Por Percy Francisco Alvarado Godoy.
El Departamento de
Estado de EEUU ha publicado ayer una nueva convocatoria para desarrollar sus “programas de
derechos humanos en Cuba”, suerte de apoyo logístico, entrenamiento y respaldo
mediático a la labor subversiva de los grupúsculos contrarrevolucionarios en la
Isla. Tal convocatoria lesiona, sin lugar a dudas, el proceso de acercamiento
entre ambas naciones, en la medida que constituye una muestra de injerencia
activa en los asuntos internos de Cuba.
Tales programas
dirigidos a una fabricada “sociedad civil”, ajena a la que realmente existe en
la Isla, se basan en la defensa de grupos supuestamente marginalizados, según
la óptica de Washington. En tal sentido, USA pretende dar un espaldarazo a la
actividad desestabilizadora de mercenarios internos agrupados en sindicatos
fantasmas, a manipuladores de oficio sobre el tema de DDHH, así como a
supuestos periodistas “independientes" y otros oportunistas que lucran
descaradamente con el dinero del contribuyente norteamericano.
Estos programas
contemplan el financiamiento de estos mercenarios en el exterior, brindándoles
la oportunidad de impostar su discurso falaz en foros internacionales, así como
recibir capacitación en actividades subversivas.
El Departamento de
Estado, en una acción totalmente inamistosa y provocadora, justifica esta nueva
acción anticubana sobre una manipulada concepción sobre temas como la
democracia y los derechos humanos, irrespetando nuestra soberanía nacional.
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