viernes, 15 de junio de 2018

Estados Unidos, el Golpe Suave y Latinoamérica (Parte I)


Tomado de Razones de Cuba
Por William Sotolongo García.

En los últimos diez años la situación en América Latina es otro interesante ejemplo de cómo el imperio ha implementado el denominado “golpe suave”, cuyo autor, Gene Sharp, ya había tenido su coronación con la aplicación y éxito de sus Métodos de Acciones No Violentas, con la caída del bloque socialista europeo a finales de los años 80 del siglo pasado.

Pudiéramos decir entonces que el golpe suave es la tesis refinada del modelo táctico de acciones no violentas. Más aun, es la representación más acabada, hasta hoy, de la escuela nazi de comunicación política, sino, valoremos estas palabras de Adolfo Hitler:

“La propaganda debe ser sencilla, elemental y masiva. Dirigida a los sentimientos, no a realizar complicados análisis científicos, y ajustada a las entendederas de los miembros de la sociedad menos brillantes.
Es para las masas, no para los intelectuales… Y debe ceñirse a unas pocas ideas, presentadas una y otra vez desde distintos ángulos, pero siempre confluyendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas… Y debe ser razonablemente realista, pues de lo contrario la experiencia cotidiana del público le hará perder credibilidad”.

Pero no es una sorpresa encontrar estos enlaces histórico-profesionales, pues recordemos que los principales estrategas de la escuela alemana de propaganda de guerra de la contienda mundial fueron perdonados e instalados en Estados Unidos para ser partícipes de la estrategia hegemónica de ese país en la nueva etapa que se avizoraba en la posguerra.

¿Cómo ejecutar una nueva guerra ideológica contra el naciente bloque socialista? ¿De qué modo influir en el resto del mundo para posicionar el modelo capitalista como el símbolo de desarrollo y progreso de la humanidad?

Pero aun, ¿cómo hacer, para que millones de mentes defendieran ese modelo y no pensaran que otro mundo era posible?

Hago esta introducción porque lo que se debate en Nicaragua no es la caída de un gobierno con raíces de pueblo, sino la experimentación en un campo de batalla real de las técnicas más avanzadas de comunicación política en una región muy diferente a la europea y con un público más vilipendiado y polarizado que el de otras regiones del mundo. Una victoria aquí de la escuela de Comunicación Política norteamericana, sería el traje a la medida del modelo Sharp para la América Latina de los gobiernos populares o de izquierda.

Lamentablemente, esto no ha sido lo suficientemente interiorizado por las autoridades de países de América Latina y sobre todo por los responsables de combatir, neutralizar y avanzar en esta guerra de ideas. A lo largo de este análisis veremos por qué.

El nombrado “golpe suave” está estructurado en cinco etapas, las cuales no usan las armas de una guerra convencional, pero sí utilizan armas silenciosas, aquellas esbozadas en las tesis adjudicadas al Grupo Bilderberg, que se recogen en Silent weapons for quiet warsOperations Research Technical Manual TM-SW7905.1, un documento de la Inteligencia de la Marina de los Estados Unidos, cuya introducción plantea:

“Todo lo que se espera de un arma ordinaria es esperado para un arma silenciosa por sus creadores, pero se diferencian solo por su manera de funcionar.

“Estas armas disparan situaciones, en vez de balas; propulsadas por el tratamiento de la información, en vez de reacción química (…) En consecuencia, el arma silenciosa es un tipo de arma biológica.

“Ella ataca la vitalidad, las opciones y la movilidad de los individuos de una sociedad, conociendo, entendiendo, manipulando y atacando sus fuentes de energía social y natural, así como sus fuerzas y debilidades físicas, mentales y emocionales.”

Esta es la primera etapa en el protocolo de las guerras modernas, el primer golpe, que no es aéreo, ni de artillería, es un golpe en la mente de las personas para modificar el pensamiento social sobre los objetivos definidos. Un golpe mortal, que no tiene nada de suave, pues puede cambiar la correlación de fuerzas de una sociedad, de un país, de una región o de buena parte del mundo en poco tiempo.

Veamos entonces la estructura de este tipo de “golpe intangible”, pues una de sus premisas fundamentales es que el enemigo real se diluye, se transparenta para los públicos objetivos. El blanco y “enemigo mediático” pasa a ser el gobierno y la fuerza política que debe ser arrasada.

1ra etapa: Ablandamiento:
Desarrollo de matrices de opinión centradas en faltas reales o potenciales.
Escalonamiento de los conflictos y promoción del descontento.
Promoción de factores de malestar, entre los que se destacan: el desabastecimiento, la violencia y la hiperbolización de la criminalidad, la manipulación del dólar y su impacto cambiario, el paro patronal (lockout), entre otros.
Denuncias de corrupción, promoción de intrigas sectarias y fractura de la unidad.

2da etapa: Deslegitimación: 
Manipulación de los prejuicios anti-comunistas (anti-populistas).
Impulso de campañas publicitarias en defensa de la libertad de prensa, derechos humanos y libertades públicas.
Acusaciones de totalitarismo y pensamiento único.
Fractura ético-política.

3ra etapa: Calentamiento de calle 
Expansión de los conflictos y fomento de la movilización de calle.
Elaboración de una plataforma de lucha que globalice las demandas políticas y sociales.
Generalización de todo tipo de protestas, exponenciando fallas y errores gubernamentales.
Organización de manifestaciones, tranques y toma de instituciones públicas (no respeto a las instituciones) que radicalicen la confrontación.

4ta etapa: Combinación de diversas formas de lucha
Organización de marchas y tomas de instituciones emblemáticas, con el objetivo de coparlas y convertirlas en plataformas publicitarias.
Desarrollo de operaciones de guerra psicológica y acciones armadas para justificar medidas represivas y crear un clima de ingobernabilidad.
Impulso de campañas de rumores entre fuerzas militares e intentos de desmoralizar a los organismos de seguridad.

 5ta etapa: Fractura institucional 
Sobre la base de las acciones callejeras, toma de instituciones y pronunciamientos militares, se obliga a la renuncia del presidente. En caso de fracaso, se mantiene la presión de calle y se traslada hacia la resistencia armada.
Preparación del terreno para una intervención militar del imperio o el desarrollo de una guerra civil prolongada.
Promoción del aislamiento internacional y el cerco económico.
Este accionar está movilizando a la oposición en Nicaragua y presionando a las fuerzas sandinistas que por momentos se han visto como desorientadas, sorprendidas con la rapidez de la implementación de estas acciones.

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