martes, 10 de julio de 2018

Nicaragua:”El oposicionismo un negocio redondo”

Foto: HispanTV
Tomado de El 19 Digital

El ideal correctamente concebido es una meta, una aspiración, un prototipo proyectado en nuestra mente que nos impulsa a ir más allá del sueño para alcanzar ese estado de confort. El ideal es el activo mental más poderoso en la mente de los guerreros que dispuestos a lograr sus propósitos, para dar sentido a la vida, se imponen como vehículo, la lucha para pasar del yo quisiera al yo tengo. El ideal es una fijación noble de nuestro consciente porque quien lo tiene lo que lanza al futuro es un deseo propio o colectivo de bienestar, de mejoría y muy en el fondo de amor porque lo que uno quiere para sí, también lo quiere para los demás.

En el mismo sentido si el ideal alcanzado es la mejor ubicación para la felicidad entonces debo asumir que la maldad es su otra cara y que desde la perversión mental hay individuos que se siente muy bien, siempre y cuando ellos estén cómodos, con que los demás, en este caso la colectividad de un país, pueda estar mal porque ese ideal mal concebido que evidencian, que les suda por los poros y del que hacen gala públicamente sin ninguna vergüenza, les resulta un negocio porque para eso les pagan y dicen lo que dicen no porque esté sucediendo sino porque ese es el diseño que les dibujaron para proyectarlo.
Actualmente Nicaragua el bello y hermoso país que Dios nos creó con tantas bendiciones para hacerlo grande desde el ideal de nuestra mente y de nuestro corazón es víctima de una nueva ofensiva de la maldad para poner en la bandeja de sus enemigos sus logros y avances con la perversidad natural que tienen aquellos sirvientes nacionales que buscan cómo el amo extranjero les haga el favor de materializar lo que por ellos mismos no pueden porque son almas vacías, incapaces de sumar, de multiplicar, de salir de ese mundo de la división y de la resta que les impide proponer, dar respuestas o de tener alguna postura de condescendencia solidaria o cristiana con aquellos que la necesitan.
La maldad de la que hablo es impresionantemente perversa, tiene nombres y apellidos, tiene rostros que todos conocemos y no necesito mencionarlos específicamente porque son famosos, suenan desde hace décadas jugando a ser líderes y representantes del pueblo y desde diferentes siglas, estando un día aquí y otro día allá, al final son socios de un mismo club, de una minoría que en la cotidianidad se reduce cada vez más porque no inspiran, porque no atraen, porque hay certeza de que su veneno es tóxico y altamente letal para las esperanzas de un pueblo que no los está descubriendo y que no importa lo que digan siempre terminan ignorados y como nadie en la tierra que los vio nacer los toma en serio entonces van a Washington a romancear con los enemigos de Nicaragua para prostituirse, para venderse, para que a cambio de las maldiciones que profieren sobre su país ir a extender la mano para que les sigan financiando sus andanzas de falsos “paladines de la libertad”, de falsos “salvadores de la patria” y de falsos “demócratas”.
Yo desde la temprana edad de los 16 años, al descubrirme como un objetivo de la guardia nacional, pues en aquellos tiempos ser joven era un crimen que se pagaba con la muerte, me llené de ideales y desde la pureza de mi pubertad fui uno más de aquellos miles de muchachos que nos plantamos contra Somoza por mi libertad y por la libertad de todos y llegó el 19 de Julio y cuando las cosas no salieron como pensaba me fui a otra guerra desde el Frente Sur con Edén Pastora y después en la Resistencia Nicaragüense desde Radio Liberación y cuando regresé al país en 1989 tras de siete años de exilio vine directamente a integrarme a la UNO para llevar a la presidencia a Doña Violeta y comenzaron a pasar los años y con ellos Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños y desde este mismo “Momento” siempre hablé en aquellos tiempos en beneficio de la libertad y de la democracia y hable también en contra de sus amenazas y eso es lo mismo que exactamente hago hoy porque sigo defendiendo la democracia y sigo defendiendo la libertad y espero que por eso no me maten sino morir naturalmente satisfecho porque ninguna amenaza pudo contra lo que siempre será mi estado ideal la misma libertad y democracia que hoy vivo, gozo, abrazo y celebro.
Hoy Nicaragua a pesar de los agravantes que nos han impuesto los mercaderes de la política vive en democracia y libertad y lo vive y palpa la inmensa mayoría de sus ciudadanos, de sus campesinos y nos lo aplaudía el mundo que ubicaba a nuestro país como una aislada referencia de paz, de estabilidad, de seguridad y crecimiento, en medio de un planeta convulso violento y sangriento que no ha logrado cuajar como nosotros, hasta antes del 18 de abril, una política de diálogo y reconciliación porque Gracias a Dios, no han tenido como nosotros, ni invasiones, ni intervenciones, ni golpes de estado, ni dinastías, ni dictaduras, ni guerras como las que hemos padecido y que son precisamente el origen fundamental por el cual el ideal de los nicaragüenses de bien nos llevó a la conclusión de no ver más al pasado para dejar la politiquería a un lado e ir juntos hacia la conquista del futuro para construirlo desde el presente tomando en cuenta las lecciones de la historia que ya fue escrita con océanos de sangre, la sangre de sandinistas, de contras, de liberales, de conservadores, de social cristianos, de social demócratas, de socialistas, de comunistas.
Sin embargo, una verdad tan real como la paz y la armonía que la mayoría deseamos, es también la existencia de quienes han hecho del oposicionismo un negocio redondo que los ha llevado toda la vida a financiarse de la politiquería y de la misma manera a ser tontos útiles y lacayos nacionales de aquellos enemigos naturales que desde Washington ven a nuestro país como un mal ejemplo porque en la medida que dialogábamos, que avanzábamos y crecíamos, en la medida que el mundo se entusiasmaba con nosotros y en consecuencia les inspirábamos para que nos ayudacen, porque éramos una nación de puertas abiertas a todos los continentes, entonces en esa misma medida, los que jamás se dispusieron a cambiar, los que se quedaron atrapados en la guerra fría, los que no realizan que estamos en el 2018 y que la década de los ochenta es el pasado, nos siguen torpedeando y no importa qué hagamos siempre el oposicionismo seguirá disparándonos con mampuesta desde la mira de algunos medios de comunicación y de algunos periodistas que son la perfecta caja de resonancia de la mentira y que igual son alimentados con dólares por las agencias más conspiradores de Washington.
Nicaragua había cambiado, Nicaragua era otra y vivir en ella para desarrollarla, después de sentir en carne propia todas sus tragedias, es indudablemente un ideal cristiano y cuando yo oigo a los sirvientes nacionales y a los tontos útiles de los enemigos de nuestro país vestirse de “patriotas y paladines” me indigna porque les pagan por lo que hacen. El patriota tiene un amor infinito por su país y da la vida por la tierra que lo vio nacer a cambio de nada.
El paladín es quien se distingue por sus hazañas, por su valentía y por la nobleza de su causa, pero cuando uno de estos oposicionistas que leía en las encuestas como iba el país, lo bien que se calificaba a los gobernantes, lo satisfecho que estaban los gobernados, cómo nos miraban desde afuera, cómo nos asistía el mundo, la libertad que teníamos para expresarnos, el poder ir donde quisiéramos, lo que se comentaba de la envidiada seguridad que nos aplaudían, se molestaba, se indignaba y todo ese bienestar nacional le arrebataba el sueño y entonces todo se les trasformaba en odio y por eso mes a mes siguen yendo a determinados Organismos No gubernamentales a retirar sus salarios como paga por despotricar, por ponerle peros a todo, para facilitar a algunos sectores del imperio armas para orquestar sus siniestros planes sobre esta Nicaragua que quieren manejar como su hacienda, que quieren manipular para su propio interés, que saquear para beneficio de sus grupos, que la quieren como parte de sus dominios y eso es lo que les duele y les arde sin asimilar aun las históricas, épicas y desiguales batallas que nos llevó a expulsar al norteamericano William Walker que el imperio nos impuso como presidente y al que Zeledón y Sandino propinaron hasta la humillación extrema, una derrota lapidaria cuando osaron invadirnos.
Estos individuos de los que hablo y que repito no necesito mencionar sus nombres porque los conocemos, son los mismos de hace décadas, son fotos amarillentas arrugadas y carcomidas por el tiempo incapaces de abanderar relevos, Dios guarde surjan liderazgos nuevos, los aplastan porque los pesos y centavos son solo para ellos. Estos mercenarios son los cabecillas visibles de ese montón de siglas que hoy día tienen un nombre y mañana se reinventan con otro, pero con el mismo contenido, con el mismo discurso y lo hacen por los chorros de plata que reciben a través de algunas agencias que también están identificadas y donde también agarran mesada periodistas y comentaristas que hablan, escriben y se escuchan muy valientes, haciendo de voceros de los falsos líderes, porque tienen un colchón de estímulos desde donde disfrazan una “dignidad” que no tienen.
Muchos de estos oposicionistas dicen lo que dicen y hacen lo que hacen no para ser presidente de Nicaragua, al menos hasta hoy ninguno de ellos da muestra de capacidad para serlo, Dios nos libre de semejante barbaridad, por eso mismo están como están, pero cuando uno los escucha muy valientitos, algunos de ellos gritones ordinarios y con voces estridentes, lo hacen para alcanzar una diputación desde donde se vuelven más ácidos porque la curul les permite el protagonismo con el que sueñan y persiguen. Sin embargo, una vez que el periodo se les vence, después de haber vendido ser líderes con cojones y ovarios del tamaño de un huevo de avestruz, desaparecen porque cuando quieren volver al rol de “líderes” que les permitió alcanzar el parlamento ya hay otro u otra en su lugar que busca el mismo fin a través del partido o del gremio y entonces no tiene más que buscar qué hacer porque entonces “la calle se vuelve dura”.
Así es que el oposicionismo se volvió un negocio redondo. Hay algunos y algunas que critican a ciertos diputados que llevan hasta tres periodos repitiendo y si asumimos quiénes son entendemos que están ahí efectivamente y no por brutos, pero quienes lo dicen, con el cantadito de la denuncia, son en realidad cabecillas que han estado al frente de Organismos No gubernamentales que reciben no solo jugosos salarios, sino oficinas, vehículo, chofer, gastos de representación, caja chica para proyectarse, asistentes, constantes viajes al exterior y celulares y están desde hace años en una silla que no sueltan, pero no haciendo el trabajo por el cual se les financia desde afuera, sino haciendo politiquería a nombre de las causas de género, del medio ambiente, de la infancia o de cualquier otra índole que al final solo son una mampara.
Ese oposicionismo, gruesamente pagado por lo que dice y hace, no importa que tan falso y ridículo se quiera proyectar, sostiene que Nicaragua vive una dictadura, pero quienes los conocemos y muy bien, nombre por nombre, sabemos que son más dictadores en sus micro siglas, que los que dicen están en el poder; Dicen que no hay libertad de expresión, pero en la televisión, en la radio y en el periódico expresan cosas que son hasta irrepetibles; Dicen que no hay libertad de organizarse y en la acera donde ellos habitan hay un chorizo de siglas que no tiene fin y que ahí están manifestándose hasta delictivamente y son tantos los archipiélagos, que solo el liberalismo, que supuestamente representa la raíz de todos ellos hay 20 grupitos que no se pueden ver el uno al otro; Hablan que no hay libertad de movilización pero los anti canal, que divididos entre la zarina del queso y el jefe de los tranques, han hecho más de cien marchas sin olvidar aquellas de metro centro que fueron 64 sin que pasaran nunca de los mismos 20 de siempre lo que los llevó a suspenderlas por aburrimiento y porque se peleaban hasta a balazos entre ellos mismos.
Yo creo en una oposición seria y responsable en Nicaragua porque actualmente no existe. Estoy seguro que cuando vaya a surgir no será con la gente que ahora se arroga ese rol. Si yo estuviera equivocado y mucho de lo que el oposicionismo dice que existe, Daniel Ortega, ni Rosario Murillo, ni el FSLN, estuvieran ni estuvieran en el poder ni tampoco por tanto tiempo sostenido hubieran contado con la inmensa popularidad que las encuestas, no solo las de M&R, sino que las de CID/Gallup, Borge & Asociados y Barómetro Latinoamericano les conferían hasta antes del 18 de abril.
Esta gente en el oposicionismo no comprende o no le conviene entender que esta Nicaragua a pesar de todo es otra y que quienes hoy la gobiernan la conducen a un proceso constante y sostenido de un cambio que a pesar de la adversidad no cesará porque debemos ir hacia adelante a través del diálogo y el perfeccionamiento de la democracia y es en ese proceso donde el odio será diluido a fin de seguir andando. Estamos viviendo eventos y coyunturas que obligan a la responsabilidad de todos los que amamos la paz para no repetir la historia que hizo explotar las desigualdades sociales que nos impuso el egoísmo y que fueron el detonante que nos condujo una y otra vez a solucionar nuestras diferencias por la boca del fusil y toda esa brutalidad nos produjo un impacto dramático que todavía resentimos porque nos hizo retroceder medio siglo hacia el atraso y cambiar eso, a través del cambio de nuestra actitud, nos tomará aun un tiempo que no podemos seguir perdiendo.
El cambio, que está por ahora secuestrado en el tranque del 18 de abril, llegó a las vidas de la mayoría de los nicaragüenses como resultado de muchas crisis en la que todos, absolutamente todos tenemos responsabilidad. Frente a esta realidad tenemos que tomar decisiones que procuren el bienestar general por lo que, en vez de solo criticar, de señalar, de acusar, preguntemos mejor qué hacer por el país para que nuestra vida, la de todos, sea mejor. Creo que siempre es mejor hacer cambios en nuestras vidas por decisión propia en lugar de ser forzados a hacerlo y para llegar a ese estado debemos primero cambiar nosotros como personas.
El que opta por resistir el cambio es constructor de su propio fracaso. Muchos de estos oposicionistas dicen que son fieles a sus principios y que en consecuencia no cambian porque son de una sola pieza, pero en realidad son estatuas de sal que se quedaron viendo al pasado. Son gente que por ser anti sandinistas odian a los sandinistas y esa es la base fundamental del respeto a lo que dicen son sus principios y valores, pero comen en el mismo plato de otros que dicen son sandinistas en el MRS, con los que se abrazan y se revuelcan en la misma cama porque estos, igual que ellos, pertenecen no solo al mismo club de fatólogos donde camaradas que fueron hechores, asesinos y piñateros de la década perdida son ahora los sumos pontífices que orientan las acciones a ejecutar a cambio de la paga que reciben para que pinten a la nación con sangre.
Preservar valores y principios no es odiar eternamente a los que un día combatiste y no de boca sino con plomo. Tener valores es aceptar que la reconciliación es un proceso de sanación personal y colectiva que nos libera y tener principios es mantener a salvo el ideal por el cual luchaste y yo luché por la libertad y soy libre a pesar de sentirme hoy secuestrado por las circunstancias; Luché por decir lo que quiero y lo digo y lo expreso, a pesar que hay quienes quisieran callarme por ello y para sus efectos me amenazan; Luché por ir donde quiera y lo hacía hasta antes del 18 de abril; Luché por un país de paz y lo sigo haciendo ahora que vivimos días y noches de terror; Luche por la educación, la salud y la prosperidad de mi país y seguramente lo seguiré viendo a pesar de este impase; Luche por la democracia y no solo la palpo, sino que todos los días hago esfuerzos para profundizarla ambientando el diálogo y nunca más la confrontación porque como la gran mayoría de mis conciudadanos cambie hacia la civilización dando gracias a Dios por decir adiós a los odios del pasado, del presente y del futuro.
POR NICARAGUA CUESTE LO QUE CUESTE ASÍ PENSAMOS EN EL MOMENTO

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