Por Frances Stonor Saunders.
El programa Milenio, de la Televisora brasileña O Globo entrevistó hace
algunos años en Londres a la historiadora británica Frances Stonor Saunders a
raíz de la salida en Brasil de su obra sobre la CIA y la Guerra Fría Cultural
bajó el título ¿Quién pagou a conta? Hemos transcrito y traducido la entrevista para la televisión y
adelantamos aquí algunos fragmentos de la transcripión que más adelante
publicaremos íntegramente.
(…)
-Y su foco en la acción de la CIA en el campo de la cultura en la
guerra cultural, en el frente cultural. Con certeza, en esa área la CIA
tuvo un gran alcance.
Mas, en verdad, la CIA, desde
su concepción, parecía un campus universitario. Los agentes usaban traje y fumaban pipa.
Parecían profesores en encuentros formales de grandes universidades de Estados
Unidos e Inglaterra. Muchas veces ellos también eran eso.
-Usted escribió que la CIA financió la publicación de más de mil
libros, incluidos “Doctor Zhivago”, de Boris Pasternak; “La nueva clase” de un
autor yugoslavo.
-Traducciones de T.S Elliot y
de Chejov. Había una editora que publicaba a Chejov y era dirigida por la
CIA.
-¿Por qué la CIA publicaba eso?
-La CIA intentaba seducir
directamente cerebros occidentales, intelectuales que fuesen anticomunistas,
pero no necesariamente pro Estados Unidos. La CIA quería desmontar la opinión
engañosa de los soviéticos, de que los Estados Unidos no tenían cultura, no
eran sofisticados, tenían pocos derechos civiles, y no entendían un arte
elevado. La CIA quería desmentir todo eso. Ella quería construir una alianza,
digamos, una especie de OTAN cultural, para apoyar la política exterior
norteamericana, una Pax Americana, para convencer a las personas de que los
Estados Unidos eran óptimos y los soviéticos, pésimos. Mas la CIA era sutil, no
intentaba alcanzar un gran público; la CIA buscaba un pequeño público de élite, que lenta y
progresivamente, pudiera influenciar lectores, un público más amplio, además de
creadores de políticas y personalidades influyentes que pudiesen cambiar la
política para asumir la propuesta norteamericana.
(…)
-Lo que la CIA hacía, por lo que usted describe, los gobiernos
siempre lo hicieron. En el caso de América Latina en los años 40, los Estados
Unidos crearon la política del buen vecino. Parte de ella fue implementada por
Nelson Rockefeller.
-Rockefeller estaba
personalmente involucrado con la CIA en operaciones similares especialmente en
la América Latina de la postguerra. La CIA tenía un sistema óptimo de subcontratar sus
agentes por particulares e instituciones. Hay una cosa que me ayudó a
destapar esta historia y va a ayudar a futuros investigadores, principalmente
en América Latina: la CIA se resiste mucho a divulgar pruebas directas, en
forma de documentación. Mi lucha por informaciones, como la de muchas personas
no obtuvo éxito. Lo
bueno de que la CIA haya actuado en el sector privado es la posibilidad de
encontrar mucho material directamente relacionado con la CIA, con sus
organizaciones y sus métodos en el sector privado. Investigando archivos, el de
Nelson Rockefeller es un ejemplo, conseguimos ver claramente cuáles fueron las
incursiones y como fueron gestionadas para promover digamos una “aceptación
amigable” de las ideas norteamericanas en América Latina.
(…)
-Ellos publicaban las revistas “Der Monat” en Alemania,
“Encounter” en Gran Bretaña, tal vez la famosa de todas; “Preuves” en Francia;
“Tempo presente” en Italia y “Cuadernos” en América Latina.
-“Cuadernos” y también “Mundo
Nuevo”, una revista un poco menos conocida.
Había un servicio gráfico y un
servicio de distribución para todas esas revistas. Principalmente para aquellas
concentradas en América Latina.
Paralelamente a esas había
revistas como “Combate”, “Visión”, “El Mundo en Español”… eran revistas
complementarias a las revistas financiadas y dirigidas directamente por la CIA.
-Los grandes nombres de intelectuales de la post guerra en Francia
Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Albert Camus, Raymond Aron y André
Malraux… ¿participaron de eso?
-Sartre y Beauvoir eran “los
enemigos”, por así decir. Todo el foco…
-Pero intentaron conquistarlos…
-Ya me han dicho que el enemigo no era Moscú, era Paris.
Para los norteamericanos, eran Sartre y Beauvoir.
La CIA estaba obsesionada con
su anti americanismo y con los estereotipos negativos que ellos representaban.
Eso los atormentaba.
-Pero atrajeron a Malraux…
-Sedujeron a Malraux…
-Raymond Aron…
-Y a Camus, bien tardíamente,
cuando él abjuró. La
CIA consiguió, con mucha eficiencia, dividir a la izquierda francesa. Jean-Paul
Sartre y Simone de Beauvoir no eran publicados en esas revistas, eran atacados
siempre.
– ¿Y esos intelectuales sabían que estaban siendo financiados por
la CIA?
-Quién sabía y quien no sabía
es una incógnita. Muchos
de ellos ni tenían idea porque la CIA estaba detrás de instituciones, revistas,
periódicos, y críticas de arte en las que ellos estaban trabajando.
-Usted cita a Richard Crossman, un agente británico de
inteligencia, según él la manera de la hacer una buena propaganda es parecer no
estarla haciendo.
-Hay una diferencia entre los
niveles filosófico y práctico. El problema de asociación a la CIA era
reconocido por la propia CIA. La CIA no daba aprobación abiertamente, pues sabía que sería
rechazada si fuese claramente. Entonces la CIA se escondía por detrás de
fundaciones y organizaciones en Francia. Ella disfrazaba su vestimenta.
(…)
-Tiene sentido que la CIA apoyara a personas de derecha, como
Irving Crystal o el filósofo Isaiah Berlin. Por otro lado, ¿por qué la CIA
apoyaría a Mary McCarthy?
-Porque es la izquierda no
comunista. Era una esfera perfecta, y a pesar de todo muy importante
para predicar el valor dede la democracia norteamericana y su política
exterior. ¿Por qué los Estados Unidos querrían a Orwell para utilizar su
“1984” y “Rebelión en la granja”, dos textos bien polémicos contra todas
formas de control del Estado, todos los estados que intentan controlar a los
ciudadanos? Ellos tomaron y modificaron las obras de un viejo socialista. Al
final ellos eliminan las distinciones que Orwell hace, las comparaciones que él
hace, la equivalencia entre un comunismo degenerado y un capitalismo
extremo y corrupto. Esas diferencias o similitudes son apagadas. Lo que
queda es un tratado contra el imperio del mal soviético. Por tanto, esas obras
son levemente modificadas, de modo convincente, con altas calidades. Modifican
el argumento original hacia su objetivo, para establecer la distancia entre
valores norteamericanos y soviéticos.
-Cambian el final de la historia.
-Tanto de “Rebelión en la
granja” como de “1984” para eliminar la equivalencia moral existente en el
texto original, entre las dos formas de opresión, de totalitarismo, o de
control del Estado. Todo para mostrar de manera peculiar y distinta, el tipo de
control comunista.
(…)
-Los comunistas no son más amenaza, pero la CIA aún existe.
¿Podemos concluir que ese tipo de actividad de un frente cultural aún existe, a
pesar del fin del comunismo?
-Sabemos que los Estados
Unidos, porque eso
sale a la superficie y después es olvidado, han estado activamente
comprometidos en programas de guerra psicológica, de conquistar corazones y
mentes, no solo en campos de operaciones convencionales, como Irak y
Afganistán, sino en otros países y continentes donde ellos necesitan ganar un
consenso intelectual y cultural a favor de la actual política exterior
norteamericana. Entonces, existe, sí. No hay dudas de que instituciones con las
cuales la CIA trabajaba y trabaja, como la Fundación Ford, todavía son muy
activas. Todavía usan los mismos programas de convencimiento y las mismas herramientas
desarrolladas durante la Guerra Fría.
-¿La llave para descubrirlo es la investigación financiera?
-Es el lado financiero siempre.
Normalmente es lo más frágil. Es posible investigar las finanzas de una revista hasta llegar a
alguien. Si un editor no sabe de dónde
el dinero viene, él debe preguntarse eso. Es ridículo, pero eso ocurría.
Algunas revistas eran financiadas por la CIA, a través de mecanismos tan
complejos que los propios editores no sabían. Usted está obligado a saber cómo
es financiado.
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