La Policía estadounidense ha disparado y matado al menos 385 personas en lo que va de año, lo que supone la muerte de más de dos personas al día, según un análisis realizado por el diario The Washington Post.
El diario ha resaltado que esta cifra supone el doble de
muertes por disparos que las recogidas en las estadísticas oficiales del
Gobierno durante la última década, un número que las propias autoridades reconocen que es incompleto.
“Nunca vamos a reducir el número de tiroteos policiales si no
empezamos a seguir de forma adecuada esta información”, ha afirmado Jim
Bueerman, presidente de la ONG Fundación Policía, que tiene como
objetivo mejorar la acción policial.
La publicación de este informe tiene lugar en un momento de debate nacional sobre el uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía contra las minorías, tras la muerte de varios negros desarmados que han llevado a protestas multitudinarias.
The Washington Post ha explicado que desde principios de año
ha realizado una base de datos que recoge todos los tiroteos policiales
en los que ha habido muertos, además del fallecimiento de agentes
tiroteados.
El diario solo ha incluido en su estadística las muertes
durante 2015 por disparos, excluyendo otras causas como puñaladas o
fallecimiento de detenidos bajo custodia policial.
Mayoría de hombres
La gran mayoría de los muertos -hasta 365- eran hombres, mientras que
20 eran mujeres. 180 de los muertos eran de raza blanca, mientras que
105 eran negros y 57 de origen hispano. El rango de edad oscila entre
los 16 y los 83 años.
Alrededor del 80 por ciento de los fallecidos estaban armados con
objetos potencialmente letales, en su mayoría con pistolas, aunque
también se han registrado cuchillos, machetes o con enfrentamientos en
vehículos.
Ayuda en problemas domésticos
Otra de las cuestiones analizadas ha sido la causa del tiroteo que ha
llevado a la muerte a alguno de los implicados. En la mayoría de
ocasiones, la Policía estaba respondiendo a una petición de ayuda por
problemas domésticos u otros problemas sociales.
La mayoría de los muertos eran de clase baja y tenían antecedentes
policiales, principalmente por delitos menores. Además, 92 de los
fallecidos, que suponen casi un cuarto del total registrado, han sido
declarados por las autoridades o por sus familiares como trastornados
mentales.
Responsabilidad policial
Según la ley estadounidense, la Policía tiene autorización para matar a un sospechoso cuando está en riesgo su vida o la de otras personas. Según los datos de este informe, en tres de los casos analizados un policía ha sido acusado de cometer un delito.
Varios policías, retirados y en activo, han afirmado al diario que las fuerzas de seguridad deberían rendir cuentas ante este tipo de muertes y han asegurado que muchas se podrían evitar con una mejor actuación policial.
“Tenemos que entender los fenómenos que hay detrás de estos sucesos
fatales”, ha afirmado Bueerman. “Hay una necesidad social imperiosa para
ello pero existe una falta de voluntad política para hacer que suceda”,
ha lamentado.
(Con información de Europa Press)
No hay comentarios:
Publicar un comentario