Por Diego Rodríguez Molina
No hay nada más infalible que un día tras otro…,
afirman los pacientes y convencidos, y más después de leer y escuchar en las
alcantarillas de Internet y de la calle especulaciones diversas con augurios
apocalípticos similares a los que en los años 90 del pasado siglo echaron a
rodar desde el norte mientras hacían maletas y contaban los días a la
Revolución. Más de 20 años después veo la misma mugre pronosticar el colapso
con el retorno al momento más crítico de aquel período especial, al desaparecer
la URSS (por la brusca caída del 70 por ciento del comercio externo), olvidando
no solo que se hicieron polvo sus profecías, sino de que esa etapa fue vencida
por la resistencia del pueblo y su confianza en Fidel y el Partido.
Esos rumores enfilados a sembrar incertidumbre,
incitar a delitos como el acaparamiento –como el sorprendido hace unos días con
200 jabones– y propiciar indisciplina y desconcierto, arremeten contra las
medidas de ahorro energético explicadas con sólidos argumentos en la clausura
de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el día ocho último. Desde el propio
mes se instrumentan tales acciones en aras de hacer frente a un segundo
semestre con limitaciones financieras luego de una primera mitad, que solo creció
un uno por ciento el PBI y fue dañada por la caída de los ingresos en
exportaciones tradicionales y déficit en combustible por bajos precios
mundiales, entre otras tensiones.
PREGUNTAS QUE SE IMPONEN
Con los contratiempos y tergiversaciones se imponen
otras preguntas. En el programa de ajuste energético a la cubana, cual
originalidad en complejo tema, llama la atención el principio de no afectar a
la población a pesar del sector residencial consumir el 60 por ciento de la
electricidad. ¿Qué nación tiene el privilegio de tal protección a hogares y a
los servicios vitales a la población? Se preguntan quienes en lugares como
Argentina, sufren alzas de hasta 400 por ciento (tarifazos) en el pago del gas
y otros recortes distantes de los cubanos, pero no siempre valorado con
realismo.
GRACIAS AL SOCIALISMO
Como si fuera poco el reordenamiento tampoco afectará
aquí el equilibrio monetario interno ni la circulación mercantil minorista,
menos impactará en los empeños para aumentar la capacidad de compra del peso
cubano ni las inversiones y ramas para el desarrollo y la alimentación, gracias
a esa integración armónica que solo logra el socialismo entre la planificación
económica, la prioridad social, la previsión, la sostenibilidad, la
sensibilidad humana y política y la armonización de intereses. En la misma
medida en que se proyecta restringir con racionalidad, sin bandazos, se apela a
las palancas objetivas y subjetivas para eliminar gastos innecesarios,
fomentar más el ahorro y el control de los recursos, así como aprovechar las
potencialidades locales, donde aún son amplias las reservas.
OTRA INTERROGANTE
¿Qué dirán quienes pensaron que con el
restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y EE.UU. se resolverían
los problemas? A lo dicho por el presidente Raúl Castro en el Parlamento, sobre
los nocivos efectos del bloqueo y que a más de tres meses de lo anunciado por
el presidente Obama el 15 de marzo, de eliminar la prohibición a Cuba para
utilizar el dólar en transacciones internacionales, todavía no hacen pagos ni
depósitos en efectivo, añadimos las sanciones aprobadas por la Cámara de
Representantes, esta semana, con las cuales recrudecen el cruel “embargo”.
Aunque sobre los colectivos laborales recaen las principales medidas de ahorro
energético también para no afectar el verano y este siga Sumando alegrías, una
gran responsabilidad tienen los hogares en el uso más racional de sus equipos y
promover aportes que modifiquen conductas.
CERRANDO FILAS AL DESPILFARRO
Mucho pueden hacer, por ejemplo, los CDR y el
movimiento sindical en aras de reforzar la vigilancia donde se reduzca el
alumbrado público. Más que simples acciones, la activación de puestos de mando
en cada centro, el sistema de control, la autolectura diaria del metrocontador,
el análisis del consumo, la reorganización laboral, el reajuste de planes
acorde a la actual situación y el autocorte en caso de derroche, avivan el
protagonismo y democracia obreras y cierran filas al despilfarro, que no se
limita solo a la energía porque forma parte de una estrategia encaminada a
rebajar gastos, la no ejecución de créditos para evitar excesivos
endeudamientos y reducir erogaciones sin respaldo productivo.
Como reiteró Raúl en la Asamblea: “Frente a las
dificultades y amenazas no hay espacio para las improvisaciones y mucho menos
para el derrotismo”, y sin negar las afectaciones que puedan presentarse,
aclaró: “estamos preparados y en mejores condiciones que entonces…”.
TAMPOCO SE RENUNCIA A LA JUSTICIA
Lo dijo confiando en la consigna que en el duro 1994 hizo
trizas desde aquí al derrotismo cuando las carencias sembraron en algunos el
desaliento: “La permanente enseñanza de Fidel –enfatizó el entonces Segundo
secretario del Partido ante miles de pineros durante el acto central por el 26
de Julio– es que sí se puede, que el hombre es capaz de sobreponerse a las más duras condiciones…, hace una evaluación correcta de cada situación y no renuncia a sus justos y nobles principios”. Y esa justa política sigue en el poder con el pueblo sin improvisación ni espacio para el derrotismo, empeñado en hacer mejor un día tras otro.
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