Por Gustavo de la Torre Morales.
Comienzan a darse los primeros pasos hacia una nueva posición por parte de la administración de Obama en relación a la anticuada y fracasada política de anteriores gobiernos de los Estados Unidos hacia Cuba.
Comienzan a darse los primeros pasos hacia una nueva posición por parte de la administración de Obama en relación a la anticuada y fracasada política de anteriores gobiernos de los Estados Unidos hacia Cuba.
Se declara oficialmente el levantamiento de las restricciones de viajes de cubano-estadounidenses a Cuba, así como para los envíos de remesas a sus familias residentes en la isla.
Estas nuevas medidas ponen fuera de vigor las impuestas en la administración Bush, la cuales se escudaban en la vana excusa de no permitir, al gobierno de Fidel Castro, la adquisición de divisas y así conllevar a su derrocamiento por medio de la asfixia. Sin embargo, realmente eran otra manera de extender el ya existente bloqueo económico, pero esta vez incidiendo directamente en la misma familia cubana.
En contraposición a éstas medidas, Bush mantuvo su apoyo económico a la disidencia interna, como ensayo de comprar la dignidad del pueblo cubano. Artilugio que llevaba su semblanza a la política de la fruta madura de Monroe: si el país no tiene la posibilidad de generar la divisa necesaria para su desarrollo y la mejoría del nivel de vida de la población, entonces ésta podría optar por la traición y la humillación de transitar hacia las imposiciones del ¿proyecto de democratización? del vecino del norte.
Ese famoso “proyecto” es el deseo de imponerse nuevamente como amos, de instituir los vicios de la esclavitud y del servilismo, de implementar elementos de dominio y donde únicamente se bonifica la sumisión con limosnas.
“Ni con lisonja, ni con la mentira, ni con el alboroto se ayuda verdaderamente a una obra justa”, dijo José Martí, héroe nacional. Por tanto, el pueblo cubano no siente necesario el bajar la cabeza cuando la política hostil es realmente impuesta por parte del vecino del norte. Cuba no claudica en su lucha tenaz por mantener su soberanía. El pueblo cubano continúa construyendo con esfuerzo y limpia dignidad humana.
Solo los pequeños grupúsculos de la disidencia interna hacen eco de las nuevas medidas, apoyándose en la labor sensacionalista y especulativa de algunos medios, proclamando ablandamiento y flexibilidad por parte del gobierno de Cuba como muestra de “gratitud”. Incluso, exigen la liberación de los llamados “presos políticos” para su salida libre de la Isla.
¿Cuáles presos políticos? Simplemente son aquellos que se han dejando comprar para realizar actos contrarrevolucionarios dentro del territorio de Cuba, pagados a través de los fondos que se introducen por la oficina de intereses de los Estados Unidos en La Habana. No son presos por mantener ideas divergentes, sino por haber complotado o llevado a cabo actos vandálicos.
De igual manera, estos grupos difaman al plantear que el gobierno de Raúl Castro debería levantar el bloqueo establecido a los cubanos para poder viajar. Sin embargo, omiten la actitud irresponsable que ha sostenido el gobierno de los Estados Unidos al incumplir con los acuerdos migratorios establecidos con Cuba; otorgando de manera restrictiva las visas acordadas para viajar a ese país, mientras incentivan a la indisciplina social y la desobediencia civil con la aceptación, por la Ley de ajuste Cubano y la política de “Pies secos-pies mojados”, de todos aquellos que llegan de manera ilegal aun cuando el medio utilizado haya sido la violencia, sin importar que las víctimas causadas en estos actos, en muchas ocasiones, sean mujeres y niños.
Para colmo, en conferencia de prensa, el asesor presidencial de Estados Unidos para América Latina, Dan Restrepo, declara que: “Todos aquellos que creen en los valores democráticos básicos anhelan una Cuba que respete los derechos humanos, políticos, económicos, básicos, de todo su pueblo. El presidente Obama considera que estas medidas ayudarán a hacer realidad ese objetivo.”
¿Pero cuáles derechos ha respetado hasta ahora los gobiernos de los Estados Unidos? ¿Qué lecciones se pretenden dar a Cuba, en razón de esta materia, por parte de estos señores que rodean a Obama?
Pienso que si Obama se cree verdaderamente esta falacia del famoso proyecto de democratización y transición a la libertad especulados por sus antecesores, la mafia anticubana de Miami y la disidencia interna; entonces, como ellos, estará dando siempre la nota discordante.
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