Por Ángel Guerra Cabrera
Millones de cubanos dedican horas de su
tiempo a la discusión y enriquecimiento de dos documentos de cardinal
importancia para el futuro del país aprobados preliminarmente en abril
pasado por el séptimo Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC).
Uno es la Conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista; el otro, el Plan nacional de desarrollo económico y social hasta 2030; propuesta de visión de la nación, ejes y sectores estratégicos (PNDES/2030).
El documento sobre la conceptualización consta de una introducción y
cuatro capítulos constituidos por: los principios que sustentan el
modelo y sus principales transformaciones; la propiedad sobre los
medios: reconoce la propiedad privada pero mantiene la propiedad social y
la empresa estatal socialista como el núcleo primordial de la economía;
la dirección planificada de la economía, acepta un mercado regulado en
función de lograr los objetivos socialistas.
La introducción define como sus basamentos esenciales el memorable concepto de revolución expresado por Fidel Castro y los Lineamientos del desarrollo económico y social del partido y la revolución aprobados por el sexto y actualizados por el séptimo congreso del PCC.
La
conceptualizaciónconsiste en el establecimiento de las bases teóricas de la actualización del modelo socialista cubano. En palabras de un experto, el doctor Miguel Limia David, “es una propuesta de cómo se organizará el proceso de la vida económica y social del país para poder transitar del manejo de la crisis para sobrevivir, al manejo del desarrollo y del despegue económico… nos aporta la noción del ordenamiento institucional de la producción, la distribución, el cambio, el consumo, y su impacto, su relación con el conjunto de la vida de la sociedad”.
El objetivo estratégico del modelo
es impulsar y consolidar la construcción de una sociedad socialista próspera y sostenible en lo económico, social y medioambiental, comprometida con el fortalecimiento de los valores éticos, culturales y políticos forjados por la revoluciónen un país “soberano, independiente, socialista, democrático…” Más adelante se refiere a la recuperación de aquellos valores que han sufrido merma, asunto de gran interés en los debates.
En cuanto al (PNDES/2030) se define como la estrategia para alcanzar los objetivos descritos en la conceptualización.
Ambos documentos,
antes de llegar al congreso de los comunistas cubanos atravesaron un
largo proceso de elaboración y discusión por órganos del partido, grupos
de expertos y académicos, así como los diputados a la Asamblea Nacional
del Poder Popular (ANPP).
Sin embargo, atendiendo al principio de consultar con el pueblo
–siempre que las circunstancias lo permitan– las decisiones
fundamentales sobre el futuro del país, el congreso acordó este ciclo de
debates, que se prolongará hasta septiembre en las organizaciones del
partido, juveniles, sociales y representantes de las iglesias, credos y
organizaciones fraternales. El congreso encomendó al Comité Central
aprobar finalmente el texto resultante, que deberá ser sancionado por la
ANPP para su entrada en vigor con fuerza de ley.
Conviene subrayar, que es una práctica común de la revolución cubana,
desde sus inicios, consultar a las masas las decisiones. En particular,
desde 1994 se ha sometido de forma sistemática a los colectivos de base
casi todos los cambios importantes que fue necesario introducir en la
economía a partir de la desaparición de la Unión Soviética.
Los dos documentos parten del principio de preservar y perfeccionar
las conquistas sociales de la revolución, incluyendo el derecho al
trabajo, a la educación pública, gratuita y universal; a la salud, a la
seguridad social, a la práctica del deporte y a una vivienda digna. Se
destaca el derecho y
sagradodeber de defender la patria de la agresión externa en un documento de tono antimperialista e internacionalista que conceptúa al bloqueo y al hegemonismo de Estados Unidos como graves obstáculos al desarrollo.
Al revés de lo que ocurre en Cuba, el concepto de democracia
predominante en el mundo occidental no incluye consultar al pueblo sobre
decisiones cruciales para su futuro. En Estados Unidos, la UE y América
Latina las políticas neoliberales y sus
reformas estructurales, que han hecho miserable –o más miserable– la vida de la mayoría, han sido impuestas mediante la fuerza o el engaño.
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