El gobierno revolucionario cubano,
instaurado a partir de enero de 1959, y que rige con el poder del
pueblo, ha estado sujeto a constantes acusaciones sobre la presencia de
supuestas violaciones de los derechos humanos y la falta de
transparencia en la participación popular en el proceso de gobernación.
La continuada política de los gobiernos
de los Estados Unidos contra Cuba y el retórico discurso de las
marionetas imperialistas, abuchean la necesidad de un cambio en nuestro
sistema político, por uno que ellos denominan “Democrático”.
Sin embargo, la historia de Cuba cuenta
en sus páginas la existencia de un pasado feroz, turbio y lleno de
ignominias hasta principios del 1959, cuando el país dio un giro hacia
el verdadero reconocimiento del valor humano y la construcción de una
sociedad integrada al proceso de mandato y toma de decisiones en los
aspectos más importantes del país.
Pero para hablar del proceso electoral cubano, hay que citar dos etapas cruciales:
PRIMERA ETAPA
La primera etapa se enmarca desde 1900
hasta 1958, la cual estuvo marcada por la penetración extranjera de los
gobiernos norteamericanos en los asuntos internos de cuba, con el
objetivo de lograr la anexión de la Isla a la confederación.
Para esto optaron por medidas que crearan
desaciertos y división en la sociedad, como ejemplo: La disolución de
la Asamblea de representantes, el Ejército Libertador y el Partido
revolucionario cubano (PRC), los cuales habían sido instrumentos de
lucha del pueblo y de cohesión de las fuerzas por lograr la total
independencia.
También aparecieron medidas de corte económicas para crear la dependencia de la Isla a la Unión Norteamericana.
El 1ro de enero de 1899, tomó posesión
del gobierno de Cuba, en nombre del gobierno de los EUA, el Mayor
General John R. Brook, el cual dio pasos para la creación de la Ley
Municipal Electoral (16 de abril de 1900) y la formación de una nueva
Constituyente.
El primer gobernador militar extranjero
de la Isla había nombrado a los alcaldes y ayuntamientos y fue
precisamente a tales funcionarios a quienes se les concedieron las más
importantes atribuciones en las primeras elecciones municipales. La Ley
impuesta establecía que para garantizar el proceso podían recurrir a la
policía y hasta al ejército interventor, lo que propició el uso de la
fuerza para imponer candidaturas.
Debido a las restricciones y
condicionantes impuestas, solo votó el 7% de la población, debido
principalmente al alto índice de analfabetismo en una población mestiza
(principalmente) y el alto nivel de pobreza de casi toda la población
cubana.
Poco después tomó posesión en el sillón
de gobernación Leonard Wood, quien continuó con el llamamiento a la
celebración y conformación de una Constituyente, pero para demostrar su
carácter prepotente, el 25 de julio de 1900 realizó su discurso de
llamamiento en inglés.
A pesar del descontento popular y las
protestas de algunos independentistas de la anterior Cámara, Leonard
Wood continuó marginando a la población con el favoritismo a candidatos
que se inclinaban por el anexionismo y reforzó las restricciones.
Tomás Estrada Palma fue elegido
Presidente de Cuba, con solo el 47% de los votos emitidos, y también
depuso sus principios para venderse a las propuestas indecentes del
imperio norteamericano. Este señor fue quien ilegalizó al PRC y buscó la
manera de amañar aun más la nueva Constitución para intentar reelegirse
en otro período de mandato. Esto trajo revueltas y la llamada “Guerrita
de Agosto”, pero asustado de la situación social, evocó uno de los
artículos de la Enmienda Platt y produjo la segunda intervención armada
norteamericana en el país.
Dos nuevos gobernadores norteamericanos
estuvieron en la Isla: William Howard Taft (29 septiembre 1906 – 13
octubre 1906) y Charles Edward Magoon (13 octubre 1906 – 27 enero 1909);
hasta que el 28 de enero de 1909 sale como presidente José Miguel
Gómez.
Después de las nuevas votaciones
presidenciales, comienza una era de gobiernos de turnos que se
caracterizaron por el servilismo, la corrupción y el fraude. Todas las
elecciones posteriores estaban matizadas por el manejo de los
politiqueros, donde los muertos votaban, se robaban las urnas, se hacía
uso de la llamada Boleta Viajera para propiciar que un elector votara
más de una vez, que los funcionarios y trabajadores públicos fueran
amenazados con despidos sino votaban por el candidato favorecido por el
gobierno o tuviera el visto bueno de los gobiernos de EUA, donde el
ejército y la policía participaban complotados para impedir que los
electores de la oposición votaran; las personas eran chantajeadas,
entregando sus células de votación a cambio de poder ingresar a un
familiar enfermo en algún hospital, entre otras manifestaciones
antidemocráticas.
Pero el gobierno de los EUA no quitó ojo
sobre el proceso cubano y continuó con su injerencia, como se evidenció
en 1907 y en 1921, este último con el gobierno de Alfredo Zayas Alfonso,
donde el Tío Sam revisó y controló la conformación del Registro
Electoral.
En el transcurso de la República
Neocolonial, se hicieron distintas reformas constitucionales, pero
ninguna con carácter de beneficio social y siempre con el objetivo de
lograr mayor estatus de poder, como se puede apreciar en el mandato de
Gerardo Machado Morales (20 mayo 1925 – 12 agosto 1933) que logró la
reelección y con Carlos Mendieta y Montefur (18 de enero 1934 – 11 de
diciembre 1935).
El desarrollo del pensamiento político
alcanzado bajo la influencia de elementos de ideas socialistas (Antonio
Guiteras Holmes, Rubén Martínez Villena, Julio Antonio Mella, Carlos
Baliño y otros más), de los cuales algunos de ellos integraron la
asamblea constituyente y sus expresiones permitieron formular derechos y
garantías sociales; la intervención de la movilización popular en
movimientos obreros, campesinos, intelectuales y progresistas con la
consigna: “Por una Constituyente libre y soberana”, la cual unió por
encima de muchas diferencias a amplias capas del pueblo.
Después de sangrientas represiones y la influencia de algunos factores externos como: la política del New Deal de Franklin Delano Roosevelt y
su disimulada oposición al fascismo, la lucha antifascista en España
(en la cual Cuba llevó el mayoritario apoyo – el mayor contingente
internacionalista que combatió al lado de la república), el enorme
entusiasmo que despertó el proceso nacionalista de Lázaro Cárdenas en
México y las formulaciones de la Constitución Mexicana de 1917, dieron
como consecuencia el nacimiento de la Constitución de 1940, la amnistía
para presos políticos, la legalización del Partido Comunista y la
creación de la Confederación de Trabajadores de Cuba.
Aprovechando los escasos recursos de los
movimientos progresistas y comunistas y en sus prejuicios de realizar
campañas pagadas, los representantes de la politiquería también
realizaron sus manejos para garantizar puestos en la Cámara de
Representantes y el Senado, utilizando los medios de prensas con el
objetivo de desviar a los constituyentes de su objetivo principal.
Lo más lamentable es que en la aprobación
de la Constitución se dejaron muchas regulaciones para posteriores
aprobaciones y por tanto sus elementos esenciales quedaron al
desconocimiento y con una práctica nula.
Fulgencio Batista Zaldívar, durante su
período de mandato, aprovecho esta cobertura para violar la Constitución
a su propio antojo. Para acabar con el movimiento revolucionario creó
diferentes aparatos de represión, tortura y división: como el caso de
los sindicatos amarillos para dividir los sindicatos de los
trabajadores.
Batista, estando frente al ejército fue
quien ordenó disparar al pueblo durante el entierro de las cenizas de
Julio Antonio Mella, en septiembre de 1933; contribuyó decididamente al
derrocamiento del gobierno de Grau San Martín en enero de 1934; reprimió
a sangre y fuego la huelga general de marzo de 1935, y ordenó el
asesinato de Antonio Guiteras Holmes y Carlos Aponte ese mismo año.
Aunque Batista se ve obligado al exilio
en 1944, vuelve en el año 48 para reorganizar en 1952 otro golpe de
estado. Al proclamarse presidente instaura nuevamente los asesinatos
políticos, disuelve al congreso, suspende la Constitución del 40 y
también llevó a cabo la ilegalización de todas las formas políticas de
oposición.
En 1954 se convocan nuevamente a
elecciones y Batista se vuelve a instalar en el poder por medio del
fraude electoral, lo mismo intenta realizar en 1958 para imponer como
presidente a André Rivero Agüero.
Pero muy a pesar de las represiones, el
movimiento revolucionario continuó en la lucha por el derrocamiento de
la tiranía batistiana. Nace el Movimiento 26-julio que logra aglutinar a
todas las fuerzas en la lucha contra la dictadura y conlleva al triunfo
el 1ro de enero de 1959.
SEGUNDA ETAPA.
La segunda etapa crucial que se menciona
al principio es la que comienza desde 1959 hasta la actualidad. En la
misma, en sus inicios de 1959, el triunfo de la Revolución rompió con
todo el esquema oligárquico de la burguesía y se planteó restablecer la
Constitución de 1940 con las modificaciones necesarias para el ejercicio
del poder revolucionario y como fuente de derecho se adoptó la Ley
fundamental del 7 de febrero de 1959, la cual se mantuvo hasta 1976.
En la primera parte de esta etapa se
comienza a fortalecer la defensa del país, la industrialización y el
desarrollo de la agricultura; pero también se dirigieron esfuerzos al
mejoramiento de las estructuras políticas. A partir del 29 de abril de
1974, en Matanzas, se pone en ensayo la futura estructura del Poder
Popular con su proceso de elecciones; dos años más tarde se lleva al
resto del país, después de recibir el consenso popular.
El anteproyecto de la Constitución de la
República fue sometido al análisis y discusión de toda la población,
tomándose las nuevas propuestas que salieron de la base popular. El 15
de febrero de 1976 se celebró el referendo y se alcanzó la aprobación de
la misma. De igual manera, el 7 de julio del mismo año, queda aprobada
por el Consejo de Ministros la Ley Electoral.
El 24 de febrero de 1976, fue proclamada esta Constitución en acto solemne y público.
En este primer período de la Revolución,
el principio primordial a alcanzar fue la UNIDAD de todas las fuerzas
progresistas del país e involucrar al pueblo entero en todo el proceso
de construcción del socialismo. Para esto último se constituyeron
organizaciones de masas que sus funciones fundamentales estuvieran
encaminadas a solucionar las necesidades de la población y a la
integración de las mismas en las principales decisiones del presente y
futuro del país.
La Unidad tenía que estar presente, por
tanto, en la base constitucional del país y así alcanzar el
fortalecimiento político-ideológico de las masas y lograr la
consolidación del proceso social.
Gracias a todo el esfuerzo realizado por
los jóvenes de los años 60 y 70, que transformaron el deteriorado
panorama socio económico legado del capitalismo en la otrora Isla de
Pinos para transformar este territorio en la cuna del internacionalismo
en Cuba. Debido a los avances alcanzados en esta pequeña islita, el 28
de junio de 1978, la Asamblea Nacional del Poder Popular en uso de sus
facultades constitucionales, acordó reformar el artículo 10, inciso (a)
de la Constitución, para que a los efectos de lo sucesivo, la Isla de
Pinos pasara a llamarse Isla de la Juventud. Esto se dio a conocer en
acto público que se realizó en ese territorio el 2 de agoto del mismo
año.
Deseo llamar la
atención en referencia al carácter monopartidista del sistema político y
al sistema electoral cubano.
La gran diferencia entre el sistema
electoral cubano en referencia al del resto del mundo, radica en que en
Cuba no postula el partido, no se ejecutan campañas electorales por
organización política partidista alguna; sino que son los diferentes
sectores de la sociedad los que participan desde la base en el proceso
de selección de sus candidatos a nivel Municipal, Provincial o Nacional.
Tienen tanto derecho los militantes del partido como los que no están
afiliados a sus filas a ser elegidos como diputados a todos los escaños.
Mientras que el resto del mundo se mueve
por afinidades políticas y por la división de la sociedad en intereses
de clases; en Cuba es la misma sociedad en su conjunto la que propone,
elige y revoca a sus candidatos.
Para poner solo unos pocos ejemplos de otros países:
- En EUA, tanto la Cámara de Representantes como el Senado están ocupados sus escaños por los partidos. Incluyendo la discriminación de 5 representantes no-votantes: Puerto Rico, Islas Vírgenes, Samoa e Isla de Guam.
- En España, tanto el Congreso como la Mesa del Parlamento están ocupados sus escaños por miembros de los partidos políticos.
- En Alemania, tanto el Parlamento como la Cámara de Representación de los Estados Federados tienen ocupados sus escaños por miembros de los partidos.
- En Francia, tanto la Asamblea Nacional como el Senado tiene ocupados sus escaños por partidos.
- En Inglaterra, tanto la Cámara de los Comunes como la de los Lores están ocupados sus escaños por partidos políticos.
En todos estos casos, solo gobiernan los
partidos con mayor fuerza, discriminando a los que poseen menos
afiliación o capitales financieros para sostener sus campañas y
proyectos. Se impone la fuerza política y financiera sobre la necesidad
social.
El 2 de diciembre de 1976, después de todo el proceso de elecciones en
el país, se constituye oficialmente la Asamblea Nacional del Poder
Popular, en la cual queda como presidente de la misma el compañero Blas
Roca Calderío, vicepresidente el compañero Raúl Roa García y como
secretario el compañero José Arañaburo García.
El 12 de julio de 1992, cumpliendo las
recomendaciones sujetas en el IV Congreso del PCC, teniendo en cuenta
los debates públicos sostenidos, se optaron nuevos cambios con el
objetivo de proporcionar mayor representación de las instituciones y el
perfeccionamiento de sus estructuras, atribuciones y funciones de
dirección, incluyendo algunas cuestiones sobre la gestión del gobierno a
nivel provincial y municipal. También se adoptaron nuevas formas de
elección de los diputados a la Asamblea Nacional.
Dentro de las modificaciones a la
Constitución figuró el garantizar el ejercicio de numerosos derechos y
libertades fundamentales, derechos civiles y políticos de los ciudadanos
extranjeros residentes en Cuba.
En el séptimo período de mandato y por
selección de los diputados de la Asamblea Nacional, el 15 de marzo de
1993 se elige a Ricardo Alarcón de Quesada como Presidente de la
Asamblea Nacional y como Vicepresidente al compañero Jaime Crombet.
En las constantes presiones y amenazas
del gobierno de los EUA, la consciencia revolucionaria del pueblo cubano
se arraigó mucho más en su lucha por preservar sus conquistas, la mayor
de todas: la independencia.
Debido a las declaraciones injerencistas y
ofensivas del presidente de los EUA, George W. Bush, el pueblo de Cuba
dio respuesta contundente con la realización de un proceso plebiscitario
desde el día 12 al 17 de junio de 2002, el cual llevaba el objetivo del
rechazo a las declaraciones del mandatario norteamericano y la decisión
del pueblo de Cuba en la autodeterminación de continuar con nuestro
sistema político y social.
El 26 de junio del propio año, la
Asamblea Nacional adoptó el Acuerdo Nº V-74, donde se aprobó La Ley de
Reforma Constitucional, en la cual se ratifica el carácter irrevocable
del socialismo en Cuba y que ninguna negociación se aceptaba bajo las
condiciones de amenazas, agresión o coerción de parte de ninguna
potencia extranjera.
La adopción de dicho acuerdo se apoyó en
las manifestaciones populares y con la firma voluntaria de 8 198 237
electores a favor de tal modificación.
Pero lo esencial es conocer los detalles
de la participación del pueblo dentro de las decisiones del país, como
es el caso del proceso electoral. Para esto miremos la forma en que la
sociedad cubana ejerce su participación a través de su estructura social
organizativa.
Los CDR están formados por la célula de
la sociedad: la familia. La inscripción a esta organización de masas es
voluntaria y solo se admiten personas con 14 años cumplidos.
En los CDR se analizan los problemas del
barrio y también de carácter nacional. Se reúnen mensualmente de forma
ordinaria y de manera extraordinaria tantas veces se crea necesario a
propuesta de sus integrantes o dirección superior, para la información,
el debate o el análisis de algún asunto o tema de importancia; sea para
el barrio, la localidad municipal, provincial o nacional. En los mismos
se pueden tomar acuerdos o elevar propuestas a la dirección del país,
las cuales hasta pueden ser debatidas en el seno del parlamento.
La estructura de los CDR es de carácter
territorial y se organiza con dirección en: la cuadra, zonas,
municipios, provincias y nación. En la instancia nacional, los órganos y
organismos de dirección son: Congreso, Dirección y Secretariado
Ejecutivo.
A partir de esta base en la cuadra, es
que comienzan las propuestas y selección para los diferentes escaños de
los órganos de dirección popular.
Antes de la convocatoria a las
elecciones, la Asamblea Municipal designará una comisión para que
estudie los posibles cambios que se consideren necesarios de
introducirse en las circunscripciones.
Se pueden constituir, en caso necesario,
circunscripciones electorales especiales para los que residen
permanentemente en unidades militares y excepcionalmente para internados
escolares; así como para facilitarle la participación a aquellos, que
por razones determinadas, permanecerán tiempo prolongado fuera de su
territorio de domicilio.
La circunscripción reúne a todos los
miembros de los CDR que la conforman para que se hagan las propuestas a
precandidatos. Se pueden realizar tantas nominaciones se propongan en la
reunión de la circunscripción. Las propuestas se fundamentan y se lleva
a votación directa, donde se aprobará su precandidatura por el voto del
50% +1 de todos los participantes en la reunión.
Después se convocan a la elección del
Candidato a Delegado de la Circunscripción. Para esto, no se efectúan
campañas de favoritismo hacia ninguno de los precandidatos por ser
miembro del partido o no; solo se da a conocer de manera pública las
biografías de los precandidatos para que en correspondencia con sus
historiales, conductas y desempeño de sus funciones sociales y
profesionales, los electores decidan quiénes serán sus representantes.
Se llevarán a votación no menos de 2
precandidatos por circunscripción y el proceso de elección se realizará
por el voto libre, directo y secreto.
Las urnas son custodiadas por pioneros
(niños estudiantes de primaria y secundaria básica) desde el comienzo de
las votaciones hasta el conteo de los votos.
En el conteo de los votos participan los
miembros de la mesa electoral, los invitados de las organizaciones de
masas y todo aquel que desee ser observador del conteo de las boletas.
Se separaran las boletas anuladas o no
válidas y se cuentan las boletas válidas para dar a conocer en el mismo
momento del conteo al Candidato seleccionado por mayoría del electorado.
Se realizarán tantas votaciones sean necesarias en caso de empates.
Todos los Delegados de Circunscripción
son parte de la Asamblea Municipal. Por lo tanto, los delegados de las
Asambleas Municipales se eligen a razón de uno por cada circunscripción
del territorio.
Solo tienen carácter profesional los
Presidentes y Vicepresidentes de la Asamblea Municipal y de aquellos
Consejos populares que se decidan por la Asamblea.
Cuando cesen sus funciones, volverán a
mismo cargo o puesto de trabajo anterior, de ser posible; de lo
contrario a otro con similares condiciones laborales y salariales. Solo
no se cumplirá esta función cuando las causas del cese estén vinculadas a
la pérdida del cargo por hechos que lo hacen desmerecer de este puesto
público.
Para el caso de las precandidaturas a la
Asamblea Provincial y Nacional, es la base de los municipios quienes
proponen a los precandidatos, los cuales también se someten a la
votación directa y secreta de toda la población.
Dentro de las nuevas modificaciones
realizadas a la ley electoral, hoy en día, para los escaños Provinciales
y Nacional, se puede optar por el llamado “VOTO UNIDO”, en el cual la
población puede optar por la aprobación de todos los precandidatos, sin
que ninguno de los precandidatos quede fuera de la candidatura. Una
muestra más de posibilitar una participación más representativa de toda
la sociedad en los órganos del poder popular y que el trabajo en la toma
de decisiones importantes en el quehacer de la nación sea a manera
conjunta en el despliegue de esfuerzos, criterios, sugerencias y sin que
ello conlleve temor al análisis de posibles discrepancias u opiniones.
Lo más importante radica en que todos hagan suyo el objetivo común:
Resolver los problemas existentes y desarrollar la economía del país
frente a las adversidades internas y externas.
Debo señalar que incluso aquellos que
tienen sus diferencias con el proceso social de la Revolución tienen la
oportunidad de ser propuestos o elegidos desde la base de la sociedad,
pero la conciencia política e ideológica del pueblo no le contribuye con
sus votos; ya que la cultura política los conlleva a salvaguardar el
proceso, eligiendo a quienes realmente los representarán en el
cumplimiento de las gestiones gubernamentales, desestimando a los que se
mueven por motivos mezquinos.
El criterio de la participación social,
como principio de Unidad de la sociedad cubana, se ha dado como ejemplo
en la creación de más de 2200 organizaciones registradas y funcionando
en virtud de la Ley de Asociaciones (Ley 54).
A las organizaciones de masas y sociales
reconocidas en la Constitución Cubana (Artículo 7) por su alta membrecía
y capacidad movilizativa, el sistema político cubano les garantiza
amplios poderes por sus capacidades propositivas, de consulta, opinión, e
incluso decisión, en el ejercicio de la participación democrática
instituida por el orden constitucional. En el Artículo 103, la Carta
Magna cubana establece que los órganos de gobierno territorial deben
actuar con estrecha relación y coordinación con las organizaciones de
masas.
Como una muestra de esto, se debe señalar
que la modificación realizada en la Constitución en el 2002, donde se
ratifica el carácter socialista e irrevocable del sistema político
cubano, prohibiendo la negociación con potencias extranjeras bajo la
coacción, amenaza o agresión, fue promovida por una solicitud conjunta
de varias organizaciones y avalada por la firma de más de 8 millones de
electores. Esto señala un 98% del electorado cubano.
En el proceso electoral, la participación
de las organizaciones de masas es de vital importancia, lo cual
demuestra que la composición del Parlamento Nacional cubano esté formado
por mujeres y hombres de diferentes niveles culturales y profesionales,
de diferentes sectores de la sociedad: campesinos, obreros,
intelectuales, médicos, técnicos, ama de casas, jubilados y estudiantes
de los niveles medio superior y superior.
Dentro del transcurso electoral, el
Presidente del Consejo de Estado tiene que someterse a dos procesos
electorales: primero tiene que ser elegido como diputado por más de la
mitad de los electores de su circunscripción electoral y después por la
Asamblea Nacional, ambos casos por el voto libre, directo y secreto.
Los pilares básicos del Sistema del Poder Popular y del Sistema Electoral cubanos son:
- El pueblo propone y nomina de forma libre y democrática a sus candidatos.
- La elección se efectúa mediante el voto libre, directo y secreto.
- Los elegidos pueden ser revocados en cualquier momento de su mandato por cuestiones de falta de principios, incumplimiento de sus responsabilidades o violación de la ley.
- La condición de diputado no entraña privilegios personales ni beneficios económicos, deben rendir cuentas a los electores de sus gestiones y están sujetos a controles sistemáticos de sus gestiones y actuación.
- Los diputados y delegados no son profesionales; por tanto, no perciben salarios por el desempeño de sus funciones, realizando sus gestiones, mayoritariamente, en tiempo extra laboral.
- Los diputados y delegados de los diferentes niveles tienen la obligación de mantener contacto directo con sus electores, oír sus opiniones, sugerencias, solicitudes, críticas y rendir cuentas, explicando la política del territorio por el que fue elegido y la política nacional.
De esta manera se conforman los
diferentes niveles del organigrama del Poder Popular y Estatal cubanos.
Nace en la célula de la sociedad y con la participación del pueblo
directamente y también a través de sus organizaciones de masas,
eligiendo simplemente a los que ven con verdaderas condiciones para ser
sus representantes en el gobierno.
Mientras el resto del mundo muestra
niveles abruptos de abstencionismo para elegir a sus gobernantes, Cuba
mantiene un alto y detonante nivel de participación del pueblo en cada
proceso electoral.
Tanto la participación del pueblo en la
selección de sus dirigentes como en las decisiones importantes del país,
Cuba se moviliza para responder con firmeza a favor de su proceso
social.
La Revolución Cubana tiene su fuente de
legitimidad no en las instituciones armadas o en las prebendas de una
potencia extranjera, sino en un amplio y profundo consenso popular en
torno a la salvaguarda de la soberanía, la independencia y el bienestar
de todo el pueblo.
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