sábado, 26 de junio de 2010

Los aciertos y desaciertos de un catedrático.



Por Gustavo de la Torre Morales
 
En agosto del año pasado escribí un artículo sobre los desafueros planteados por el catedrático de Pittsburgh, Carmelo Mesa-Lago, al referirse sobre la economía de Cuba.

El 19 de este mes de junio, en ocasión de una visita suya, por invitación de la iglesia, a Cuba, para participar en las conversaciones que se sostienen entre la iglesia católica y el gobierno de la Isla, ha cedido una entrevista al corresponsal de La Vanguardia, Fernando García, el cual la ha publicado en su blog del diario digital: Diario de La Habana (http://www.lavanguardia.es/lv24h/20100619/53949444551.html).


Al leer dicha entrevista, encontré minúsculos aciertos en las declaraciones de Mesa-Lago, como que cada vez son más los cubanos en Estados Unidos (incluyendo los de Miami) que abogan por mejores posiciones de Estados Unidos en sus relaciones con Cuba; que Barack Obama está tremendamente enredado con guerras de rapiña (Irak y Afganistán), derrocamientos de gobiernos (Honduras), crisis económica (mundial), promesas incumplidas, derrame petrolero, encubrimiento a su socio israelí, programación de sanciones a países fuera de los mandatos del imperio (Irán con su programa pacífico nuclear) y, sin poder faltar, política hostil contra Cuba, Venezuela y demás países con similares comportamientos de transformación e independencia.

También acierta en que la iglesia podría orientarse por establecer un diálogo con el Congreso norteamericano y lograr una proyección más justa, humanista y digna del mismo en referencia con Cuba, como lo hacen otros países, instituciones y personalidades internacionales de diferentes sectores; mucho más teniendo en cuenta que ha sido Estados Unidos quien intervino en el conflicto Hispano-Cubano (1898) sólo para arrebatarle a Cuba, entre otras colonias a España, y anexar nuevos terrenos a su política expansionista de dominio; no fue Cuba quien ha llevado a cabo una guerra contra la nación norteamericana, ni ha sido cómplice directo de atentados terroristas contra ese territorio como lo ha sido a la inversa.

Una verdad aproximativa que plantea el “ilustre” es que se están dando cambios en Cuba; pero con la salvedad que los mismos se van poniendo en práctica desde el mismo triunfo de la Revolución. El país ha logrado subsistir sin tener que depender del Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial (maquinitas al servicio del imperialismo), ajustando su vida interna a las posibilidades que crea su entorno interno y externo, poniendo en prácticas nuevas alternativas para el momento histórico que vive y, por supuesto, llevando a cabo los cambios que se entienden necesarios desde dentro de la Isla y no los que se intentan condicionar desde fuera por la fuerza. Quién diga que en Cuba no se generan cambios desde el mismo 1959, ESTÁ MINTIENDO categóricamente.

Y por último, no deja de ser una verdad que el conflicto Estados Unidos-Cuba se vuelve un negocio lucrativo para muchos en Estados Unidos y para la disidencia interna en la Isla, ya que eso implica financiación para establecerse como oposición al gobierno y blasfemar y mentir sobre la realidad cubana_ es buscar sentido de protagonismo para hacer carrera de inversión, lo cual indica entrar en estrategias de marketing para desbancar al resto de la competencia, como Yoani Sánchez desbancó a Martha Beatriz Roque con su gigantesco blog: Generación Y; o el grito “estoico” que dio Ernesto Hernández Busto desde Barcelona para disimuladamente adquirir un poquito de esa bocanada de euros que destinan a quienes se dedican a crear vilipendios sobre Cuba.

Sin embargo, este “intelectual” de la universidad de Pittsburgh, en sus inmensos y rayados desaciertos, sigue encasquillado en sus desvaríos análisis sobre la economía cubana y la “insostenibilidad” del sistema socialista implementado por el gobierno revolucionario.

Mesa-Lago sigue olvidando que al huir Fulgencio Batista, en la noche del 31 de diciembre de 1958, dejó a Cuba en la ruina con el robo de los fondos bancarios, con una industria dependiente del vecino del norte, una educación tergiversada y carente; servicios públicos como la luz, el combustible, el teléfono y otros monopolizados por compañías foráneas (mayoritariamente norteamericanas), un 42% de la población analfabeta, miles de muertes por asesinato, torturas o desapariciones; pero además, una economía llena de tratados comerciales beneficiosos solamente para el vecino del norte, una base naval enclavada ilegalmente en territorio cubano cuna de ignominias de todo tipo, un sistema sanitario precario y favorecido para la clase pudiente, una clase obrera sobreexplotada y un campesinado sufriendo constantes desalojos porque sus tierras son vendidas a un monopolios extranjeros.

Sin embargo, fue la Revolución cubana la que le dio un giro total a esa situación creada, precisamente, por el sistema capitalista, el cual Mesa-Lago aun propone para Cuba.

Aun cuando expresa su desacuerdo con el bloqueo económico y financiero impuesto injusta e ilegalmente por Estados Unidos contra Cuba (siguiendo la política de desinformación yanqui que sádicamente llaman embargo), deja escapar su venenosa purulencia sobre el sistema político económico_ Claro, para el corresponsal fue un refrescante batido en su esforzada tarea de cumplir con la política de su casa editorial.

Nuevamente, en la entrevista, el catedrático dibuja el bloqueo, criticado y sancionado por el mundo, como una fullería que se utiliza desde Cuba para justificar la dura situación económica que se sufre en la Isla. Este “ilustre catedrático” en economía no atina a constatar, a pesar de sus estudios en números, sobre la influencia del criminal bloqueo en la vida cotidiana del cubano y de las dificultades que tiene que enfrentar la Revolución con las negociaciones y comercialización en la arena internacional, para seguir adelante con su proceso socialista y seguir aportando nuevas conquistas sociales de beneficio colectivo.

Cuba, con el gobierno revolucionario triunfante en enero de 1959, ha logrado con grandes sacrificios mejorar el sistema sanitario, el cual asiste a toda la población de manera gratuita, ha puesto en práctica programas de atención a los niños, a la mujer, a los ancianos y a discapacitados; también implementa un sistema educacional que tiene sus reconocimientos por organizaciones internacionales y con programas de alfabetización de aplicación en más de 30 países.

Pero Mesa-Lago, acude con desatino a plantear que son programas insostenibles, simplemente por ser subsidiados para los cubanos, como tantos otros, por la Revolución.

El catedrático entiende que la prosperidad sólo llega si se implementa la privatización en la economía, dejándola estar bajo el salvaje amparo de la competitividad del mercado, sin tener en cuenta a sectores más frágiles y con dificultades de acceso a un nivel de vida normalmente aceptable y equitativo, como intenta brindar el gobierno revolucionario de la Isla, al asumir los cánones dentro de los gastos.

Sin embargo, el peor de los desaciertos de esta “eminencia de la economía” en Pittsburgh ha sido plantear que el compañero Comandante Fidel Castro Ruz haya perdido influencia como indiscutible líder y fundador de la Revolución cubana. Las reflexiones de Fidel fueron y siguen siendo una guía de análisis en los temas nacionales e internacionales.

No es menos cierto que sus períodos de mandatos cesaron producto de su estado de salud, porque de lo contrario el pueblo lo seguiría eligiendo como presidente del país; amén de no restarle elevadas cualidades sobradas a Raúl Castro y otros miembros del Consejo de Estado, que se han ganado con verdadero prestigio la confianza del pueblo cubano.

Terminaré con una frase parecida a la de Carmelo Mesa-Lago, para hacerle el honor; creo que este señor catedrático sí ha llegado al desvarío y a una estúpida ceguera que no le deja ver más allá de la hoja de papel que lleva escrito sus “títulos” académicos.

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