Por Miguel Cruz Suárez
Periodista
Tomado de su página de FB
Si te duele Cuba, si te abruma que la isla se rompa y se agriete, pero la opción es irte y no contribuir a repararla, has de respetar a los que se quedan, dispuestos a restaurarla; a los que de lejos apuestan por ayudarla. No ofendas, no hieras, no dividas, no aplaudas, como si las penas fueran el cierre de un espectáculo. Cuba somos todos, en las buenas y en las malas, no la niegues como pecado, ni la escondas como desliz.
Si solo eres capaz de sentir
vergüenza por sus errores y nunca orgullo por sus conquistas, entonces ya has
empezado a perder a Cuba, se han aflojado tus raíces y poco a poco, de tu dolor
real, pasarás a un rencor injustificado hacia todo aquello que antes fue
entrañable y querido.
No asumas el desarraigo como
bandera, ni apuestes por el fracaso de tu noble tierra, que sean otros los que
la ataquen con saña, otros que no llevan tu sangre, ni han disfrutado nunca el
sabor de esta isla, pero no te sumes, no seas parte del coro, aunque abunde la
paga y sea buena la cena. Solo existe una patria y un dulce lugar, donde nunca
vas a ser extranjero.
Defiende con orgullo nuestras cuatro letras, estremécete cuando escuches el himno, viste los colores de tu bandera, preserva tu identidad bajo cualquier cielo, que nunca será tan azul como el tuyo.
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