martes, 19 de febrero de 2013

Yoani y la moraleja.


Por el editor del blog: Gustavo de la Torre Morales.
 
Realmente no sé si Yoani Sánchez se equivocó de aeropuerto, de puerta de salida o de comitiva de bienvenida; ya que el gran Brasil acogió a la bloguera de la CIA con abucheos y pancartas que dejaban claro el carácter servilista y traicionero de su conducta: sin más, una mercenaria y monigote del imperialismo.


Aunque dijo a la prensa que lo esperaba, algunos textos de las pancartas decían: ¡Cuba sí, yanquis no!... ¡Yoani, agente de la CIA!... aunque también hubo gritos de ¡Fuera de Brasil!
The international tour que le han programado desde la CIA a la vende-patria tiene como objeto viajar por varios países y brindar en ellos “conferencias magistrales” donde se tergiverse la realidad cubana, se siga engañando y crear una opinión pública desfavorable a la Revolución cubana.

En su primera parada en Brasil debió ser la cabecera para la proyección de un documental de Claudio Galvao, “Conexión Cuba-Honduras”; aunque en ese momento también recibió otra dosis de rechazo, el cual no posibilitó ni su trova mercenaria ni la proyección del documental.
A pesar de haber recibido tal repudio, habría que ver con qué moral y qué hubiera dicho este personaje sobre la libertad de expresión y los asesinatos de periodistas en Honduras, cuando el golpe de Estado perpetrado por Roberto Micheletti, si ella en aquel entonces no fue capaz de denunciar tal barbarie. Todo lo contrario, mantuvo un silencio cómplice y, además, siguió su conexión con su compañera de lucha, Laura Pollán, la cual hasta felicitó por teléfono al golpista.

Es contradictorio que esta mercenaria hable de represión, hostigamiento, persecución y acoso a su persona en Cuba, si ha tenido el cínico descaro de hacerse fotos, sonriente en la playa y con latas de cerveza bucanero en mano ¿En algún país bajo una férrea dictadura, donde se persiga y hostigue a alguien, podría esa persona estar campante tomando cervezas? Creo que hay un gran dilema sobre los conceptos de dictadura y represión; porque estoy constatando que éstos cambian sus acepciones con respecto al caso Cuba, frente a lo que se usa normalmente para el resto del mundo.

Es contradictorio que esta mercenaria hable de carencia de libertad de expresión en Cuba, cuando el pueblo es actor fundamental de las decisiones importantes del país, como se evidenció en la discusión y aprobación de los lineamientos de la vida económica y política a poner en práctica en el país, donde participaron más de 8 millones de cubanos con más de 30 mil planteamientos que cambiaron el 60% de los lineamientos iniciales propuestos.

Es contradictorio que esta mercenaria hable de carencia de libertad de expresión en Cuba, cuando el 90% de los cubanos participaron de los comicios celebrados el domingo 3 de febrero, cifra que no se encuentra en otro país y sin indicios de presión policial alguna (ya que las urnas son custodiadas por niños en uniformes escolares); lo cual da una muestra del respeto al derecho del pueblo a efectuar su ejercicio de libertad de expresión. ¡Sí, de libertad de expresión! Ya que ejerciendo el pueblo su derecho al voto también expresa sus ideales, su identidad con el proceso social socialista del país, su pleno acuerdo con los dirigentes que  eligen para representarlos en el Parlamento Nacional, provinciales y municipales.

Es contradictorio que esta mercenaria hable de carencia de libertad de expresión o represión en Cuba, ya que es un país que no tiene registro de tortura o asesinatos a periodistas. Sin embargo, no sólo Honduras bajo las garras de Micheletti; sino que hay registros de asesinatos en otros países y que se han justificado con “equivocaciones” o “daños colaterales” (recordemos que aun la familia de José Couso Permuy espera se haga justicia por su asesinato, junto a otros profesionales hospedados en el Hotel Palestine, en Bagdad, Irak, a manos de las tropas estadounidenses).

Es contradictorio que esta mercenaria se exprese de manera despectiva sobre el pueblo cubano, tergiversado la realidad de la Isla y adulando la creación de un sistema “suit generis” al estilo proyanqui y capitalista, cuando de los 140 mil niños que pasan hambre en este mundo ninguno es cubano; donde la educación y la salud pública no están en venta en un mercado para ser privatizadas y para exclusividad de determinada clase social; donde no hay suicidios por desahucios ni bancos que caigan en bancarrota por pésima gestión, se rescaten con el dinero público y además se le faciliten a los directivos retiros millonarios.

Ejemplos de contradicciones como las anteriores hay muchísimos más que se puedan citar. Nada, con un razonamiento es sencillo, lo que tiene Yoani es una mascarita, un oportunismo visceral por la coyuntura proporcionada por sus patrocinadores de la CIA, como parte de la política de hostigamiento que el imperialismo lleva a cabo contra el pueblo cubano en estos 54 años de Revolución. 

Lo que no puede Yoani ni sus financistas es opacar la obra humanitaria de la Revolución cubana, la cual habla por sí sola.

Todavía le queda a la mercenaria otros países que visitar. Espero que esté preparada para más comités de recibimiento con carteles y gritos de repudio. Quien actúe con oportunismo, con la mentira y el engaño como discurso y con la traición como principio de actuación, recogerá el rechazo y el repudio de los honestos: de los pueblos, incluido el propio.

Yoani, la moraleja es evidente ¡Se cosecha, lo que se siembra!










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