Contra Venezuela, Ecuador, Bolivia y Cuba emplean a los mejores especialistas, sus técnicos y oficiales más capaces y expertos. Argentina es un caso de manual que se debe estudiar para comprender como funcionan estos elementos. |
Por Raúl Antonio Capote.
La industria cultural, fundamentalmente la norteamericana, juega un papel sustancial en la construcción simbólica del capitalismo, garantizando el triunfo de los estereotipos, formas superiores de la ideología. Su trabajo en la construcción del ciudadano “feliz”, obediente y orgánico del sistema, políticamente correcto, es clave para la sobre vivencia del sistema.
En los 90 surgieron las megatransnacionales culturales armadas de incontables medios tecnológicos, que permiten llevar a niveles nunca antes vistos, ni soñados los eficientes instrumentos de propaganda creadas por el capitalismo en el siglo XX, la teoría de la percepción impulsada por Ivy Lee, la ingeniería del consenso creada y desarrollada por Walther Lippman y Edward Lois Bernays, así como la Industria de las Relaciones Públicas, forma “suave” que le dieron a la industria de la manipulación de la opinión pública, alcanzan un desarrollo espectacular.
El producto cultural estadounidense y sus sucedáneos científicamente elaborados nos causan placer, nos entretienen y descomplejizan los procesos de pensamiento y análisis de la realidad. Productos televisivos creados en los laboratorios de los servicios especiales, los gossip show, los psicological talk show, ejemplo: El Gordo y la Flaca, Caso Cerrado, etc son utilizados en la construcción del ciudadano frívolo del capitalismo.
La saturación de información chatarra fabricada en laboratorios de los grupos y fuerzas de tarea de los centros de guerra cultural y psicológica, actúa sobre la mente de los individuos objeto de este bombardeo, sobrecargandolos de imágenes e ideas preconcebidas, capaces de crear conceptos triviales sobre la política y la vida cotidiana.
En los finales del siglo XX a las mega fusiones del capital financiero-militar-industrial-petrolero le siguió el proceso de concentración de los medios masivos de comunicación, que una vez desregularizadas las prohibiciones de compra o fusión de estos medios por los oligopodios, fueron comprados por el complejo finaciero- militar- industrial-petrolero.
Somos los felices habitantes de un mundo hecho a la medida de los megaconglomerados, que lo mismo producen aviones de combate, que alimentos transgénicos, video juegos, galletas dulces, campañas presidenciales, noticias, que representan artistas, editan libros, dictan la política, las modas y los gustos.
En los inicios del siglo XXI se produjo una integración sin precedentes entre estos conglomerados y los Psiops militares. Se estudia a la gente, su forma de vida, sus sentimientos religiosos, su cultura, su identidad, grupos sociales, plataformas como Facebook son de gran utilidad en este propósito de conocer y dominar las mentes, las redes sociales son una fuente de información inestimable.
– Operadores legitimadores: utilizan diversas estrategias de influencia masiva, por ejemplo el Tercero Independiente, cuando se quiere enfrentar una verdad se usa a un tercero calificado, el uso de expertos, de reconocidos especialistas, es muy utilizado para enfrentar muchas veces verdades incómodas para el poder global capitalista, sus transaccionales o gobiernos.
– Operadores validadores: manejan los medios, construyen matrices de opinión, generan mentiras, usan también a los “expertos”, a los “especialistas renombrados” para validar una noticia.
– Operadores multiplicadores: reciclan noticias, entrevistan a personas “del pueblo” ya influidas, fabrican entrevistas, multiplican por todos los medios las noticias, ideas, matrices de opinión, medias verdades o mentiras completas, etc.
Los operadores tienen la misión desembrar la incertidumbre, la desesperación, el miedo, la mentira.
Contra América Latina, sobre todo contra los países que integran el ALBA, han sido utilizados estos recursos de guerra cultural y psicológica, para sembrar la zozobra en sus ciudadanos, la desconfianza en sus gobiernos, la mentira. Contra el gobierno de Dilma Rousseff se han empleado escalonadamente la estrategia de golpe suave, adaptado a las condiciones de Brasil, en al estrategia seguida contra la Presidenta están presentes todos los elementos de este tipo de guerra.
Contra América Latina, sobre todo contra los países que integran el ALBA, han sido utilizados estos recursos de guerra cultural y psicológica, para sembrar la zozobra en sus ciudadanos, la desconfianza en sus gobiernos, la mentira. Contra el gobierno de Dilma Rousseff se han empleado escalonadamente la estrategia de golpe suave, adaptado a las condiciones de Brasil, en al estrategia seguida contra la Presidenta están presentes todos los elementos de este tipo de guerra.
Acusaciones constantes de actos de corrupción, probados o no, contra miembros de su gabinete, personas cercanas, militantes del PT, medias verdades y mentiras completas, campañas de descrédito, generación de contenidos adversos a la imagen del gobierno, siembra de un supuesto promisorio futuro económico si cambian de gobierno en el subconsciente, desmontaje de la historia, reconstrucción del pasado, cultivo de la idea del fracaso del gobierno, de su ineficacia, falsas promesas, etc Un verdadero bombardeo ejecutado por los operadores de la guerra psicológica que usan la mass media y la industrial cultural, hay que reconocer que con gran eficacia.
Las fotografías que se presentan de la Presidenta, por ejemplo, siempre le son desfavorables, nos dan la imagen de una personas desesperada, cansada, inexpresiva muchas veces, incluso asustada, perpleja, incompetente.
Contra Venezuela, Ecuador, Bolivia y Cuba se emplean los mejores especialistas, sus técnicos y oficiales más capaces y expertos. Argentina es un caso de manual que se debe estudiar para comprender como funcionan estos elementos.
La victoria reciente de la derecha en Venezuela en las elecciones a la Asamblea Nacional, son otro ejemplo de la eficacia de este tipo de agresión, lenta, activa y profunda que cala en la mente de los seres humanos, sembrando recelo e incertidumbre, si se analizan los resultados meticulosamente veremos que en el 2013 la derecha obtuvo 7,363, 980 votos, ahora en el 2015, 7,720,501 votos, para un crecimiento de solamente 396,631, un 5,13%, el PESUV en 2013 obtuvo 7,587,579 votos, ahora la votación fue de 5,608,950, se calculan que no votaron, se abstuvieron de hacerlo 1,978, 629 chavistas, lo que desmiente la campaña de propaganda que dice que los chavistas votaron por la derecha.
Una perversa campaña no se cansa de repetir que el pueblo traicionó las ideas de Chávez, que el pueblo pensó con el estómago, esa depreciación, ese desprecio propio de la oligarquía, no puede nacer más que de ella misma y de sus servidores conscientes e inconscientes, ¿Por qué esculpir esas ideas en la mente de las personas?.
La otra matriz de opinión usada hasta el cansancio en estos días es la supuesta traición de líderes del chavismo, el sobredimencionamiento de los errores cometidos por Nicolás Maduro y su equipo de dirección, hay que preguntarse ¿Quién quiere separar al pueblo de su dirección? ¿Quién gana más generando desconfianza, dividiendo y desmovilizando a los revolucionarios?. Se impone una revisión profunda de estrategias, tácticas y métodos de conducir el proceso revolucionario en ese país, radicalizandolo, recuperando el protagonismo de las masas, generando un auténtico gobierno popular, pero hay que preguntarse una y otra vez. ¿Quién gana es este momento con esa campaña de descrédito?
Los principios de la propaganda planteados por Edwar Lois Bernays, el padre de la propagada moderna y de las relaciones públicas, que se atribuyen a Joseph Goebbels, responsable del Ministero de Educación Popular y Propaganda, fundado por Adolf Hitler a su llegada al poder en 1933, pero que fueron creados por Bernays en el contexto de la Primera Guerra Mundial, dentro de la Comisión Creel creada por Woodrow Wilson entonces presidente de los EE.UU, son aplicadas hoy en día en la guerra que se nos hace.
Los Estados Unidos son los padres de las técnicas de manipulación de la opinión pública, de la ciencia de la creación del consentimiento, etc desarrolladas por Lippman y Bernays Joseph Goebbels las va perfeccionar y sus continuadores actuales con las posibilidades que les ofrecen las nuevas tecnologías de la información, de las telecomunicaciones e Internet las han llevado a niveles inconmensurables.
Principio de simplificación y del enemigo único, adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario; Principio del método de contagio, reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Principio de la transposición,cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan; Principio de la exageración y desfiguración, convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave; Principio de la vulgarización, “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”; Principio de orquestación, “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”; Principio de renovación, hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones; Principio de la verosimilitud, construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias; Principio de la silenciación, Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario; Principio de la transfusión, por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas; Principio de la unanimidad, llegar a convencer a mucha gente de que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.
Esta tipo de guerra hay que estudiarla a fondo, desentrañar sus principios, conocerla, para enfrentarla con éxito, nosotros no tenemos que fabricar la verdad, no tenemos que construir una imagen “creíble”, trabajamos con honestidad, defendemos un mundo donde la virtud es parte de nuestra esencia, creemos en un mundo mejor, pero no lo lograremos inermes. Debemos desentrañar, conocer a profundidad las armas de los enemigos de la humanidad, debemos vencerlos desde la ciencia y la práctica revolucionarias.
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