jueves, 22 de agosto de 2019

La CIDH anuncia nuevo “Informe” contra Cuba.

Gráfica del sitio web de la UNESCO, donde se reflejan los países donde se han asesinado profesionales del periodismo desde 1993. Ninguno fue asesinado en Cuba.
Por Gustavo de la Torre Morales.

Este pasado 20 de agosto de 2019, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos anunció en su Comunicado de Prensa 205/19, que emitirá un nuevo Informe de “valoración” de los DDHH en Cuba. Según la CIDH, la emisión de dicho informe (que será el octavo en 60 años) se ha decidido después de la “evaluación” de los DDHH en Cuba y que el mismo incluirá las diversas temáticas que cuestionen desde la institucionalidad del Estado cubano, su marco constitucional y legal en materia de derechos humanos, la valoración sobre grupos (que llaman ahora prioritarios), hasta el señalamiento de personas víctimas de tratas.


Seguidamente, ese mismo día, la CIDH emitió su Comunicado de Prensa 206/19, donde condena la detención y sentencia a un año de prisión emitida por el Tribunal Provincial de Guantánamo contra Roberto Jesús Quiñones Haces, a quien la CIDH declara como “periodista independiente” (quizás en el ejercido pasado de esta profesión, pero sin estar registrado oficialmente hoy día por agencia alguna para ello).

No es la primera vez que la CIDH emite Comunicados de Prensa que intentan señalar a Cuba de violadora de DDHH, mientras presta protección y amparo a aquellas personas que han hecho de la crítica a la Revolución cubana un lucrativo negocio, bajo mandato de intereses foráneos, como los del gobierno de Estados Unidos.

Es más que conocido que el gobierno de EEUU ha estado destinando millonarios presupuestos a la edulcorada disidencia, la misma que ni es reconocida por la población cubana y que el entonces representante de la otrora SINA, Jonathan Farrar, dio a conocer a su gobierno como desconectada de la realidad y sociedad cubanas.

El Sr. Roberto Jesús Quiñones Haces ha sido sentenciado por no cumplir las leyes cubanas; algo muy natural por quienes se creen resguardados por el imperialismo y dedican su “carrera” a un “periodismo” subversivo (como Cubanet o RadioTelevisión Martí), de propaganda y ataque contra el proceso político escogido por el pueblo cubano; que por cierto, ha sido ratificado con la reciente aprobación de la nueva Carta Magna, en referéndum público, en febrero de 2019.

En este mismo comunicado, la CIDH “manifiesta su preocupación por la persistencia de la criminalización hacia quienes ejercen el derecho a la libertad de expresión en la isla, y señala que las detenciones arbitrarias han sido utilizadas como método para la intimidación y hostigamiento de activistas, defensores de derechos humanos y periodistas”.

Muy a pesar de la “preocupación” de la CIDH sobre intimidación y hostigamientos o que Reporteros Sin Fronteras (RSF) siga calificando a Cuba como el país peor calificado de Latinoamérica en materia de libertad de prensa, toda acusación se desvanece cuando toda estadística muestra que en la realidad cubana ningún periodista ha sido secuestrado ni asesinado en Cuba desde el triunfo de la Revolución cubana. Brasil, Guatemala, Honduras, Colombia y México son países con altos índices de incidentes contra trabajadores de la información.

Solamente entre el año 2003 y el 2017, se han asesinado 1035 profesionales del periodismo en todo el mundo. Solamente el 18% de la totalidad de los denunciados por la UNESCO se han declarado como resueltos. De todos los casos presentados, ninguno de ellos murió en Cuba.


Ahora, es mucho más curioso que los que califican como profesionales y colaboradores de la prensa represaliados en Cuba, todos responden a la línea editorial de cambio de régimen, según los dictados de la empecinada política de agresiones de EEUU contra Cuba.

Igualmente, la CIDH se pronuncia en defensa de los que llaman sectores indefensos, como el que agrupa a personas LGTBI, obviando los avances alcanzados por CENESEX y el trabajo realizado por este sector, el cual en ocasiones han querido manipular contra la Revolución; pero, se han llevado una respuesta contundente y firme a favor de la continuidad del socialismo cubano. Frases como “¡Cuba es una sola, por eso yo me incluyo!”, “¡Revolución de todos los colores!”, “¡Socialismo sí, Homofobia no!”, fueron coreadas en la X Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia, en mayo de 2017 y hoy en día continúan manifestándose en apoyo al proceso político y que se vivió en la XII Edición bajo el lema «Todos los derechos para todas las personas».

¿Cuándo la CIDH condenará la política internacional agresiva y de asedio económico de EEUU contra Cuba y otros países cuyos pueblos han decidido un camino diferente a los estándares impuestos por intereses imperialistas? ¿Cuándo la CIDH destinará un Comunicado de Prensa o Informe de País para reconocer los logros sociales, políticos y económicos cubanos, que otros organismos internacionales dan por positivos y citan como referentes, incluso, para países desarrollados? ¿Cuándo la CIDH condenará el servilismo y el mercenarismo de aquellas personas que ponen sus servicios a los intereses que no son los del pueblo cubano, sino que responden a objetivos colonialistas y hegemónicos extranjeros?

Llama mucho la atención que la CIDH, organismo que se declara en defensa de los derechos humanos y exige la garantía de la libre circulación de las ideas y pensamiento, reconoce la expulsión del gobierno de Cuba, por medio de la Resolución VI, emitida el 31 de enero de 1962, VIII Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA, en la cual se dispuso excluir al Gobierno de Cuba del Sistema Interamericano por su identificación con el marxismo-leninismo”; ya que el organismo consideró que dicha opción política era “incompatible con el Sistema Interamericano pues quebrantaba la unidad y solidaridad hemisférica”.

¿Entonces, ni la OEA ni la CIDH respetan la diversidad de opinión ni la decisión del pueblo cubano a acoger una forma diferente, según los derechos establecidos por varias resoluciones internacionales, sin mencionar algunas de esa misma entidad?

Realmente, la CIDH no busca la unidad ni la solidaridad hemisférica, sino la propagación de gobiernos y personajes serviles, subordinados y sujetos a intereses imperialistas.

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