Tomado de
Pensando Américas.
Por Patricio Montesinos
En medio de la compleja coyuntura que vive
hoy el mundo, guerras, agresiones, carrera armamentista sin freno, crisis
económicas, padecimientos de millones de emigrantes y el
calentamiento global, entre otros tantos males, la palabra Paz ha sido la
más escuchada en la XVII Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL),
que se escenifica en Isla Margarita, Venezuela.
Y tienen razón los representantes,
cancilleres y dignatarios de las 120 naciones integrantes del MNOAL que han
reiterado la imperiosa necesidad de acabar de forjar un mundo de concordia,
cuando nuestro planeta Tierra es asechado por un eventual holocausto, y en
peligro de desaparecer.
Sin Paz, que significa distensión, respeto
por el prójimo y sus derechos humanos fundamentales, solidaridad y cooperación,
entre otras muchas cosas más, jamás podrán resolverse los graves problemas que
padece la humanidad en este siglo XXI., y que dañan básicamente a las naciones
y pueblos más pobres, los llamados del Sur, que precisamente son en su inmensa mayoría
los que conforman el MNOAL.
Esos países, expoliados desde siempre por
los ricos del Norte, son los que demandan una vez más en Isla
Margarita su derecho a vivir en armonía, con independencia y autodeterminación,
e impedir a tiempo que la especie humana desaparezca en un futuro no muy lejano
por las desmedidas ambiciones de los poderosos.
La codicia sin límite del Norte por hacerse
de los recursos naturales del Sur y continuar dominándolo, especialmente por
parte de Estados Unidos y sus “aliados” de Europa, es la causa principal de los
problemas que aquejan al mundo.
Con el propósito de mantener su hegemonía a
toda costa, el Imperio de Washington, apoyado por sus cada vez menos “amigos”,
acude a todos los métodos habidos y por haber, desde sus conocidas guerras,
invasiones, aliento de conflictos entre pueblos vecinos, hasta bloqueos,
sanciones, e impensables artimañas políticas dirigidas a derrocar gobiernos,
además de a violaciones flagrantes de las leyes internacionales y los derechos
humanos.
Ejemplos de esas actuaciones de Estados
Unidos son sobrados y no acabaríamos nunca de relacionarlos. Solo hay que
mirar de soslayo al convulso Oriente Medio, a la discriminada África o la
saqueada América Latina para percatarse de ello.
Precisamente Venezuela, sede de la
vigesimoséptima cita del MNOAL, es blanco de una de las más grandes
conspiraciones que en la Patria Grande protagonizan actualmente el Pentágono y
la Casa Blanca para conseguir derrumbar la Revolución Bolivariana y Chavista, y
hacerse nuevamente con el petróleo de la nación sudamericana.
Washington ha silenciado e intentado
desacreditar la Cumbre del MNOAL por dos razones principales: Impedir u
obstaculizar lo que será una activa presidencia de Venezuela en los venideros
tres años de esa importante organización, y por supuesto callar una vez más las
demandas del Sur, y también de millones de ciudadanos del Norte, de que un
mundo en Paz es mejor, y es posible.
Desde su fundación, el MNOAL siempre ha
molestado a las administraciones norteamericanas porque defiende el principio,
como indica su nombre, de la No Alineación a imperio alguno.
Ahora le incomoda más, en momentos en que
la geopolítica internacional sufre transformaciones con nuevos bloques
regionales e interregionales, y el despunte de potencias emergentes en el
Sur, lo que Estados Unidos ve como un peligro para su hegemonismo.
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