lunes, 26 de diciembre de 2016

"Los miembros de la CIDH podrían adquirir, al menos, un ápice de moral"

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Mensaje enviado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en respuesta al Comunicado de Prensa R196/16.


Relatoría Especial para la Libertad de Expresión.

Estimados miembros de la CIDH

Si recurrimos a la historia servil de la Organización de Estados Americanos (OEA), debemos recordar que entre el 22 al 31 de enero de 1962, se realizó la VIII Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, donde se adoptó (entre otras) la IV Resolución: Exclusión del actual Gobierno de Cuba de su participación en el Sistema Interamericano… bajo la excusa de “Incompatibilidad con el Sistema Interamericano”.

Cuba quedó tácitamente expulsada, aislada y sin derecho alguno a su defensa. Esta medida fue una aspiración lograda por intereses estadounidenses, con 14 votos a favor de gobiernos títeres, incluso, comprando el voto de Haití; solo para poder justificar la anterior invasión militar llevada a cabo entre el 16 y el 19 de abril del año anterior. ¿Dónde está la condena de la OEA o la CIDH sobre los crímenes cometidos por el gobierno de Estados Unidos?

Pero si Cuba no pertenece a este organismo, por decisión propia de la dirección del mismo, en 1962, quién le ha dado el derecho a la CIDH de emitir declaraciones o resoluciones de condenas contra Cuba ¿Con qué moral se le va a exigir a Cuba el respeto a la “libertad de expresión”, cuando ni la propia CIDH tiene esa “Libertad” para ejercerla con justicia por los pueblos de la región?

Durante estos 58 años de Revolución, las agresiones imperialistas no cesaron. Una larga cadena de ataques y provocaciones se han sucedido desde entonces y hoy en día no se detienen ¿Y por qué la CIDH enmudece ante éstas y no EXIGE el respeto a la soberanía de Cuba?

Entre los planes contra Cuba está el financiamiento de una oposición, de una disidencia que su único papel es crear provocaciones, disturbios, indisciplinas sociales y provocar situaciones de caos para alimentar la propaganda anticubana, para buscar la demonización de la Revolución cubana en los monopolios mediáticos, para facilitar el sucio trabajo mediático de medios y organismos internacionales o regionales (como la CIDH).

Es muy bien conocido por los miembros de la CIDH que los miembros de esa oposición cubana, de la cual forma parte Danilo Maldonado, que el gobierno de los Estados Unidos destina más de 20 millones de dólares a sus actividades antisociales; muy a pesar de las declaraciones dadas en un cable confidencial al Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, en abril de 2009, por el entonces jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, Jonathan Farrar.

Pero, ya que la CIDH responde también a las directrices de ese país, les pongo lo esencial del cable en inglés; así lo comprenderán mejor.

ID:                       202438
Date:                   2009-04-15 13:33:00
Origin:                 09HAVANA221
Source:               US Interests Section Havana
Classification:   CONFIDENTIAL
Dunno:
Destination:      VZCZCXYZ0001
                  PP RUEHWEB
                  DE RUEHUB #0221/01 1051333
                  ZNY CCCCC ZZH
                  P 151333Z APR 09
                  FM USINT HAVANA
                  TO RUEHC/SECSTATE WASHDC PRIORITY 4310
                  INFO RHMFISS/CDR USSOUTHCOM MIAMI FL
                  RUEAIIA/CIA WASHINGTON DC
                  RHMFISS/COGARD INTELCOORDCEN WASHINGTON DC
                  RHEHAAA/NATIONAL SECURITY COUNCIL WASHINGTON DC
                  RHMFISS/NAVINTELOFC GUANTANAMO BAY CU
C O N F I D E N T I A L HAVANA 000221
SIPDIS
E.O. 12958: DECL: 03/08/2019
TAGS: PGOV, PINR, PREL, PHUM, CU
SUBJECT: THE U.S. AND THE ROLE OF THE OPPOSITION IN CUBA
Classified By: COM Jonathan Farrar for reasons 1.4 (b) and (d)
(...)
Dissident Movement Not a Coherent Whole
---------------------------------------
5. (C) Whether or not the opposition organizations have agendas that can be made to appeal to a broad range of interests on the island, they must first begin to achieve some level of unity of purpose as an opposition, or at least stop spending so much energy trying to undercut one another.

Despite claims that they represent "thousands of Cubans," we see little evidence of such support, at least from the admittedly limited vantage point we have in Havana. When we question opposition leaders about their programs, we do not see platforms designed to appeal to a broad cross section of Cuban society. Rather, the greatest effort is directed at obtaining enough resources to keep the principal organizers and their key supporters living from day to day. One political party organization told the COM quite openly and frankly that it needed resources to pay salaries and presented him with a budget in the hope that USINT would be able to cover it. With seeking resources as a primary concern, the next most important pursuit seems to be to limit or marginalize the activities of erstwhile allies, thus preserving power and access to scarce resources.

Entonces, ¿Y el respeto al derecho de Cuba a hacerse un camino propio? ¿Y el derecho al respeto de las leyes cubanas contra la actividad de estos reconocidos mercenarios como “El Sexto”? ¿Y cuándo la CIHD será capaz de condenar a Estados Unidos por su política de agresiones y propaganda subversiva contra Cuba, de condena al gobierno de Estados Unidos por el ilegal financiamiento de mercenarios para ejercer el papel de “oposición”? ¿Cuándo la CIDH será capaz de condenar la injerencia y hegemonía del gobierno de Estados Unidos, quienes se creen con el derecho de marcar las pautas a su estilo de democracia: racista, segregacionista, de abismales desigualdades, de millones de niños sin hogar y viviendo en las calles (no ocurre en Cuba), de abusos policiales, de cárceles que funcionan como centros de torturas, de invasiones militares, de asesinatos extraterritoriales con drones, de prostitución y drogas, de miles de muertes en sus escuelas y casas por la venta liberada de armas?

¿Por qué la CIDH mantiene silencio absoluto sobre los reclamos del pueblo cubano al respeto de su soberanía, de su independencia? ¿Por qué la CIDH no condena la usurpación ilegal del territorio que ocupa la Base Naval en Guantánamo? ¿Por qué la CIDH no condena el millonario presupuesto destinado por el gobierno de Estados Unidos, y que pagan los contribuyentes estadounidenses, destinado al mercenarismo, la subversión y la propaganda anticubana; en vez de ser usado para resolver los innumerables problemas sociales y económicos que sufren cerca de 40 millones de personas dentro de Estados Unidos? 40 MILLONES DE PERSONAS SIN DERECHO, INCLUSO, A ESA "LIBERTAD DE EXPRESIÓN" QUE TANTO LA CIDH DESEA DEFENDER PARA UN MERCENARIO CUBANO: UNA ESCORIA.

Sería mucho más justo, si la CIDH, en vez de emitir Comunicados de prensa como el publicado el pasado 23 de diciembre de 2016, el R196/16, para defender a impúdicos como “El Sexto”, debería dirigir sus “esfuerzos” para reclamar justicia para esas millones de personas de la desfavorecida población estadounidense. Así los miembros de la CIDH podrían adquirir, al menos, un ápice de moral.

Saludos cordiales

Gustavo de la Torre Morales
26 de diciembre de 2016

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