Por Percy Francisco Alvarado Godoy.
Odio, realmente, ser alarmista,
pero quien conoce la actividad de la CIA, su carencia de escrúpulos, su
participación en magnicidios a lo largo de la historia, su injerencia mediante
guerras sucias por todo el mundo, truculentas conspiraciones, incluso dentro de
su propio territorio; así como macabros experimentos contra sus propios
conciudadanos y otros maliciosos avatares, no puede menos que desconfiar
siempre.
Para nadie resulta un engaño que,
en Venezuela, Chávez será reelecto presidente y la continuidad de la Revolución
Bolivariana debe ser impedida a toda costa. ¿Mostrará Estados Unidos, acaso,
vacilación ante la profundización del proceso socialista venezolano?
Evidentemente, no. ¿Tendrá reparos aquel a quien muchos dedos apuntan como el
real culpable de los nefastos hechos del Word Trade Center, en Nueva York, para
realizar acciones terroristas en gran escala contra Venezuela? Claro que
no.
Por mi parte, me dedico a
estudiar vulnerabilidades y posibles objetivos de la CIA; distinguir dentro del
enorme flujo informativo en red y mediante otras fuentes, los indicios de lo que
puede estar sucediendo tras bambalinas. Particularmente, tengo plena conciencia
de que la CIA maneja varias opciones desestabilizadoras en estos momentos, como
agresiones provenientes desde el exterior hasta hechos terroristas como los que
está promoviendo actualmente en Siria. Impedir la victoria de Chávez y castigar
al pueblo venezolano es uno de los asuntos neurálgicos para el poderoso vecino
del Norte. Así, de esta forma, he evaluado ciertos indicios que me llevan a la
conclusión de que la CIA planea, al igual que la introducción de grupos
militares de alta versatilidad y eficacia por la frontera colombiana, para
llevar a cabo una limpieza de altos dirigentes bolivarianos, el desarrollar un
atentado en gran escala contra Venezuela. Crear caos, miedo, desestabilización
social, inconstitucionalidad, agresiones armadas, etc., son parte de los
actuales protocolos de la Agencia.
La CIA
ha apresurado a sus Oficinas de inteligencia y Análisis para buscar planes que
resulten efectivos para impedir el triunfo electoral de Chávez en
el próximo octubre 7. Igualmente, una parte de sus agentes operativos en
Caracas se han activado para estudiar cada una de las vulnerabilidades a tener
en cuenta para ejecutar los diversos planes, aprobados ya en su cartera. En este
tinglado de conspiraciones, como señalé en un trabajo anterior, se encuentran
involucrados varios entes de la CIA, el Pentágono y el Departamento de Estado,
identificados como KUCAGE
(para acciones paramilitares y de propaganda), KUCLUB (Oficina de
comunicaciones), KUGOWN (Propaganda), KUHOOK (Logística), KUSODA
(Interrogatorios CIA), la ODACID en Caracas (representación del Departamento de
Estado) y los oficiales del United States Department of Defense
(ODEARL).
Uno de
los planes más peligrosos evaluados por los analistas es el sabotaje contra el
Metro de Caracas. Ellos tienen bien claro que, de ocurrir, crearían no solo un
ambiente de inseguridad social, antes y durante las elecciones, así como
usarían este argumento para cuestionar la eficacia del
CEOFAN, DIBISE, la GNB, la SEBIN, la
Corporación de Servicios de Vigilancia y Seguridad para instituciones públicas y
privadas (CORPOSERVICA), el
Observatorio de Nacional de Seguridad Ciudadana, la Misión de Seguridad Pública
y de otras agencias venezolanas de seguridad. Por otra parte, este ambiente
favorecería a la realización de otros planes simultáneos ya orquestados para
poner en marcha, tales como incursiones armadas por la frontera colombo
venezolana, protestas masivas de grupos de derecha, incitaciones manipuladas y
otros procedimientos subversivos. No les importaría, desde luego, el cuantioso
número de víctimas que cobren con tan criminal acción. Cuentan, como apoyatura,
a un vasto tinglado mediático que se encargará de trastrocar la verdad y
manipularla a su antojo.
¿Por qué el Metro de Caracas?
Obviamente, en determinadas horas es usado por millones de personas, con lo que
se procuraría un daño en gran escala que sirva de pretexto a sus acciones
inmediatas. Por otro lado, la explotación del hecho mismo, como fenómeno
mediático, resultaría de alta eficacia para ser usado contra
Chávez.
Como
todos conocen en Venezuela, el Metro es hoy en día la mayor forma de transporte
colectivo en Caracas, articulado a otras formas de transportación terrestre
tales como el Metro Bus, Metrocable, Metro de Los Teques, taxis, y otros medios
de transportación. Actualmente, el Metro de Caracas el emplea cuatro líneas con
44 estaciones y una extensión operativa de 54,2 kilómetros. El gobierno
Bolivariano inició el desarrollo de las líneas 5 y 6, lo que permitirá cubrir
una margen mayor de transportación de la población. Las altas densidades de
población en pleno movimiento lo hacen extremadamente
vulnerable.
Por
otro lado, existen precedentes que no deben ser echados a un lado. No es la
primera vez que se atenta contra el metro en varias ciudades del mundo y,
casualmente, en la mayoría de los casos, los terroristas han servido a la CIA en
alguna oportunidad o han recibido entrenamiento en explosivos y guerra biológica
por parte de sus oficiales.
Aún
recuerdo el atentado que se había planeado realizar en Barcelona España, en
enero de 2008, por 11 yihadistas islámicos, comprometidos alguna vez con la CIA.
Aunque se dictó fallo contra ellos el 14 de diciembre de 2009, no todo salió a
luz. Mediante ciertas sospechosas argucias, se juzgó a Mahroof Ahmed Mirza,
Mohammed Ayud Elahi Bibi, Ahmed Hafeez, Qadeer Malik, Sahib Iqbal, Mohammed
Tarik, Roshan Jamal Khan, Mehmooh Khalid, Inram Cheema, Mohamed Shoaib y Aqeel
Uhr Rehman Abassi, quienes habían recibido entrenamiento por agencias
norteamericanas, cuando actuaban cercanos a Al Qaeda. El tribunal
no vio planes concretos para imponer penas más severas.
Cuatro
años antes, tres explosiones sacudieron las cercanías de las estaciones de
Atocha, Los Pozos y Santa Eugenia. Cuatro trenes, atestados de
personas, fueron saboteados un funesto 11 de marzo de 2004. El macabro resultado
fue de 191 muertos y más de 1.500 heridos.
Un año
después, el 7 de julio de 2005, otros cuatro atentados explosivos se cometieron
contra tres vagones del metro de Londres, mientras otra se realizó contra un
autobús que circulaba en esos mismos momentos en la Plaza Tavistock. El costo
fue de 56 muertos y 700 heridos. Nuevamente Al Qaeda, socio oportuno de la CIA,
fue el responsable.
Un
atentado contra el metro de Nueva York se neutralizó en julio de 2010, al ser
capturado Abid Naseer, de 24 años y de origen paquistaní, vinculado igualmente a
Al Qaeda en Pakistán.
Tampoco el metro "Oktiabrskaia", de Minks, en Bielorrusia,
el año pasado, escapó a un atentado contra él, realizado por dos asesinos,
quienes fueron capturados. El costo fue de 12 muertos y 204
heridos.
Particular impacto tuvo el atentado contra en metro de
Tokio, el 20 de marzo de 1995, perpetrado por cinco miembros de la secta
seudorreligiosa “La Verdad Suprema”, quienes usaron un arma mortal como el gas
Sarin. El costo fue de 13 personas y más de 5.500
intoxicados.
Varios
atentados se realizaron contra el metro de Moscú desde el año 1996, colocando al
FSB ruso en una seria situación. Los mismos fueron realizados por separatistas
islámicos chechenos, quienes han tenido contactos secretos con servicios de
inteligencia occidentales. Uno de estos ataques se realizó el 29 de marzo de
2010, hasta completar la suma de ocho atentados terroristas de
este tipo. Los atentados contra el metro de Moscú, han sumado decenas de muertos
y cientos de heridos.
También hubo otro intento de atentado, esta vez contra el
metro de Washington, en octubre de 2010, que se neutralizó al ser arrestado
Farooque Ahmed, de 34 años y residente en esa ciudad y de origen pakistaní,
presuntamente vinculado a Al Qaeda.
Hace
dos meses, el 26 de abril de 2012 fueron detenidas tres personas por un sabotaje
en el metro de Madrid, el cual no tuvo grandes consecuencias, ya que se refirió
al frenado mal intencionado del metro, creando caos y confusión. Los detenidos
son dos españoles y un ecuatoriano, aparentemente vinculados al
M-15.
Otro de estos hechos tuvo lugar en Colombia,
el pasado de 14 de marzo de 2010, cuando fueron halladas
importantes medios explosivos prestos a ser detonados en el metro
de Medellín. En este caso el chivo expiatorio fueron las FARC, a partir de una
desenfrenada guerra mediática que el gobierno lanzó contra ellas,
responsabilizándolas por el macabro asunto. Las FARC nunca han acudido a este
tipo de acciones. Toso hace pensar que en montaje tenía fines electorales,
políticos, más que destructivos.
Tal ha
sido la incidencia de los atentados a los metros más importantes en el mundo,
devenida ya en una forma usual en el accionar terrorista, que los servicios
británicos están tomando fuertes medidas de seguridad para evitar uno de estos
hechos durante la realización, en esa ciudad, de los próximos Juegos Olímpicos.
Varios simulacros y otras medidas se están tomando al respecto, destacándose
"Defensa preventiva", el cual involucra a 2 500 policías, bomberos y otras
agencias gubernamentales. No es un secreto ya que cerca de 13, 500 uniformados
cubrirán la seguridad del evento.
Por
último no quiero sembrar pánico, ya que estas contingencias pueden ser manejadas
y neutralizadas con eficacia. Varias medidas pueden dar positivos resultados,
entre las que se destacan:
● Profundos
estudios de vulnerabilidad del Metros de Caracas, tanto de sus estaciones,
tramos más sensibles y recorridos, habilitándolo de medios de vigilancias como
sensores, cámaras de video, monitoreo en vivo mediante personal militar,
evitando dejar puntos ciegos y brechas de vigilancia.
● Capacitar
adecuadamente a todo el personal del Metro con este tipo de acciones, de manera
tal que sepan cómo reaccionar ante la amenaza en curso e, incluso, detectar
indicios sospechosos.
● Fortalecer e
incentivar a la responsabilidad ciudadana, alertándola a una respuesta inmediata
ante paquetes sospechosos colocados en estaciones, líneas y vagones, que
permitan actuar con celeridad.
● Mantener una férrea vigilancia
de frontera que permita detectar la introducción de explosivos y de agentes
patógenos por las mismas.
● Mantener un permanente
monitoreo sobre aquellas personas ya identificadas como potenciales terroristas,
relacionados fundamentalmente con partidos, organizaciones y otros grupúsculos
que pudieran reaccionar violentamente ante un fracaso de la MUD en las venideras
elecciones. En Venezuela, por su accionar anterior en otros eventos, se conoce
plenamente quiénes son los mismos.
Recomiendo, por último, extender
estas medidas en zonas aeroportuarias puertos y sitios de alta densidad de
viajeros y personas en un momento dado. Hay que recordar que enfrentamos a un
enemigo sin escrúpulos, frustrado y cargado de impotencia.
Confío plenamente en la capacidad
de los servicios de seguridad venezolanos para enfrentar este tipo de
amenazas.
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