Por Daily Sánchez Lemus.
Ciertas aquellas palabras de Fidel en 1968: “Ellos hubieran sido como nosotros, nosotros hubiéramos sido como ellos”, para ratificar la continuidad del proceso revolucionario cuando se refería a los héroes de las guerras por la independencia de Cuba. La Historia de nuestro país reseña elementos que parecen cerrar un ciclo pero que luego son retomados para completar la materialización de una idea, de una lucha. Las generaciones de cubanos una y otra vez beben de sus antecesores para continuar el camino hacia el futuro. Esa ha sido también la ruta del partido de los comunistas cubanos. Un camino lleno de momentos complejos, de matices y de mucho sacrificio.
El 16 de agosto de 1925, y para dar cumplimiento a un acuerdo de la Agrupación Comunista de La Habana diez días antes, se reunió el Primer Congreso Nacional de Agrupaciones Comunistas. Es la fecha en la que se funda nuestro primer Partido Comunista, en el que figuraron una vez más jóvenes y veteranos juntos por un bien común.
De aquel día se conservan documentos que nos permiten conocer mediante la lectura lo que fue aconteciendo en la cita. Así se refleja en el necesario Documentos para la Historia de Cuba, tomo 3, de la excelente historiadora Hortensia Pichardo:
En la Ciudad de La Habana, a los dieciséis días del mes de agosto de mil novecientos veinticinco, reunidos en la Casa número ochenta y uno de la calle de Calzada, los delegados que abajo se expresan en representación de las distintas Agrupaciones Comunistas de la Isla de Cuba, a efecto de celebrar el Primer Congreso Nacional de Agrupaciones Comunistas de la Isla de Cuba, de acuerdo con la convocatoria y las bases establecidas. (…)
El camarada Vaserman, que asiste al Congreso como intérprete de los delegados hebreos, propone en nombre de éstos, que el Congreso se ponga de pie y se guarde un minuto de silencio en recuerdo de Lenin y de todos los buenos luchadores muertos en la lucha proletaria. Se aprueba. Guárdase el minuto de silencio, estando de pie todos los delegados y después se concede la palabra al compañero Grinberg, quien propone que se envíe un saludo cordial al Partido Comunista de México, ya que a él se debe el que estemos celebrando este Congreso. E c. Mella dice que se mande el saludo a México, especialmente; pero que no se olvide a los compañeros de todo el mundo. (…)
Ese día fundacional estaba el joven impetuoso y precursor, Julio Antonio Mella; y Carlos Baliño, quien representaba a la generación de la manigua y divulgaba las ideas marxistas en Cuba desde finales del siglo XIX. Siempre se habla de ambas figuras en esta fecha como las dos representativas de la continuidad de lucha y desarrollo del pensamiento revolucionario cubano; no obstante, vale recordar en este día los integrantes del aquel primer Comité Central: Julio Antonio Mella, José Peña Vilaboa, Alejandro Barreiro, Miguel Valdés, Carlos Baliño, Venancio Rodríguez, José Miguel Pérez, Rafael Suárez y Yoshka Grimberg. Como miembros suplentes: Alfonso Bernal, Vaserman, Francisco Pérez Escudero y José Rego. El primer secretario general en esa oportunidad fue José Miguel Pérez, quien el 31 de ese mes de agosto fue apresado y deportado a España. [i] .
La principal misión de aquellos hombres era crear el primer Partido Comunista de Cuba y afiliarlo a la Tercera Internacional, fundada por Lenin en 1919. De igual forma, se propuso un programa de reivindicaciones para los obreros y campesinos, trabajar en los sindicatos, luchar por los derechos de la mujer y la juventud.
La historia entonces de los comunistas cubanos fue mucho más dura: contra ellos se desató una dura represión, pero a fuerza de perseverancia lograron fortalecer el movimiento sindical que jugó un papel importante en el derrocamiento de la tiranía de Gerardo Machado. Durante su trayectoria, ora legal, ora clandestina, o con denominaciones diferentes, lo cierto es que mantuvo encendida la llama del socialismo, calando además en el pensamiento revolucionario, hasta que el triunfo de 1959 comenzó a definir el rumbo de la nación. En 1961, con la declaración del carácter socialista de la Revolución Cubana se concretaba el sueño y los años siguientes marcaron con hechos lo cierto de la revolución socialista de nuestro país.
El Partido Comunista de Cuba ha sido heredero de las tradiciones patrióticas que José Martí defendiese con el Partido Revolucionario Cubano para lograr la independencia. Cada uno en su momento ha jugado su papel. Por ello es necesario conocer la historia y así comprender el porqué de un solo partido en nuestro país para lograr la victoria: es que la unidad ha sido el factor decisivo en cada momento vital de la lucha de los cubanos y en torno a un proyecto se ha logrado aunar esfuerzos y crecer.
El 19 de abril de 2016, -fecha grande para los cubanos al conmemorar otro aniversario de la derrota de mercenarios que atacaron Playa Girón- precisamente en la clausura del séptimo Congreso del Partido Comunista de Cuba, el líder histórico de nuestra Revolución, se dirigió por última vez a su pueblo, a sus compañeros de filas. Y allí, en franco viaje a la semilla y como certeza de que esta Revolución es una sola, volvió a nuestros antecesores, como bastión para continuar: “Emprenderemos la marcha y perfeccionaremos lo que debamos perfeccionar, con lealtad meridiana y la fuerza unida, como Martí, Maceo y Gómez, en marcha indetenible.”
Fidel siempre ha defendido el valor de nuestro Partido, que tanta historia encierra desde nuestras guerras por la libertad, los caminos de los primeros que defendieron las ideas comunistas, hasta los que abrazaron la lucha en la Sierra y más allá. Ese mismo Partido, acreedor de tanta historia, es el que hoy conduce y quien tiene la misión de llevar adelante la obra de la Revolución. En él deberá estar siempre la vanguardia que tiene el compromiso con su pueblo, basado en la unidad de las diferentes generaciones que continuamos la lucha sempiterna por el bien común.
[i] Murió en el año 1936 fusilado por los fascistas.
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