Por Carlos Medina Viglielm.
El próximo día 6 de diciembre se celebran las elecciones parlamentarias en la República Bolivariana de Venezuela y los enemigos de los pueblos de América se esfuerzan por torcer el rumbo establecido por el comandante Hugo Chávez en ese país hermano, con la intención de devolverle el poder económico a los amos imperiales.
Tal vez la frase les suene a algunos algo dramática o grandilocuente: “devolverle el poder económico a los amos imperiales.” Pero se trata de eso, simplemente de eso. Aunque, digámoslo de otra manera: los grandes empresarios privados del continente, que son además dueños de los grandes medios de información, pretenden cerrarle el paso a la Revolución chavista, la revolución que le devolvió la soberanía al pueblo venezolano sobre sus recursos, para devolverle esos recursos a los grandes empresarios norteamericanos a cambio del dinero de las coimas que esos empresarios están dispuestos a dar en agradecimiento. Como se hizo en todo el continente durante más de una centuria.
Esa es la libertad que reclaman los políticos presos en Venezuela y el coro de alcahuetes que los apoyan desde Madrid a Buenos Aires: la libertad de apropiarse de los recursos de nuestras naciones y sacarles provecho propio en perjuicio de las grandes masas de trabajadores, los verdaderos creadores de la riqueza.
Los lectores habrán conocido los 5 pasos del plan golpista contra Venezuela, que hemos publicado en este mismo sitio.
Pero no está de más recordar, el grado de violencia a que pueden llegar las organizaciones delictivas contratadas por la derecha venezolana e internacional (argentina, española y alemana al servicio de la norteamericana), para actuar en los próximos días. Hay que estar alerta pues para la derecha, para tipos como Leopoldo López, José María Aznar o Mauricio Macri, el fin justifica los medios. Ellos diseñan la democracia que les conviene y para ello utilizan todos los medios a que se puede alcanzar mediante fajos de billetes verdes, como el asesinato del delincuente Luis “la crema” Manuel Díaz, hace un par de días.
Delincuentes con los que siempre han contado y cuentan para los trabajos sucios en todas partes y en todas las épocas; delincuentes que están para todo, incluso para morir (aunque no quieran) y ser presentados como mártires, aprovechando que han puesto un cipayo de Secretario General de la OEA. El asesinato de Manuel Díaz “La Crema” para presentarlo a nivel mundial como “Dirigente político de la oposición”, debe estar en la tapa del libro de acciones subversivas de la derecha.
La violencia que pueden utilizar los grandes empresarios privados (de la banca, la industria o el agro etc.) para recuperar sus privilegios y el de sus amos imperiales, es conocida. Se ha repetido como un fatídico péndulo mortal a lo largo de nuestra historia. Cada vez que los pueblos han alcanzado cierto grado de conciencia, cada vez que han llegado a la conclusión de que los están explotando descaradamente (o mucho menos), han terminado siendo masacrados por los empresarios y políticos ricos en el poder, mediante la utilización de los ejércitos mercenarios creados para ello.
El 11 de septiembre de 1973 ocurrió el golpe en Santiago de Chile, como sucedió por aquella época en Uruguay y Argentina, pero antes muchas veces en muchas partes y hace poco tiempo por lo menos dos: en Paraguay y en Honduras. Al frente del golpe contra Salvador Allende en Chile estuvo uno de los más grandes asesinos y ladrones del continente, ordenando asesinatos colectivos en nombre de la democracia y la libertad. La misma democracia en nombre de la cual cometieron crímenes los Videla, los Galtieri , los Bordaberry en aquellos años, la misma falsa democracia que defienden Leopoldo López, José María Aznar o Mauricio Macri.
Por todo esto,
¡SEMANA DE ALERTA MILITANTE POR VENEZUELA!!
(Que es alerta por todo el continente)
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