Jóvenes de Estados Unidos alzaron su voz este fin de semana contra la violencia, bajo el lema Marcha por Nuestras Vidas. Alrededor de un millón de personas, en su mayoría estudiantes, salieron el pasado sábado a las calles de 800 localidades de ese país en aras de reclamar un mayor control al acceso a las armas.
La movilización ocurre tras uno de los más recientes tiroteos en un centro educativo, el ocurrido en Parkland, Florida, cuando en medio de las celebraciones por el Día de los Enamorados, un joven de solo 19 años mató a 14 estudiantes y tres profesores portando un rifle de asalto, el cual adquirió de forma legal.
El hecho abrió una vez más el debate en un país donde se calcula que existen entre 200 y 300 millones de armas, casi una por habitante, y donde grupos de influencia como la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) cabildean con fuerza en Washington para evitar cualquier legislación que disminuya las ganancias de su lucrativo negocio.
NO A LAS ARMAS
Tal fue el alcance de las manifestaciones, que algunos de los asistentes de mayor edad recordaron a las que protagonizaron los jóvenes décadas atrás contra la intervención de Estados Unidos en la Guerra de Vietnam.
Mary Riley, cineasta de unos 50 años, quien viajó desde San Francisco a Washington para apoyar a los jóvenes manifestó: «lo que marcó la diferencia en Vietnam fue cuando los estudiantes salieron a la calle y ahora los alumnos son los tiroteados y también son futuros votantes».
En ese sentido, uno de los sobrevivientes del tiroteo de febrero dijo a la multitud de asistentes: «podemos y vamos a cambiar este mundo ¡Haremos de esto una cuestión electoral!».
Cansados de las matanzas y la inseguridad escolar, los jóvenes piden más acciones a los políticos, y no tanto sus «oraciones y pensamientos».
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