El senador de origen cubano Marco Rubio (quien sostiene la escopeta en la foto), es visto a menudo en ventas públicas de armas (gun shows) |
Tomado de Granma.
Por JEAN-GUY ALLARD
Entre
los partidarios más fanáticos de la libre venta de armas en Estados Unidos, al
lado de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés),
aparecen los más recalcitrantes enemigos de Cuba y de Venezuela en el Congreso,
que también atacan y difaman constantemente la América Latina progresista bajo el
pretexto de la "defensa de los derechos humanos".
De
hecho, personajes tales como Marco Rubio, Ileana Ros-Lehtinen, Dana
Rohrabacher, Debbie Wesserman y sus semejantes, se caracterizan por su apoyo
ciego a legislaciones que han favorecido en vez de restringir, en el curso de
los años, la circulación y la venta de armas de fuego de todos los tipos y
calibres.
Marco
Rubio, el niño lindo que los republicanos destinan a la presidencia, se apuró
últimamente en pretender que entiende todo lo trágico de la masacre de Newtown,
Connecticut, donde murieron 20 niños, ante la reacción de una gran parte de la
población. Pero pronto reafirmó que se mantiene firmemente a favor de la
posesión de armas y de su libre uso, incluso para matar.
Rubio
—quien ha sido visto a menudo en ventas públicas de armas (gun shows),
donde incluso se han tomado fotografías— es categorizado oficialmente A por la
NRA, debido a su apoyo público a la ley Stand Your Ground (Protege tu posición)
de Florida, que permite a los ciudadanos matar a cualquiera, no solo a quien
penetra sin permiso en un domicilio, sino a quien parezca una amenaza.
Rubio
apoyó incluso en el 2008 una ley que permite a los empleados presentarse
armados en el trabajo.
La
NRA es una herramienta de marketing de la gigantesca industria de los
fabricantes de armas, que son además grandes contribuidores a los fondos
electorales.
MÁS
LEYES NO VAN A PONER FIN A ESTOS ASESINATOS
Por
su parte, inmediatamente después de la matanza de Newtown, Ileana Ros-Lehtinen
reiteró descaradamente su "convicción" de que no hace falta
restringir el uso de armas de fuego en Estados Unidos, como se hace en la gran
mayoría de los países.
"Más
leyes no van a poner fin a estos asesinatos", dijo a Radio Actualidad la
representante del Distrito 18 de Florida, conocida por sus vínculos con el
terrorista cubanoamericano Luis Posada Carriles y la fauna cubanoamericana de
Miami.
Para
Ros-Lehtinen, las leyes no detendrán los asesinatos en masa. "Este es un
problema de salud mental, no de armas", agregó. "Los problemas de la
sociedad no se pueden solucionar con una ley".
Los
archivos revelan la verdadera posición de la congresista desde que fue elegida
por primera vez, en medio de una campaña a favor de la liberación del
terrorista Orlando Bosch.
Ya
el 18 de junio de 1993, hace ahora casi 20 años, Ileana Ros-Lehtinen, votaba a
favor de un proyecto de ley para reducir de tres a un solo día el plazo de
entrega de un arma de fuego después de su compra.
El
9 de abril del 2003, la legisladora de Miami votaba a favor de una resolución
prohibiendo perseguir ante los tribunales los fabricantes y vendedores de armas
usadas en la realización de un acto criminal.
También
aprobó disciplinadamente un proyecto de ley inspirado por la NRA, el 20 de
octubre del 2005, que descarta las demandas judiciales en contra de individuos
que entreguen a otra persona, deliberadamente, un arma para su uso en un acto
criminal con violencia o en una operación de narcotráfico (Bill S397).
El
5 de enero del 2009, la politiquera de Miami que presentó, con su exsocio
Connie Mack, propuestas para inscribir a Venezuela en la infame lista de países
patrocinadores del terrorismo, luchó —por cuenta de la NRA— una ley que
autoriza a los detentores de permisos de armas transportar libremente de un
estado a otro sus pistolas, fusiles y ametralladoras.
De
la misma forma, en el 2011, el 12 de octubre, votó a favor de liberalizar la
venta y la compra de armas de fuego de un estado al otro.
Llama
la atención que los congresistas más identificados con la mafia derechista que
lidera Ros-Lehtinen en Washington —desde el californiano Dana Rohrabacher hasta
la también floridana Debbie Wasserman— han alineado de manera unánime sus votos
asesinos con la NRA, en un país donde se calcula que circulan 89 armas por cada
cien personas, y se teme que pronto se hablará de cien armas por cada cien
personas.
Y
son estos mismos personajes quienes, regularmente, predican su versión torcida
de la "democracia" y los "derechos humanos" para Cuba,
Venezuela y el conjunto de América Latina, a la vez que apoyan todas las
estrategias de penetración, de desestabilización y de militarización de un
continente que desean dominar.
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