Por Yasiel Cancio Vilar */PL.
Augusto C. Sandino plantó la semilla de la Revolución que brotó el 19
de julio de 1979 para dinamitar décadas de dictadura somocista en
Nicaragua y, sin concepciones anquilosadas, proveer de libertad y
democracia a las familias pinoleras.
Miles de personas provenientes de todo el país se congregarán el
venidero día 19 en esta capital, para celebrar el aniversario 36 del
triunfo del proceso sandinista.
Sandino -líder de la resistencia contra el ejército de ocupación
estadounidense, entre 1927 y 1933- es considerado por los nicaragüenses
el inspirador de esa Revolución Popular.
Los festejos por el aniversario llevan implícito un mensaje de paz
como modo para combatir la pobreza y promover la justicia y la equidad
social, aseguró el sociólogo nicaragüense Freddy Franco, en entrevista
con Prensa Latina.
El principal reto de Nicaragua es superar la pobreza, esto implica
hacer transformaciones que permitan dejar atrás las desigualdades
mediante una mejor distribución de las riquezas, enfatizó.
Franco dejó claro que "el 19 de julio es una fiesta nacional porque
trajo la libertad y la democracia a Nicaragua, y el poder para el
pueblo".
Ese día de 1979, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSNL)
despojó del poder a la familia Somoza, que por décadas, había sembrado
el terror en suelo nicaragüense con una sanguinaria dictadura.
Durante el período 1979-1990 se hicieron transformaciones profundas
en la estructura económica, social y política del país, subrayó el
también director de la Federación de Sindicatos de Trabajadores
Universitarios de Centroamérica, México y el Caribe.
Entonces se creó un nuevo Ejército, una nueva Policía, un Poder
Popular, una plena democracia representativa y participativa, y tomamos
protagonismo en las relaciones internacionales; hubo una real
Revolución, manifestó.
Sin embargo, en esa época Nicaragua estuvo inmersa en una guerra
articulada desde Estados Unidos, amén de haber sufrido un bloqueo
financiero y comercial impuesto por ese mismo país, que sumió en una
profunda crisis la gestión económica del gobierno sandinista.
Principalmente por esas razones no tuvimos posibilidades de realizar
mayores transformaciones, aunque se hicieron infinidad de cosas como la
campaña de alfabetización y la reforma agraria, recordó Franco.
En gran medida debido a las secuelas de la guerra y los devastadores
efectos del bloqueo, el FSLN perdió las elecciones de 1990 y
temporalmente abandonó la silla presidencial, aunque su legado de lucha
quedó plasmado en la memoria de los nicaragüenses.
Segunda etapa: retorno al poder del sandinismo
Aquella Revolución de 1979 sirvió de base para el proceso actual (la
segunda etapa), que empezó desde 2007 cuando ganamos las elecciones
nacionales bajo el liderazgo del presidente Daniel Ortega, expresó
Franco.
El catedrático explicó que "con la experiencia histórica adquirida,
la Revolución Sandinista dejó atrás la guerra y ahora trabaja por
consolidar la paz como premisa para el desarrollo".
Ese fortalecimiento de la paz, explicó, es parte esencial del
compromiso sandinista, un proyecto que está en constante
rejuvenecimiento desde el triunfo en 1979.
Hoy día, el proyecto sandinista goza de gran apoyo popular, superior
al 70 por ciento de aceptación, de acuerdo con un reciente estudio
realizado por la empresa M&R Consultores.
"Debemos seguir trabajando para consolidar aún más la salud de esta
segunda etapa de la Revolución, de restitución de derechos bajo el
modelo cristiano, socialista y solidario", aseveró Franco.
Ese proyecto de restitución de derechos va aparejado a la lucha
contra la pobreza, lo cual según el académico, "implica hacer
transformaciones que permitan dejar atrás las desigualdades mediante una
mejor distribución de las riquezas y restitución de derechos para el
pueblo".
La pobreza es material pero también mental. La Revolución debe estar a
la altura del momento histórico para seguir evolucionando y satisfacer
las expectativas de los nuevos derechos y demandas, sentenció.
Una de las grandes apuestas para generar capital y destinarlo a la
lucha contra la pobreza y el desarrollo de la sociedad es la
construcción del Gran Canal Interoceánico, que según analistas,
duplicará el Producto Interno Bruto y generará alrededor de 250 mil
empleos.
Los ingresos económicos que perciba Nicaragua por esa vía marítima se
distribuirán en el país. Esos recursos se usarán para lograr mayor
desarrollo social y sostenibilidad ambiental, afirmó el catedrático.
Añadió además que "poco a poco, nos dará mayor sustento político y económico en temas de soberanía".
El canal es parte fundamental del Plan Nacional de Desarrollo Humano,
concebido para combatir la pobreza, impulsar la generación de empleos y
encontrar vías para una mejor distribución de las riquezas.
Franco remarcó que todas esas transformaciones de Nicaragua se
realizarán mediante una profundización de la democracia participativa
directa, del poder ciudadano.
En el modelo actual, que ya se constitucionalizó, se prioriza el
consenso, el diálogo y las alianzas entre el Gobierno, los trabajadores y
los empresarios para impulsar el desarrollo económico y social,
explicó.
Asimismo, el académico aseguró que "el proyecto sandinista es
inclusivo hasta para los sectores que nos adversaban antes. Con ese
sentido de consenso y compromiso social se realizarán las
transformaciones necesarias".
Este 19 de julio sirve para afianzar los compromisos, somos
optimistas de las próximas victorias y la vigencia de nuestro proyecto
sandinista, concluyó.
*Corresponsal de Prensa Latina en Nicaragua.
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