Por Gustavo de la Torre Morales
La derecha y ultraderecha europeas, junto al grupúsculo de mercenarios al servicio del Tío Sam (perdón, quise decir “disidencia”), señalan que el socialismo cubano está subvirtiendo a los pueblos de la región latinoamericana y de África. Pero es muy contradictoria e irracional esa argumentación, cuando es EE.UU y círculos de la derecha y ultraderecha europea, los que destinan millonarios fondos, a través de organizaciones y ONG’s, para generar un cambio de sistema político en Cuba, promoviendo pagos a grupúsculos de delincuentes, para generar desorden social dentro de la Isla y, después, publicitar los hechos como presuntas protestas del pueblo.
Desde los mismos inicios de la Revolución cubana, desde EEUU se utilizaron a muchos de los esbirros y emigrados que salieron de Cuba, para crear un ejército de mercenarios (2506). Una invasión apoyada por propaganda radial desde la Isla Swan, en Honduras (Radio Swan), que se lanzó contra Cuba en abril de 1961 y se intentó hacerla pasar por una sublevación interna. Pero esa invasión se convirtió en la primera derrota del imperialismo en América Latina: Playa Girón.
También fracasaron todos esos infiltrados en zonas montañosas, que asesinaron a familias campesinas, a maestros que subieron las lomas de Cuba para alfabetizar a la población abandonada por las dictaduras que campearon en Cuba antes de 1959 con el apoyo de los gobiernos de EEUU.
Durante estas 6 décadas, desde Estados Unidos y Europa, han viajado a Cuba delincuentes que cometieron atentados contra objetivos económicos dentro de la Isla, sin dejar de lado programas de subversión interna, formando “líderes” de la edulcorada “disidencia”, que se han querido presentar al mundo como “patriotas” que luchan por la libertad (dígase al servicio de los intereses imperialistas, para alcanzar como objetivo de que EEUU siga contando con la “libertad” de usar a Cuba como su prostíbulo, campo de casinos de juegos y mafia).
La propaganda ya no sólo se dirige hacia dentro de Cuba, sino que se utiliza la gran prensa “libre” para mentir, engañar, manipular y tergiversar sobre la realidad cubana.
Sólo a modo de ejemplo, no se puede olvidar los bulos y fakenews que recorrieron el mundo sobre los hechos del 11 y 12 de julio de 2021; incluso, se publicaron por diversos medios y espacios de cuentas de RRSS, fotografías que nada tenían que ver con Cuba: conglomeración en Cataluña (Barcelona) por la celebración de la Diada, actos de violencia de guarimberos venezolanos, manifestantes en celebración de la Copa América en Buenos Aires (Argentina) y un largo etcétera de mentiras.
Esa “prensa” se utiliza como instrumento, de cara al resto del mundo, para crear una visión distorsionada de la realidad cubana. Esos grandes medios, auto titulados de “prestigio” y que tanto abogan por la “libertad de expresión”, hasta utilizaron, sin contrastar, imágenes de la respuesta dada por el pueblo cubano en apoyo a la Revolución cubana y de rechazo a los actos vandálicos de la delincuencia pagada, como si fueran protestas contra el gobierno revolucionario.
España también ha sido usada como epicentro de la propaganda anticubana y de la financiación a la “disidencia”. Desde todo el espectro de la derecha española, incluso del centro “izquierda”, han puestos sus esfuerzos en aprobar Proyectos No de Ley presentados en el Congreso de los Diputados, producto del servilismo que tienen hacia el imperialismo estadounidense.
También se han utilizado entidades e instituciones para destinar fondos para la propaganda contra Cuba: La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), la Dirección General del Libro del Ministerio de Cultura español y algunos gobiernos regionales españoles son ejemplos de ello.
En el presente, son el Partido Popular y Vox los más abanderados en la política de agresiones contra Cuba y de “amiguismos” con las personalidades de EEUU más connotadas en las políticas de asfixia económica y terrorismo hacia Cuba.
En el Parlamento europeo se les han abierto las puertas a personeros cubanos que enfocan campañas contra Cuba, que demandan más bloqueo contra el pueblo cubano y hasta han exigido la intervención de una fuerza militar en la Isla. ¿Es esa la manera de buscar la paz, de construir derechos, de forjar cooperación, de mostrar respeto y no interferir en asuntos internos de Cuba?
Esa ha sido lo que ha caracterizado la política del imperialismo y fuerzas políticas de la derecha y ultraderecha europeas hasta nuestros días: retorcer la realidad en una que sirva a sus intereses y trate de ensuciar la moral demostrada por el gobierno y pueblo cubanos con la Revolución cubana.
Fidel lo dijo el 21 de enero de 1959, en comparecencia frente al Palacio Presidencial: “Los que creyeron que después de nuestras victorias militares nos iban a aplastar en el campo de la información, en el campo de la opinión pública, se han encontrado con que la Revolución Cubana sabe también pelear y ganar batallas en ese campo…”_ y Cuba sigue desmontando toda la comparsa de mentiras de imperialistas y mercenarios, en esta batalla de exponer ideas y verdad.
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