Por Omar Pérez Salomón
Mientras en América Latina el gasto social representa tan solo el 10% del PIB y en Europa Occidental el 25%, en Cuba supera el 30%. Pese a la crisis económica global, en el presupuesto del actual año, el gobierno cubano destina 17 mil 347 millones 800 mil pesos a Educación, Salud y otras necesidades sociales; más de 800 millones de pesos se destinan al otorgamiento de subsidios a personas con bajos ingresos y se asignan unos 400 millones de pesos a la protección a personas con situación financiera crítica, entre ellos, discapacitados e impedidos físicos, a las madres solas con hijos menores a su cargo y a los considerados disponibles en el proceso de reordenamiento laboral que se desarrolla en el país.
En este sentido destaca el sector de la salud pública, que se ha convertido en una fuente de ingresos de divisas, con la aplicación de varios programas de colaboración internacional (más de 40 mil profesionales prestan servicios en más de 70 países), y posee un presupuesto que representa el nueve por ciento del PIB, para desarrollar un sistema integrado desde la atención primaria.
Estos programas de protección social permiten un reparto más equitativo de los recursos que se generan y que se alcancen logros en áreas relevantes del desarrollo humano como en el estado de salud y nutricional de la población, la esperanza de vida, el acceso al agua potable y saneamiento, la conservación del medio ambiente, la participación política, la participación de la mujer en actividades económicas y políticas, los recursos y servicios para la educación y el acceso a la cultura y la información.
Según Joaquín Nieto, Director de la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo, OIT para España, “la protección social en América Latina no alcanza al 50 por ciento de la población. El 55 por ciento de los hogares no tiene ningún miembro protegido por algún sistema de protección social. Ese porcentaje es del 73 por ciento en las áreas rurales”. Sin embargo, esta situación va cambiando en los países que pertenecen a la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA), que aplican un sinnúmero de programas y proyectos sociales con la ayuda de colaboradores cubanos.
Las declaraciones de Nieto las realizó la semana pasada en Madrid, en la presentación de resultados de los proyectos de formación en Seguridad Social y Salud, y Seguridad en el trabajo para empleadores y empleados, organizada por la OIT y acogida por la Secretaría General Iberoamericana en la capital española.
Precisamente en este país europeo, una de cada cuatro personas está sin empleo (casi cinco millones de desempleados), y el gobierno ha adoptado duras medidas de austeridad y disminución del gasto social que afecta a los de menos ingresos; muy diferente de lo que acontece en Cuba Socialista, donde en el proceso de Actualización del Modelo Económico Cubano, no se dejará desamparada a ninguna persona.
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