Tomado del muro de FB de Gustavo de la Torre
A medida que pasan los años, se van destapando los horribles hechos que asolan a la sociedad estadounidense y que llevan la autoría del propio gobierno estadounidense o de instituciones con vínculos institucionales.
¿Quién puede asegurar que ya no siguen ocurriendo ejemplos como éste, si la propia sociedad de ese país convive hoy en día en un caos establecido "legalmente" por el propio sistema?
Droga, prostitución, represión policial, racismo, discriminación, explotación laboral de infantes, masacres por armas de fuego y un largo etcétera, mientras el poder político es manejado por el económico.
La barbarie se omite y se tergiversa en los medios para cubrir estos crímenes...y la versión se construye para que las nuevas generaciones crezcan justificando al victimario y criminalicen a las víctimas.
Repasemos la historia de un ejemplo, en el "país de la libertad" 
Hace 52 años, los padres de los niños discapacitados de la Escuela Estatal Willowbrook en Staten Island, en Nueva York, denunciaban al gobierno de EEUU por usar a sus hijos como sujetos experimentales e inyectarles hepatitis sin su consentimiento.
Desde 1956 hasta 1970, el gobierno de EEUU experimentó con miles de niños con discapacidades mentales de Willowbrook sin su consentimiento, incluso llegando a infectarles intencionalmente con hepatitis para ver cómo su organismo respondía a la infección y poder calcular su virulencia.
La población estadounidense no se enteró de lo que hacia su gobierno con los niños discapacitados, hasta que un reportero llamado Geraldo Rivera descubrió lo que se vivía en Willowbrook, como si de Auschwitz se tratase.
El reportero dijo que había “niños desnudos acostados en el piso y sucios con sus propios excrementos, mientras hacían sonidos extraños”, pero aseguró que lo que más le impresionó fue "el olor a muerte que impregnaba las instalaciones".
Más de 600 niños discapacitados fueron infectados de hepatitis en el centro para enfermos mentales más grande del mundo en ese momento, que se convirtió en el infierno de Willowbrook.
Se estima que entre los años 1950 y 1980 murieron en Willowbrook 12.000 niños, aproximadamente 400 al año, a causa del abandono, la violencia y la experimentación médica. Algunos simplemente desaparecieron o incluso se suicidaron.
Este fue uno de los miles de experimentos que EEUU realizó a su propia población solo en el siglo pasado y que a día de hoy siguen siendo desconocidos para la mayoría.
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