jueves, 16 de noviembre de 2017

Expertos señalan incongruencias en la hipótesis de los ataques acústicos

Tomado de Granma
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Con más de 300 intervenciones y un amplio consenso sobre las incongruencias de la hipótesis de un ataque acústico contra diplomáticos estadounidenses en Cuba, cerró la primera jornada del foro online donde participaron científicos y expertos de diferentes  campos científicos.
EL sitio web de la Red Cubana de la Ciencia acogió el debate, que continuará hoy desde las 10:00 a.m.
De acuerdo con la versión de Washington, su personal diplomático en La Habana presentó síntomas provocados por «ataques sónicos». Los afectados reportan haber sentido ruidos dentro de sus residencias y los siguientes «síntomas»: náuseas, cefalea, trastornos del equilibrio, pérdida auditiva, dolor facial y abdominal, trastornos de la memoria, y conmoción cerebral.

El debate del foro online se centró en responder tres preguntas básicas: ¿Los síntomas descritos pueden ser consecuencia de agentes sónicos? ¿Otras enfermedades pudieron haber provocado tales síntomas? ¿Existe la probabilidad de causas de origen sico-social?
El Dr. Manuel Jorge Villar Kuscevic, especialista de II Grado en Otorrinolaringología y Profesor Auxiliar, respondió a una pregunta enviada por Granma vía digital respecto a las grabaciones de los supuestos sonidos dañinos que fueron filtradas a la prensa estadounidense.
El también Jefe del Servicio de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello del Hospital «Enrique Cabrera» explicó el proceso de recepción y análisis de las muestras proporcionadas por las autoridades estadounidenses a las cubanas.
Según el especialista, dicho comité accedió a varias grabaciones entregadas por el gobierno estadounidense, de las cuales solo se ha filtrado una.

«Puedo decir, responsablemente, que la muestra de mayor intensidad alcanzó los 74,6 decibeles (DB), lo cual no resulta nocivo para la salud humana», aseguró el especialista, miembro del Comité de Expertos.
«Ninguna de las 14 muestras entregadas por las autoridades estadounidenses a las de la Isla indicaba ser perjudicial para las personas», añadió Villar Kuscevic.
«Estas muestras contienen ruidos ambientales y el sonido de un conocido grillo cubano».
Por su parte, el doctor en Ciencias Físicas e investigador y profesor titular del Instituto de Higiene, Epidemiología y Microbiología, doctor Carlos Barceló Pérez, puntualizó a Granma los tipos de sonido que deben registrarse para generar daños como los descritos.
Explicó que las pérdidas auditivas vinculadas a la exposición a sonidos pueden ser temporales o permanentes. «Con niveles de intensidad de sonidos moderados, como puede ser el ruido del tráfico, hay una pérdida de la agudeza auditiva, que una vez cesa el estímulo sonoro, cuando se acabó el tráfico, se recupera paulatinamente en el tiempo».
Pero, dijo, hay pérdidas permanentes que tienen que ver con la llamada hipoacusia neurosensorial, que es un problema de la higiene ocupacional. Es decir, cuando una persona está expuesta a niveles sonoros del orden de 85 o más decibeles durante muchos años, por ejemplo diez años, entonces padece una pérdida de la sensibilidad auditiva.
 Otra forma es cuando instantáneamente uno está expuesto a un sonido de golpe, lo que llamamos ruido de impulso, una explosión. Esta puede romper el tímpano y por tanto no hay transmisión mecánica del sonido al oído medio, el cerebro deja de decodificar la sensación de la audición. Son estas las causas que pueden llevar a la pérdida permanente del umbral auditivo, agregó Barceló.
En general los niveles moderados entre 60 y 80 decibeles producen pérdidas transitorias del umbral auditivo entre otros efectos, también sicosomáticos e inespecíficos, como el aumento de la frecuencia cardiaca, pero que en general son recuperativos cuando cesa la exposición al sonido. Los daños permanentes solo aparecen ante altas dosis de exposición, por encima de 85 decibeles, durante largo tiempo, o traumas acústicos, con frecuencia de sonidos de impacto, como golpes, explosiones…
El especialista, quien tuvo la oportunidad de analizar las grabaciones de sonido entregadas por la parte estadounidense, manifestó que no encontró sonidos de impulso en ninguna parte, solo se hallaron sonidos continuos y fluctuantes, en niveles de intensidades moderadas, no excedieron los 80 decibeles, lo cual permite concluir que no pudo haber daños permanentes en la salud de las personas expuestas.
Respecto a uno de los síntomas más inverosímiles reportados por la parte estadounidense y asociado a los incidentes acústicos, el destacado neurólogo cubano, Dr.C. Nelson Gómez Viera, explicó que la conmoción cerebral (también llamada lesión cerebral menor) es un cuadro neurológico que surge como resultado de un trauma craneal o un proceso de aceleración o desaceleración brusca del cráneo.
Añadió que este tipo de padecimientos se ven mayormente en deportistas y en víctimas de accidentes de tránsito.
«Realmente una de las características más visibles de la conmoción cerebral es la perdida de la conciencia y en los casos en que esto no ocurre la persona queda como aturdida», expuso Gómez Viera, quien es el Jefe del Centro de Neurología del Hospital Hermanos Ameijeiras.

«Para que un arma sónica produjera una conmoción cerebral, dijo, tendría que comportarse como una onda de choque, lo cual no es el caso».
Además de todo esto el Doctor en Ciencias Médicas expuso que, si esto fuese cierto, las afectaciones no solo serían cerebrales sino en otras partes del organismo, lo cual no ha sido descrito en ninguno de los casos.
Asimismo, estas aflicciones impactarían a todos los que rodearan a los pacientes, no serían individuales, puntualizó.
El también miembro del Comité de Expertos, Daniel Stolik Kovygrod, doctor en Ciencias Físicas con más de 50 años de experiencia y presidente de la Cátedra Honorífica «Física y Música» de la Universidad de La Habana, se refirió a la posibilidad manejada por algunos medios de comunicación respecto al posible uso de ondas electromagnéticas en lugar de acústicas para perpetrar los alegados ataques a la salud.
«Lo que llega al oído, lo que es capaz de percibirse por el hombre, es una onda sonora, una fluctuación de la presión atmosférica», dijo. «El oído no percibe, no es capaz de percibir y transformar ondas electromagnéticas».
Ante un comentario sobre el posible papel del estrés en el caso de los diplomáticos estadounidenses, el Doctor en Ciencias Sicológicas y Profesor Titular Dionisio Zaldívar Pérez respondió que resulta conocido que cuando una persona se enfrenta a situaciones conflictivas o que le generan tensión o sentimiento de amenaza o peligro, se desarrolla un proceso de estrés que se acompaña de distintos síntomas.
«Lo anterior depende en última instancia de la valoración que hace el sujeto de la situación y su respuesta puede ser inducida, por contagio, a otras personas cercanas que comparten un ambiente común, iguales expectativas o temores».
Para Zaldívar, podríamos estar en presencia de un evento de estrés colectivo. Es una hipótesis posible, dijo, que podría explicarnos lo que sucede con los presuntos ataques. El experto señaló que estamos ante un conjunto de síntomas que son variables e inestables, que pueden presentarse en diversas enfermedades y situaciones, pero que siempre se diagnostican cuando se ha agotado el estudio de las evidencias físicas y clínicas que pudieran explicar este fenómeno.
Sucede que una persona puede ser afectada por un evento determinado que lo dimensiona, distorsiona o exagera y produce una respuesta emocional de este tipo. Las personas que comparten con esta un espacio social común, creencias o expectativas similares pueden reaccionar de esta manera.
La literatura presenta muchos hechos de este tipo, refirió el experto, como es el ejemplo del tsunami en Japón en el 2011, cuando un estudiante dijo sentirse con las manos entumecidas, con la cabeza ida, e inmediatamente hasta 20 estudiantes tuvieron estos mismos síntomas. Fueron investigados y no hubo evidencia física para explicarlo.
Ejemplos similares y frecuentes están registrados, dijo.  «Son varios los casos documentados en la literatura científica que hablan de que se han contagiado síntomas o comportamientos como estos, por una persona que ha dado inicio a una situación determinada. Esto ocurre en situaciones tensas, vistas como la persona como amenazantes que producen esta respuesta de estrés y luego se contagia a personas a su alrededor».
Hay múltiples ejemplos que explican que esto realmente es plausible, añadió Zaldívar, donde un grupo está sometido a cierta tensión, y uno de ellos interpreta un hecho como peligroso, la emoción que acompaña a esta percepción puede ser contagiada al resto de los miembros del grupo y pueden presentar la misma sintomatología.
La Dra. Yamile González Sánchez, especialista en II Grado en Higiene y Epidemiologia, apuntó que sería últil investigar el historial ocupacional de cada funcionario afectado previo a trabajar en nuestro país. «Así se valoraría el nivel de stress acumulado de cada uno de los funcionarios o la presencia de otra enfermedad con anterioridad».
«NO CONOCEN CUBA NI SU REVOLUCIÓN»
Internautas en distintas latitudes tuvieron la posibilidad de intercambiar criterios y hacer preguntas al Comité de Expertos cubanos que ha estudiado los pormenores del caso. El grupo está conformado por especialistas en las ramas de la física, ingeniería en telecomunicaciones, medicina interna, neurología, neurofisiología, otorrinolaringología, audiología, epidemiología, salud ambiental, entomología, psicología y sociología.
«¿Cómo nunca se presentaron a las autoridades sanitarias cubanas las pruebas médicas que según ellos se realizaron en Estados Unidos?», se cuestionó en el Foro Iván Sergio Reyes Salazar, especialista en Medicina Interna. «Todas son preguntas que nos hacemos a diario por lo que nos dimos a la tarea de leer opiniones de expertos».
Reyes Salazar pone en duda las verdaderas intenciones de Washington. «En nuestra opinión, esto es algo orquestado por la administración del señor Trump para comenzar la escalada de medidas que ha tomado ya contra nuestro país. A pesar de ello los cubanos seguiremos adelante. Siempre con la verdad y nuestro orgullo de ser cubanos», concluyó.
«Este desagradable hecho que entorpece el avance de las relaciones entre dos países solo es otro ejemplo del poco conocimiento que tiene la actual administración de Estados Unidos sobre la realidad cubana. Usan fórmulas muy pasadas de moda, no conocen en lo más mínimo el nivel, la preparación y la realidad que vive un pueblo trabajador y solidario educado por Fidel y por el Che», refirió por su parte el usuario Lázaro Rodríguez Bello.
Un usuario identificado como Lázaro resalta lo paradójico que resultan los supuestos ataques sónicos: «¿Qué sentido tendría para Cuba atacar a los diplomáticos de un país con el que se restablecen relaciones? ¿Qué tecnología futurista es necesaria para provocar daños efectivos en las personas? ¿Tiene Cuba semejante tecnología?».
Estas y otras interrogantes son el producto de una lógica sencilla, agregó, del sentido común que no ha de abandonarse en esta historia novelesca.
«Cuba en sus principios éticos y de política interna y externa respeta y protege a los funcionarios de las embajadas de todos los países en nuestro territorio, no existe en nuestra actuación ningún comportamiento de agresión, todo lo contrario, se toman todas las medidas para protegerlos incluso de sus propios enemigos», dijo Xiomara Carla, tras señalar que Washington sí tiene una «lista bien larga y documentada» de acciones contra nuestro país, incluido el asesinato de diplomáticos de la mayor de las Antillas en su territorio.
«Ahora que se comenzaba un camino de normalización de las relaciones entre nuestros países se producen hechos que a las claras no benefician a nuestros pueblos y sí a los que viven del negocio de este largo diferendo y que sabemos muy bien quienes son, el lobby apátrida de la derecha anticubana en alianza con la élite imperialista que no dejan de pretender derrocar la Revolución Cubana», añadió.
Al respecto, el doctor Francisco Beltrán Fernández, colaborador de las Brigadas Médicas Cubanas en Ecuador, opina que, si los Estados Unidos no han sido capaces de tener un arma con esas características, mucho menos la tendría Cuba. «Esta acción sólo demuestra quién es el que realmente dirige la política hacia nuestro país: la mafia cubanoamericana y no el presidente», añadió.
«El cambio de política asumida por la administración de Donald Trump forma parte de la estrategia de los servicios de inteligencia americanos para llevar a hechos y continuar enrumbando sus acciones hegemónicas, que han llevado a cabo por más de medio siglo contra la Mayor de las Antillas, escudándose ahora, en estas justificaciones sin sentido», opinó Camila Moreno.
Bessy Cutié Batista señaló que todos los cubanos somos testigos de que a lo largo de toda la historia de la Revolución Cubana, muchas han sido las mentiras del gobierno norteamericano contra nuestro país, todo basado en un solo pensamiento, poner en tela de juicio la ética de nuestro país.
«En qué cabeza cabe que podemos ser capaces de las supuestas agresiones acústicas a los diplomáticos estadounidenses.
No existe la evidencia suficiente, como para dar una conclusión que carece de basamentos científicos que la apoyen», añadió.  «Los supuestos ataques acústicos constituyen una farsa para justificar la salida de los diplomáticos de la embajada norteamericana en la Habana y dar un paso atrás en el proceso de normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos».
VERIFIICAR ANTES DE ACUSAR
¿El uso de falsos argumentos científicos, como ahora en los supuestos ataques sónicos, pudiera crear un precedente en la esfera internacional que comprometiera los preceptos éticos de la ciencia en conflictos mayores?, fue la pregunta de este diario al Dr. en Ciencias Michel Valdés-Sosa, director del Centro de Neurociencias de Cuba.
«Yo creo que sí y además hay evidencia reciente de cómo el mal uso de la información científica por ignorar esta información científica lleva a decisiones equivocadas», dijo Valdés-Sosa.
Puso de ejemplo que en Estados Unidos hace mucho tiempo hubo una campaña que sostenía que el autismo lo causaban las vacunas y muchos padres dejaron de vacunar a sus hijos. En consecuencia, vuelven a resurgir enfermedades que se habían erradicado mediante la vacunación.
 «Y eso la comunidad científica luchó durante años para esclarecer la evidencia, y ahora el gobierno de los Estados Unidos, la administración de Donald Trump, está reactivando ese tema y resurge la hipótesis desacreditada de que el autismo es causado por la vacunación».
Manifestó que en el caso de los presuntos ataques acústicos no hay ninguna base científica para las alegaciones que se sostienen de que fueron atacados diplomáticos norteamericanos, y ya vemos las consecuencias: alejamiento de los dos países, interrupción de servicios consulares, retirada de diplomáticos estadounidenses de Cuba, expulsión de diplomáticos cubanos.
«Eso va en contra de las relaciones bilaterales y aunque en sus declaraciones dicen que no tiene nada que ver con los supuestos ataques, todo el ambiente que se creó alrededor de estos presuntos hechos crea el clima apropiado para moverse en esta dirección», añadió.
Precisó que no hay datos firmes, no hay evidencia sólida para hacer las afirmaciones que el gobierno norteamericano ha hecho. «Los preceptos de la ciencia nos dicen que en primer lugar las cosas hay que verificarlas».
Sobre los requisitos que debe cumplir una evidencia para que sea considerada válida desde el punto de vista científico, explicó que es un criterio de la comunidad internacional que la información debe ser abierta, se habla de «open science (ciencia de código libre)».
«Los datos hay que compartirlos para que se pueda verificar, porque los datos justifican las conclusiones que se sacan de cualquier investigación», dijo.
La segunda condición, añadió, es que hay que introducir pruebas objetivas y en la medicina estas existen para confirmar el origen de los posibles síntomas o problemas que pueda haber.
La tercera, continuó, es la replicación independiente, no basarse en los resultados de un solo laboratorio, sino que al menos dos o más puedan tener acceso a la información primaria.
«En este caso, la posibilidad de que médicos distintos hagan una evaluación independiente, porque un especialista o un laboratorio, puede equivocarse», señaló. «Datos abiertos, pruebas objetivas y replicación independiente, son tres elementos aceptados internacionalmente en cualquier investigación».

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