El primer año, después del deslumbramiento y la certidumbre de la patria,
Ya sabíamos que los fuegos apagados de la Sierra
Volverían a encenderse, para que la isla se conservara
Como la habíamos soñado, como la habíamos conquistado.
El segundo año nos encontró con las armas en la mano, felices
De poder compartir el riesgo y la gloria
Que conocieran apenas ayer los hombres mejores,
Los de la barba y la esperanza en medio de la noche oscura.
Al tercer año estábamos enriquecidos con la victoria
Y llenos de más letras, más armas y decisiones.
En el cuarto año, Revolución nuestra, amor nuestro,
Ya hemos muerto y renacido muchas veces,
Y ya sabemos del todo que eres inmortal, que eres hermosa y dura
Como los astros. Mejor aún: como el pueblo
Que te ha ido haciendo y que tú has ido haciendo,
Revolución nuestra, amor nuestro.
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