Versión al castellano.
Los criminales ataques contra la población
perpetrados durante la madrugada del 13 al 14 de noviembre en diversos lugares
muy concurridos de París han causado la muerte de 128 personas hasta el momento
y han dejado más de 325 víctimas. Estos atentados injustificables están lejos
aún de ser aclarados correctamente pero sus consecuencias ya se dejan notar y
son tantas o más preocupantes.
1.- Campaña bélica
Como consecuencia de los brutales ataques
terroristas en Francia, se ha acelerado la gran máquina propagandística de los
medios de masas y se ha puesto en marcha una campaña bélica. La desinformación
y la ignorancia, las mentiras que se han contado sobre la República Árabe de
Siria y sobre el origen del Estado islámico, han preparado el terreno para la
aceptación de la campaña que se está desplegando en estos momentos .
La intensificación de la propaganda
sobrepasará los límites habituales para alcanzar niveles de verdadero lavado de
cerebro. Ocultarán el papel que han tenido los EEUU, la UE, y el Estado Francés
en especial, así como Arabia Saudí y los Emiratos Árabes, en la financiación de
los grupos paramilitares que son responsables de estas acciones criminales. Se
realizarán acusaciones inverosímiles, se establecerán argumentaciones
absolutamente contrarias al sentido común, todo con el objetivo de justificar
la guerra.
2.- Estado policial
Como consecuencia de los crímenes sucedidos
en Francia, se ha despertado un estado policial, un estado de control
sistemático de la población. Un estado de excepción militarizado, un estado
excepcional donde toda vulneración de derechos está justificada por la amenaza
terrorista.
Se restringirá el libre movimiento de las
personas, tanto a través de las fronteras, como en el interior de los estados.
Levantarán controles en el transporte y las comunicaciones. Se impondrá el uso
de cámaras de vigilancia hasta convertirlas en omnipresentes. Se multiplicará
la presencia policial en las calles. Aumentará el número de detenciones
arbitrarias. Crecerá la impunidad policial.
3.- Campos de concentración
En estos momentos el número de personas que
buscan refugio ya supera los de la Segunda Guerra Mundial. Esta cifra no dejará
de crecer en los próximos meses. Como consecuencia de la barbarie que ha
golpeado Francia, se negará el refugio a los miles de personas que escapan de
la guerra de Oriente Medio y se abrirán nuevos campos de concentración.
Miles de personas serán entregadas a una
muerte lenta y miserable, condenadas a malvivir sin futuro, sin libertad y sin
esperanza. Miles de niños quedarán desprotegidos, miles de mujeres quedarán
indefensas, vulnerables ante las redes de tráfico de personas. Miles de
personas morirán de enfermedades comunes, de desnutrición y falta de atención
social.
4.- Neofascismo
La extrema derecha crece en la mayor parte
de Europa. Gracias a la crisis económica y las políticas de austeridad
criminal, las clases populares se han empobrecido y precarizado. En esta
situación de malestar social se asientan las bases de todo fascismo. Con el
pretexto de los crímenes de París, la Extrema Derecha llegará al poder.
Una vez en el poder, impulsará una reforma
de las instituciones europeas para imponer a los Estados que la conforma un
mayor poder central. Impulsará la persecución política, la prohibición de las
ideologías radicales, la ilegalización de los partidos comunistas y
revolucionarios, como Ucrania. Serán aprobados tratados internacionales que
arrebatarán la soberanía a las naciones, como el TTIP y el TISA. Impulsarán
nuevos tratados que someterán la Unión Europea al proyecto militar atlántico.
5.- Pauperización
La crisis económica ha acabado con el
Estado del Bienestar, ha permitido la imposición de una dictadura neoliberal
reaccionaria. Los ricos son cada día más ricos, los pobres somos cada día más
pobres. Las mal llamadas clases medias desaparecen. Ensancha el abismo que
separa las minorías ricas y propietarias de la gran mayoría pobre y despojada.
Con el pretexto de los crímenes de París, este proceso de involución acelerará.
El empobrecimiento de la sociedad vendrá de
la mano de cuatro elementos: el crecimiento del paro, el crecimiento de la
precariedad laboral, el debilitamiento de los servicios públicos y el
encarecimiento de los productos de primera necesidad. El paro y el trabajo de
mala calidad consolidarán amplias capas de pobreza y esto conllevará un aumento
de la conflictividad social. Esta conflictividad no podrá ser atenuada por la
incapacidad de los servicios sociales, de salud y de educación pública, que han
sido debilitados por las políticas salvajes de austeridad. Al contrario, la
especulación financiera con los alimentos, los combustibles y las materias
primas conllevará un aumento de precios para los productos más básicos.
6.- Guerra
Con el pretexto de los actos criminales
acaecidos en París, Francia y la coalición atlántica han intensificado sus
bombardeos sobre las posiciones del Estado Islámico en Siria. La Guerra ya hace
tiempo que se ha penetrado en Europa para Ucrania, donde la UE ha apoyado un
gobierno neonazi, confrontándose con Rusia y actuando contra sus propios
intereses comerciales en beneficio de una estrategia de choque de bloques. El
gobierno neonazi ucraniano, aunque pueda parecer paradójico, es un estrecho
colaborador del Estado Islámico, con quien configura la vanguardia
desestabilizadora del Imperialismo.
La guerra se extenderá desde Siria y
Ucrania, hacia el oriente y hacia el occidente. Al este para que el
imperialismo desea los recursos naturales de Asia. Al oeste, porque es
necesario que Europa sufra los efectos de la destrucción de primera mano para
conseguir que esta se implique completamente en la estrategia bélica que
promueven estadounidenses, británicos y sionistas.
7.- Unidad Popular
Como consecuencia de los atentados
criminales acaecidos en París, la salida sistémica al colapso de la economía
especulativa y la crisis de las instituciones liberales se revela como una
estrategia de agudización de los conflictos coloniales, nacionales y religiosos
para encubrir el agravamiento de una ofensiva de clase. La historia parece
repetirse y, al igual que ante la crisis económica de los años 30 del siglo XX,
el capitalismo parece hoy más dispuesto a la involución democrática y a la
expansión militar, que a la profundización democrática y la redistribución
equitativa de la riqueza. En este contexto, hay que entender el ascenso de
ideologías reaccionarias, como el yihadismo o el neofascismo, que actúan como
vanguardias de los intereses del capital, que están provistas de un gran poder
destructivo y que tienen por objetivo la inhabilitación de cualquier
alternativa social y democrática.
Ante esta realidad cada vez más evidente,
lentamente va creciendo e imponiéndose la necesidad de una alianza social y
democrática, de un frente de Unidad Popular, que sea capaz de constituirse como
un muro de contención contra las fuerzas reaccionarias. Un frente de defensa de
la justicia social y los principios democráticos que debe reunir las
organizaciones progresistas y revolucionarias de la Clase Trabajadora y del conjunto
de Clases Populares, que son la inmensa mayoría de la ciudadanía. Un frente por
la solidaridad internacionalista contra el Imperialismo, contra la barbarie,
contra el neofascismo y contra el yihadismo. Un frente por la paz y por la
democracia, que sólo triunfará si también es un frente para la construcción del
socialismo.
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