Por Patricio Montecinos.
Los cubanos rinden especial tributo por estos
días al líder histórico de su Revolución, Fidel Castro, de quien hablan con una
mezcla de admiración, respeto y añoranza, pero siempre lo hacen en
presente, pese a su partida física el 25 de noviembre del pasado año.
Para
los millones de admiradores en la mayor de las Antillas del Comandante en Jefe,
como le seguirán llamando eternamente, Fidel vive en cada uno
de sus compatriotas, y está allí, en cualquier punto de la Isla, donde apareció
una y otra vez para sembrar ideas y esperanzas, y escuchar a su pueblo.
La
mayoría de los cubanos tiene una anécdota que narrar de su máximo dirigente y
guía, y por estas jornadas cercanas al primer aniversario de su
desaparición física, lo hacen en diferentes actividades con marcado orgullo.
Muchos
manifiestan que aún conversan con Fidel, que le piden consejos y ayuda en la
toma de sus decisiones personales, y es muy frecuente escucharlos
expresar entre lágrimas que le echan mucho de menos, como al familiar más
cercano y querido.
Es
que el hombre que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) intentó
asesinar con más de 600 intentos de atentados y los regímenes de turno de
Estados Unidos pretendieron derrocar, sin nunca conseguirlo, está presente en
cada alegría y triunfo de los cubanos, y también ante cada adversidad y
tristeza.
El
invicto líder de la Revolución del 1 de enero de 1959 en la mayor de las
Antillas acompaña en cada momento a su pueblo, y para todas las generaciones,
incluidas aquellas que menos lo conocieron, los más jóvenes y
niños, es un ángel protector, y el ídolo de la bien merecida llamada Isla de la
Dignidad.
El
pasado viernes tuve la oportunidad de participar en La Habana en un
conversatorio ofrecido por la periodista y biógrafa de Fidel, Katiuska Blanco
Castiñeira, una entrañable y modesta mujer que le conoció de muy cerca, y se ha
dedicado a investigar y escribir sobre la vida y obra del Comandante en Jefe.
La
autora de varios libros, entre ellos “Fidel Castro Ruz, Guerrillero del
Tiempo”, “Todo el tiempo de los cedros” y “Ángel, la raíz gallega
de Fidel”, conmovió con sus palabras a colegas, historiadores,
economistas y diversas personalidades que se dieron cita en la sede de
Asociación Cubana de las Naciones Unidas (ACNU).
En
su dialogo, Katiuska aseguró que “Fidel es un Océano”, y claro lo dijo en
presente, una frase que sinceramente nunca antes había escuchado decir sobre
él, pero que lo define muy bien por su inmensa profundidad de pensamiento e
ideas, y su incansable batallar frente a fuertes vientos del Norte en su
contra.
Luego,
en un aparte, su sencilla biógrafa cubana me lo esclareció aún más con un símil
cuando expresó: Si miras hacia cualquier Océano, por ejemplo al Pacífico,
verás que la mar se te perderá en el horizonte y además no sabrás nunca cuan
profundo puede ser. Lo mismo ocurre con Fidel, de quien habrá que
estudiar, descubrir, conocer y escribir siempre, afirmó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario