En noviembre, los tribunales españoles enviaban a prisión a
nueve cargos electos del Gobierno catalán y a dos líderes civiles, por
supuestos delitos de “rebelión” y “sedición” (1).
Un tuitero vasco cumple condena
de un año por sus mensajes en redes sociales (2). Y dos músicos de rap acaban
de ser condenados a dos (3) y tres años y medio de cárcel (4), respectivamente,
por supuestas injurias a la monarquía y apología del terrorismo. Son apenas
unos ejemplos recientes (5).
Ahora pensemos: ¿qué le ocurriría a
una ciudadana española que defendiera el bloqueo internacional total a la
economía de España? ¿Y a
un ciudadano, también español, que propusiera, en la televisión de Rusia, por
ejemplo, que ese país bombardeara Madrid?
Impresiona ¿verdad? Pues es la escena de un reciente programa
de la televisión de Miami, sobre los “métodos para salir del castrismo” en
Cuba (6). La “disidente” Ailer González proponía un bloqueo internacional a su
país: “Si tú no pones
presión sobre el régimen castrista, (…) si no tenemos sanciones y, sobre todo,
asfixia económica para ese régimen… Tiene que haber primeramente una gran
presión sobre esa tiranía. Y tiene que haber una asfixia económica”.
Antonio
Rodiles, por su parte, proponía
para Cuba la “solución” de la OTAN en Yugoslavia (7): “Cuando ves cómo se han tirado todos
estos regímenes, de ese tipo de corte, obligatoriamente tiene que haber esa
combinación. Por ejemplo, las personas gustan hablar de Otpor (movimiento
juvenil derechista de `resistencia pacífica´) en la antigua Yugoslavia pero,
¿cuándo fue efectivo Otpor? Después de que la OTAN bombardeó Yugoslavia”.
Si el gobierno a derrocar no
fuera el de Cuba, sino el de España, y Antonio Rodiles tuviera nacionalidad
española, se enfrentaría a un Código Penal bastante más duro que el cubano (8).
Podría ser acusado, en primer
lugar, de un delito de “traición y contra la paz o la independencia del
Estado”. Según el
artículo 581 del Código Penal, “el español que indujere a una potencia
extranjera a declarar la guerra a España (…) será castigado con la pena de
prisión de quince a veinte años”.
Recordemos: en 1999, la OTAN
lanzó, durante 78 días, 2.300 misiles y 1.400 bombas sobre Yugoslavia,
asesinando a más de 2.000 civiles e hiriendo a cerca de 6.000. Por tanto,
además del delito de “traición”, Antonio Rodiles podría ser acusado de “enaltecimiento
del terrorismo”, y condenado a prisión de dos a tres años,
según el artículo 578 (9).
Por último, sabiendo que
González y Rodiles trabajan de manera estrecha con el actual Departamento de
Estado de EEUU (10), podrían enfrentarse ambos al artículo 592, que castiga
con “prisión de
cuatro a ocho años” a quien, “con el fin de perjudicar la
autoridad del Estado o comprometer la dignidad o los intereses vitales de
España, mantuvieran
inteligencia o relación de cualquier género con Gobiernos extranjeros”
(11).
Pero los medios del régimen
español seguirán defendiendo el encarcelamiento de quienes realizaron un
referéndum pacífico en Cataluña (12), mientras denuncian la falta de espacio
político de quienes, en Cuba, proponen bombardear su propio país (13).
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