Por Arthur González.
Los asalariados de Washington, esos que reciben
instrucciones que los obligan a recitar guiones escritos para tergiversar la
realidad cubana, llegan a creerse las mismas mentiras que divulgan contra la
Revolución.
Una de esas es Rosa María Paya Acevedo, “refugiada política”
residente en Miami, convertida en vedette de la noche a la mañana por obra y
gracia de los que diseñan las campañas para difamar a Cuba.
Tantas han sido sus mentiras que ella no sabía que la guerra
económica impuesta por la Casa Blanca en 1962, afectaba al pueblo cubano, pues
los libretos que debe aprenderse aseguran que las penurias que sufren los
cubanos, son causadas por el sistema socialista “que es un fracaso”.
Ignorantes los que se lo crean, pues con solo leer uno de los
documentos desclasificados y publicados de la CIA, comprobarán que es todo lo
contrario.
Dice la Agencia de Inteligencia sobre el particular:
“[…]
El principal objetivo de los programas encubiertos de los Estados Unidos contra
Cuba, es completar el aislamiento económico, político y psicológico de Cuba con
respecto a América Latina y al mundo libre…Estas medidas han sido en buena
parte responsables de las actuales dificultades económicas de Castro,
pero pudieran adoptarse nuevas y eficaces medidas de guerra económica”.
A finales del pasado mes de julio, Rosa María, la nueva
“estrella” fabricada por los ideólogos yanquis especialistas en subversión,
descubrió que el sitio Cuba Decide, creado para copiar el fracasado Proyecto
Varela, no se podía visitar en internet desde Cuba, porque
simplemente está bloqueado, pero no por el gobierno comunista, sino por los
Estados Unidos, ya que su plataforma emplea Project Shield.
Ahí mismo salieron en su defensa algunos medios oficialistas
para presionar el gobierno de Estados Unidos, porque ellos no sabían cuántas
limitaciones sufren los cubanos a causa de esa guerra económica, que va desde
las medicinas, equipamiento médico para salvar vidas, hasta materias primas
para producir artículos en beneficio de 11 millones de personas, no de los
gobernantes.
Entre las que salió en esa cruzada a favor de la Payá, fue una
de las columnistas del Wall Street Journal, quien acusó a Google de “colaborar
con el gobierno cubano y mostrarse totalmente desinteresada en la lucha cubana
por la libertad de expresión”.
La respuesta no se hizo esperar y Google respondió a través de
un mensaje transmitido al libelo de Miami, el Nuevo Herald, donde le informan
la verdad de quien es el responsable de bloquear Internet para los cubanos,
afirmando:
“…de
acuerdo con la ley de los Estados Unidos, algunos servicios no están
disponibles en ciertos países, incluida Cuba”.
Sobre ese particular y para que el mundo conozca la verdad del
bloqueo, Andrea Faville, vocera de Google, explicó que Project
Shield utiliza la tecnología de App Engine y
esa es una de las plataformas que no están abiertas para los cubanos de la
isla.
Sin embargo, el propio emporio yanqui de la cibernética firmó,
el pasado 2016, un acuerdo con la empresa cubana de telecomunicaciones ETECSA,
donde le impuso una cláusula sobre libertad de información, en la cual obliga a
la parte cubana a “no censurar sus servidores en Cuba”, mientras Google si lo
hace, o sea: has lo que yo digo, pero no lo que yo hago.
Ahora Rosa María y el resto de los asalariados que tanta
libertad le reclaman al gobierno cubano, saben que donde se corta la libertad
es en Estados Unidos, donde se impide el desarrollo de Cuba a toda costa y
costo.
De eso no han hecho una campaña mediática para luchar por la
eliminación del Bloqueo, o ¿seguirán pidiéndole al presidente Donald Trump que
lo mantenga?
Si es así como desean que el pueblo elija a sus candidatos a las
próximas elecciones, están fracasados, porque en Cuba todos saben leer y
escribir; por tanto, no valen los engaños, y como afirmó José Martí:
“Las verdades reales son los hechos”
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