sábado, 12 de junio de 2010

España debería dejar de ser un instrumento y el diario El País conocer más sobre Cuba.


El diario El País, de España, dedica, en casi todas sus emisiones, un espacio para su política de ataque a Cuba. Una con noticias distorsionadas de la realidad cubana y otras con la intención de manejar la opinión pública a una posición de rechazo al sistema de la Isla.

Este diario desconoce que la iglesia católica cubana no es la intermediaria en la supuesta libertad de manifestación que llevan a cabo las llamadas “Damas de Blanco”, pues las mismas llevan tiempo haciendo públicas sus marchas; pero con la salvedad, que últimamente son a costa del incremento en el grosor del cheque que se les entrega por hacer el espectáculo frente a la prensa sensacionalista extranjera, al servicio de las campañas difamatorias contra Cuba.

Es el mismo pueblo cubano quien da respuesta contundente a las Damas de Blanco, y el rechazo que las mismas se presten como mercancía propagandísticas a favor del imperialismo.

Tanto estas señoras, como la Unión Europea (monitoreados por el gobierno de los Estados Unidos) reclaman la libertad para familiares que han incurrido en delitos y no por su identificación ideológica contraria a la Revolución. Si los mismos hubieran sido hechos prisioneros por manifestarse en contra de la Revolución, ¿Por qué Yoani Sánchez, Reinaldo Escobar, Marta Beatriz Roque Cabello, Jorge Luis García Pérez "Antúnez", Osvaldo Payá y tantos otros, que constantemente expresan públicamente sus duras críticas al gobierno cubano, andan sueltos y despotricando?

En el mes de abril, del presente año, este mismo diario dio a conocer que el embajador de EE UU en España, Alan D. Solomont, sancionó a la política española como “una vergüenza” si no se reforzaba mucho más en la atención a los disidentes cubanos_ ¿Esto no es injerencia? ¿Y cómo se le puede catalogar? Pues claramente que lo es, tanto de condicionar la política exterior de España hacia Cuba, como es una injerencia en la política norteamericana en referencia con España y condicionar las relaciones de la misma con otros países.

Entiendo como ridículo abogar por el financiamiento a las “Damas” y a la disidencia debido a la situación delicada de la economía cubana, porque si realmente hubiera un hálito de humanismo en dicha acción financiera, ¿Por qué no mejor el abogar por la eliminación del bloqueo económico y financiero que impone Estados Unidos a Cuba y así también se mejora la situación económica tanto para los mencionados como para el resto de millones de cubanos que residen en la Isla bajo dichas condiciones, resultantes del genocida bloqueo?

Por tanto, el gobierno español debería responderle a su homólogo norteamericano, que sería una inmunda vergüenza si éste no cesa con su política hostil contra Cuba de una vez y por todas.

Igualmente, al parecer, El País, como la Unión Europea, tienen una visión totalmente dislocada del verdadero gobierno que ejerce tales funciones en Cuba, pues simplemente adjudican un poder absoluto a Raúl Castro, cosa muy lejana de la realidad, cuando en la Isla hay todo un parlamento y un bloque de Ministros que con el presidente del país van tomando las decisiones adecuadas para cada tema de la vida económica, social, cultural, política y demás de Cuba.

Por esto, El País se equivoca cuando plantea que el señor Moratinos no logró “gestos de parte de Castro”; sino, que debió plantear que no logró claudicaciones del gobierno cubano frente a las aspiraciones injerencistas de la Unión Europea (o más bien del gobierno de Estados Unidos).

Debe tenerse claro que no ha sido Cuba la que impone un alejamiento a la Unión Europea, pues Cuba no somete a ésta a ningún condicionamiento; sino que le reclama igualdad de condiciones y respeto en las relaciones. Es la Unión Europea quien ha levantado una pared en las relaciones con la Isla al plegarse a la política hostil del gobierno norteamericano contra Cuba al sostener el Acuerdo de Posición Común, el cual impone a la Isla desigualdades en las relaciones; un acuerdo que se llevó al Consejo de la UE por parte del gobierno de José María Aznar, quien actuó coquetamente en correspondencia con las exigencias del gobierno de Estados Unidos.

El acuerdo de la UE denominado “Posición Común contra Cuba”, no es más que la extensión de la política hostil norteamericana, de la cual España se prestó vilmente de instrumento, abogando por mejorías en el tema de “derechos Humanos” en Cuba; aunque sinceramente, creo que en cuestión de derechos humanos, tanto Estados Unidos como la Unión Europea deberían primero revisar la viga que tienen sobres sus propios ojos.

Pero dentro de los desmanes que actualmente ocurren con el arrimo y luces del gobierno de Obama _y con ello la CIA _; el presidente español, Jose Luis Rodríguez Zapatero, efectúa un encuentro con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, con el objetivo de llegar a acuerdos sobre el levantamiento del bloqueo israelita sobre la franja de Gaza a cambio de seguridad para Israel_ ¡Un momento!_ ¿Pero quién amenaza y hostiga a quién?_ Hasta ahora ha sido el gobierno de Israel quien lleva a cabo actividades agresivas contra el pueblo palestino, sometiéndolo a constantes masacres y también un bloqueo.

El gobierno español debería, para ser justos y honestos hasta consigo mismos, reclamar una sanción contra la barbarie que Israel lleva contra el pueblo palestino, de la injusticia cometida de interceptar por la fuerza en aguas internacionales un cargamento de ayuda humanitaria y de las incursiones militares israelíes en territorios palestinos con las consecuencias de incidentes sobre dicha población.

Y si de actuar correctamente se trata, el gobierno español debería hacer más por derogar dicho acuerdo de Posición Común contra Cuba en el Consejo de la UE, pero dando las razones reales de la necesidad de invalidar el mismo y no justificar su sostenimiento en “los gestos” que La Habana no hace a placer de la UE y Estados Unidos.

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