro informativo y jurídico que se erige con las falsas acusaciones contra cinco patriotas cubanos encarcelados injustamente en cárceles de los Estados Unidos, cuando ellos simplemente lucharon contra el terrorismo desplegado contra Cuba desde ese país.

6. El muro que se crea con la explotación, con la diferenciación entre los cientos de ricos frente a los millones de pobres.

7. Por último, pero no deja de ser importante, es hora que se derrumben los muros que crean las invasiones militares y las aspiraciones de implantación de bases militares en suelo de la América del Sur para seguir llevando la guerra y la discordia a pueblos hermanos, como los de Venezuela y Colombia.

(1)- http://es.wikipedia.org/wiki/Nazismo: De canciller a Führer del III Reich.

1 comentario:

  1. A traves del blog "Islamia", he encontrado tu antorcha encendida que en esta ocasión arroja luz sobre la historia reciente de Europa.
    Tienes un buen blog, al que desde ahora voy a seguir. Permiteme que de paso te recomiende el blog "Bitácora de un nicaraguense" que también es seguidor de Nerelys.
    Siempre desee conocer Cuba y la última semana de este año la pasaré allí.
    Un cordial saludo.

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