Caracas, 05 de marzo de 2018
Los Jefes de Estado y de
Gobierno de los países miembros de la Alianza Bolivariana para los pueblos de
Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) nos reunimos en
Caracas, inspirados en las ideas fundacionales del Comandante Fidel Castro Ruz,
líder histórico de la Revolución cubana, y a cinco años de la partida física
del Comandante Hugo Chávez Frías, cuyo pensamiento y obra encarna el verdadero
ideal de integración latinoamericano y caribeño.
Reafirmamos los
postulados de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz,
firmada por los Jefes de Estado y/o Gobierno en la II Cumbre de la CELAC,
celebrada en La Habana los días 28 y 29 de enero de 2014.
Demandamos la estricta
observancia de los Propósitos y Principios de la Carta de las Naciones Unidas y
el Derecho Internacional, entre otros, la solución pacífica de controversias,
la prohibición del uso y de la amenaza del uso de la fuerza, el respeto a la libre
determinación, a la soberanía, la integridad territorial, y la no injerencia en
los asuntos internos de cada país.
Ratificamos la plena
vigencia, en el actual contexto de agresiones a los países progresistas de la
región, de la Declaración de la XIV Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del
ALBA-TCP, el 5 de marzo de 2017.
Reiteramos la decisión
de continuar impulsando la construcción de un nuevo orden internacional, justo
e inclusivo, multicéntrico y pluripolar, en contraposición a las tendencias hegemónicas
y unilaterales, con estricto respeto a los pueblos, a las Instituciones
elegidas por ellos y a las diversas culturas que existen en nuestro planeta.
Denunciamos los intentos
de resucitar la Doctrina Monroe, así como, la amenaza militar y los
llamados a un golpe militar contra el Gobierno constitucional de Venezuela.
Destacamos la falta de
autoridad moral de terceros Estados para brindar lecciones en materia de
democracia y derechos humanos a los países de la región, y reclamamos respeto a
la soberanía y libre determinación del pueblo venezolano.
Rechazamos la política
intervencionista del Secretario General de la Organización de Estados
Americanos (OEA) y de algunos países de esa organización en contra de los
países progresistas de la región.
Reiteramos nuestro
compromiso con la unidad latinoamericana y caribeña, en la búsqueda de un
destino propio, independiente y soberano, sin tutelaje ni injerencias que
afecten a nuestros pueblos y su desarrollo, reivindicamos nuestro pleno
compromiso con los procesos de integración genuinamente latinoamericanos y
caribeños como CELAC, UNASUR, PETROCARIBE, CARICOM y el ALBA-TCP, para
garantizar la soberanía, independencia, igualdad y autodeterminación de
nuestros pueblos.
Expresamos nuestro
desacuerdo con el pronunciamiento de un grupo de países del continente, emitido
el 13 de febrero de 2018 en Lima, Perú, que constituye una intromisión en los
asuntos internos de la República Bolivariana de Venezuela. Rechazamos la
exclusión de la hermana República Bolivariana de Venezuela y de su Presidente,
Nicolás Maduro Moros, de la VIII Cumbre de las Américas, pues consideramos que
dicha Cumbre debe ser un punto de encuentro para todos los Estados del
continente y un espacio donde todos podamos expresar nuestras ideas, alcanzar
consensos, disentir y debatir respetando nuestra diversidad.
Exigimos respeto a la
legalidad de la organización de la Cumbre de las Américas, en ese sentido,
demandamos el derecho de participación de Venezuela en la referida actividad, y
nos proponemos ejercer medidas diplomáticas y políticas para garantizarla.
Exhortamos a la
comunidad internacional a abstenerse de ejercer coerción de cualquier
tipo, en contra de la independencia política y la integridad territorial de
Venezuela, como práctica incompatible con los principios del Derecho
Internacional y de la Carta de las Naciones Unidas, y contraria a la Proclama
de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
Rechazamos las medidas
coercitivas unilaterales y las sanciones impuestas contra la República
Bolivariana de Venezuela, que afectan la vida y el desarrollo del noble pueblo
venezolano y el goce de sus derechos.
Renovamos nuestro firme
respaldo al Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela,
Nicolás Maduro Moros, a su Gobierno y al proceso democrático que dirige.
Reconocemos el derecho
inalienable del pueblo venezolano a celebrar y participar en las elecciones
presidenciales y legislativas a nivel nacional, estadual y municipal, conforme
a sus normas y procedimientos internos.
Respaldamos los
esfuerzos de las autoridades y del pueblo venezolano por encontrar por sí
mismos las respuestas a sus desafíos políticos y económicos.
Repudiamos el avance de
la corrupción política y económica en la región, manifestada por la creciente
desigualdad en la distribución de la riqueza, la exclusión social de los
sectores más humildes, la influencia financiera del gran capital en las
campañas políticas, la fuga de capitales y el refugio seguro de políticos
corruptos en terceros países que los acogen.
Reafirmamos la voluntad
política en la lucha anticorrupción y en el cumplimiento de los
compromisos internacionales en la materia, al tiempo que hacemos un
llamado a los países de la región para que emprendan o continúen profundizando
el combate contra la corrupción y la delincuencia transnacional organizada a
fin de garantizar el bienestar y el desarrollo de nuestros pueblos.
Reafirmamos la necesidad
de fortalecer la CELAC, como espacio privilegiado para la concertación política
en Nuestra América declarada como Zona de Paz, en la II Cumbre de la CELAC, en
La Habana.
Ratificamos los acuerdos
de las Cumbres de los Jefes de Estado y de Gobierno de la CELAC, al tiempo que
ratificamos la Declaración de Punta Cana.
Manifestamos nuestro
incondicional apoyo a Bolivia en el pronto ejercicio de la Presidencia Pro
Témpore de la CELAC y la UNASUR, como mecanismos de diálogo para consolidar la
integración de nuestra región.
Reiteramos el reclamo de
la comunidad internacional para que se levante de manera incondicional el
bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos a
Cuba, que por su extraterritorialidad afecta a todos los Estados. Asimismo,
condenamos las nuevas medidas de recrudecimiento del bloqueo y las recientes
decisiones unilaterales del gobierno de los Estados Unidos, que afectan al
pueblo cubano, a los ciudadanos estadounidenses y a las relaciones con Cuba en
su conjunto.
Destacamos
la voluntad del pueblo y el gobierno de Bolivia en la búsqueda pacífica de
soluciones a través del Derecho Internacional, la negociación y el diálogo
fructíferos a su enclaustramiento marítimo que afecta la integración regional y
le impide el desarrollo.
Felicitamos
y saludamos el pueblo ecuatoriano por su participación en la consulta popular y
el referéndum del 04 de febrero de 2018, así como por el mayoritario respaldo
popular otorgado al Presidente Lenin Moreno, que ha permitido fortalecer la
democracia.
Reiteramos nuestro
invariable apoyo a los hermanos países caribeños, víctimas de devastadores
fenómenos naturales y del cambio climático, de tal forma que contribuyamos de
manera activa a superar los estragos que provocaron. Demandamos un tratamiento
justo y diferenciado para los Estados caribeños. Reafirmamos nuestra
solidaridad ante las medidas llamadas de “graduación”, y las acciones de países
extraregionales contra varios países del Caribe declarándolos jurisdicciones no
cooperativas, y nos unimos al reclamo de compensaciones por los horrores de la
esclavitud y la trata.
Hacemos un llamado a las
organizaciones sociales y políticas del continente, a participar en foros y
actividades de los movimientos sociales y fuerzas progresistas que se
realizarán en el 2018.
Defendamos la unidad en
la diversidad de Nuestra América. Rechacemos las exclusiones vergonzosas y el
intervencionismo.
La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres… sino
inexorable decreto del destino.
“Unámonos y seremos invencibles”
Simón Bolívar
Oficio a Manuel Cedeño,
Barcelona, 10 de enero de 1817
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