jueves, 14 de febrero de 2013

Una atrevida entrada, un intento de poesía, para mi amada esposa.

Pido perdón, por adelantado, a los verdaderos poetas por mi atrevimiento en esta página. Pero es mi modesta forma de decirle a mi esposa, en este 14 de febrero: ¡Te amo!


Por editor del blog: Gustavo de la Torre Morales.


Amada mía:

Hoy me he permitido sentarme en el borde del día, con un caprichoso fervor por colectar cada instante de nuestras diabluras amorosas… es imposible olvidar, como nuestras etapas pasaron de esas disimuladas miradas y sonrisas, embozadas en velos, a las más iridiscentes, racionales y sicalípticas complicidades de satisfacción.

Hoy, me acojo al placer de montarme sobre el dorso de un cometa para viajar por el desván de nuestras aventuras, pasando cada página del calendario con una fugaz tranquilidad, como si en mi pecho naciera un palco para recostar mi cuerpo y revivir cada una de las escenas que te tuve entre mis brazos. Inevitablemente se me dibuja una florecida alegría… y es como si enfrentara, sin vergüenza alguna, todos los lucubrantes artificios que me dejaron arrancar suavemente cada beso enardecedor que brotó de tus labios… toda deshora depuesta por tallar en mis manos tu cuerpo… y todos esos momentos que me hicieron sentir en mi entresijo el abrazante calor de tu pasión.

En este viaje desde la retrospectiva, veo pasar al sol, la luna, la lluvia, los días con sus tempestades y quietudes por las puntas de  mis pies; pero mis ojos solamente resplandecen con las instantáneas donde aparece tu imagen… y todo mi ser salta sorprendidamente emocionado porque no logro definir cuál fue el golpe del segundero que marcó el punto de giro, para convertirme en un acólito y cazador de tu belleza; cuando te convertiste en el diadema de mis amores... para saber el preciso momento en que cerré la hornacina para abrirte, de par en par, la puerta  hacia mi alma.

Me despierto con la danza de tu cuerpo sobre mis sábanas, en un intento por seguir acomodándose en mis brazos... pero mis ojos se abren a la realidad... se me escapan los suspiros como ráfagas de anhelos. ¡Te necesito tanto!

Se levanta nuevamente el telón de techos azules y sus vigas de soporte naranjas y amarillas, su piso se vuelve verde a cualquier paso... y debo bajar de mi corcel celeste para continuar acumulando recuerdos.

Sin embargo, en mi corazón late la canción que me hace tenerte en mi... siempre acurrucada para amarte más, porque eres tan hermosa para mí.

TENGO ANGELES EN EL ALMA.

Llegaste como el alba,
Destellando ilusiones después de la luna,
Adornando con lozana sonrisa.

Me acarició la brisa de tu pelo,
Llenando pasos con luz de tus ojos
En el lascivo canto de tu aroma.

Reposo acogido al meandro de tu cuerpo,
Sintiendo un legumbre de ensueños
Sobre el jazmín de tu piel.

Me abrazó cada palabra,
Caminando cada susurro de tus manos
Por las estrofas de mis besos.

Vibro al compás del albor,
Lucubrando un amor interminable
En el alado horizonte de alamedas.

Me abrió el pecho con dolor divino,
Cobijando lisonjeras esperanzas
En el espacio de la ternura.

Miro mi interior desordenado,
Sabiendo que por ti no hay vacío alguno.
Hoy tengo ángeles en el alma.

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