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Las imágenes originales del libro son de José Luis Fariñas; pero en esta ocasión, hemos utilizado un dibujo realizado por Gustavo de la Torre Morales |
Reproduzco aquí gran parte de uno de los capítulos del libro "El Diablo Ilustrado", y como mismo dice el libro, "promueve los valores humanos, en sus páginas encontrarás diferentes
capítulos que nos ayudan a meditar en cada momento de nuestras vidas en el amor
a la familia, el hogar, la amistad, los hijos, etc. Los textos que conforman este libro vieron la luz en abril de
1998 en la “Revista Somos Jóvenes”, de la Casa Editora Abril. El autor quería
permanecer anónimo y firmó la sección como «El Diablo Ilustrado», en honor al
joven José Julián Martí Pérez, quien escribió a los 15 años un texto vigoroso,
lleno de humor, contra el gobierno colonialista."
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Te siento aquí, creándole la voz a estas líneas que hago. Te sueño tan
cerca: en cada palabra, tengo la sensación de estar a punto de percibir su
aliento. Reacciono luego ante el imposible; se trata solo de un exceso de
concentración, o de querer imaginarme en el instante futuro (a mi escritura) en
que estarás (estás) leyendo. Quizás sea un simple juego antisoledad o una
especie de fe en la magia literaria; o acaso la sospecha de tu arribo a esta
página, por una honda conexión conmigo. ¿Conmigo? ¿Este sujeto recreado por tu
mente es el mismo que sale a la calle y vive en la cotidianidad, con sus
defectos y virtudes? No. Sólo la parte de mí plasmada en los textos (por suerte
la mejor), puede servirte de materia primaria para elaborarme; pero el ser que
tú me adjudicas rebasa a este torpe escritor: soy (es) el personaje creado por
tu manera de seguir el hilo de estos artículos. A estas alturas, quizás tenga
más de lo dictado por tus sueños que de lo que haya intentado ser yo para
serte. Así te pertenezco, te pertenece, o nos pertenece a ambos, ese ser que
nos interrelaciona (y seguiré asumiendo por un rato más)…
El Diablo Ilustrado
Poderoso caballero es Don Dinero.
Reza
una obra poética de Quevedo(1) que ha llegado a nuestros días, con
arcaica fuerza, por cierto. Vivimos tiempos en que esos papelitos, de especial
impresión, son dueños de mucha gente. Ya la humanidad debiera haber rebasado la
era del dinero pero para eso tendría que haber dejado atrás primero lo mal
repartido que siempre ha estado; las abismales diferencias económicas entre
zonas geográficas, países, capas sociales e individuos, en lugar de atenuarse,
se subrayan. La corrupción se ha hecho tan escandalosa y cotidiana que ya ni
llama la atención en países donde las cúpulas gobernativas se echan en los
bolsillos el dinero de la nación como si fuese un derecho. Carlos Dossi(2),
escritor italiano, dice que “a muchos, solamente les hace falta el
dinero, para ser honestos”. Realmente, en buena parte del mundo, ser
honrado es poco menos que un delito. Claro que tú y yo somos en esto buenos
delincuentes, porque no creemos en la riqueza mal habida_ ni en la bien habida
(aceptando que pueda existir un millonario sobre el que no graviten siquiera
millones de seres en la miseria que
sobrehabitan el planeta).