lunes, 14 de diciembre de 2015

Respuesta de un cubano a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por la Nota de Prensa 146/15.

Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
Estimada Sra. María Isabel Rivero, Directora de Prensa y Comunicación de la CIDH.
A todas y todos los miembros de la CIDH.
Nací en Cuba, el 26 de julio de 1967. Emigré a España en mayo de 2008 por fines que no responden a pautas económicas ni políticas. He vivido 41 años dentro del proceso socialista y sufriendo junto al resto de millones de cubanas y cubanos los embates y consecuencias provocadas por el bloqueo económico, financiero y comercial; así como de las agresiones de organizaciones terroristas amparadas en suelo de Estados Unidos o provenientes a través de otros países, las cuales son productos de la política de hostilidades contra mi Patria.
He leído con desasosiego la Nota de Prensa 146/15 publicada por la CIDH, el pasado 8 de diciembre, donde expresan la profunda preocupación que les produce la situación de los cerca de 4500 emigrantes cubanos varados en frontera entre Costa Rica y Nicaragua. Máxime, porque las autoridades nicaragüenses, en legítimo derecho a defender su soberanía y leyes nacionales, impidieron el paso de estos emigrantes a través de su territorio, para seguir camino hacia Estados Unidos.
Sin embargo, en su nota de prensa encuentro dos contradicciones fundamentales para el caso.
Primero:
Ustedes, entidad autónoma de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que llaman al respeto de los derechos humanos,insta al Estado de Cuba a no poner obstáculos para las personas que deseen salir del país”, cuando estos emigrantes salieron legalmente, y con todos sus papeles en regla, de Cuba. Las autoridades cubanas no pusieron obstáculo alguno ni tampoco los países receptores, Ecuador entre ellos, que anteriormente no imponía el visado a cubanas y cubanos para ingresar al país.
El único objetivo de dichos emigrantes cubanos es llegar a Estados Unidos; pero a esto saltan preguntas que en su comunicado de prensa no se responden:
¿Por qué no emigrar legal y directamente a través de la actual Embajada de Estados Unidos recientemente abierta en La Habana, a la cual la población cubana tiene libre acceso, en vez de favorecerse la Ley de Ajuste Cubano (en inglés, Cuban Adjustment Act, CAA; Ley 89-732 aprobada por el 89º Congreso de los Estados Unidos y firmada por el presidente Lyndon Johnson), la Política de Pies Secos y Mojados comprendida dentro de la Legislación migratoria americana actual o del Programa de Parole para Profesionales Mé­dicos Cubanos (aprobado por George W. Bush en el 2006), que estimulan la emigración ilegal, insegura y desordenada?
¿Por qué sostener, aún, por parte de Estados Unidos esta política con fines políticos, que ampara e incita la emigración ilegal y bajo condiciones que favorecen únicamente al tráfico ilegal de seres humanos (con el correspondiente maltrato a sus derechos), pone en peligro la vida humana de dichos emigrantes y, además, benefician las impúdicas campañas mediáticas de difamación, mentiras y tergiversaciones de la realidad cubana?
Por cierto, interrogantes que el gobierno cubano ha trasladado con preocupación a instancias internacionales, como la Organización de Naciones Unidas, otras de carácter regional y al propio gobierno de Estados Unidos en recientes conversaciones.
Segundo:
La CIDH solamente urge “al Estado nicaragüense a investigar los alegados malos tratos de los que habrían sido víctimas los migrantes cubanos por parte de autoridades nicaragüenses. Asimismo, con el propósito de evitar la repetición de esta clase de hechos, la Comisión insta a las autoridades nicaragüenses a que dentro de los programas de capacitación de sus autoridades se implementen programas permanentes de derechos humanos de los migrantes, así como directrices en materia de uso de la fuerza y sobre el principio de no discriminación.
Lo anterior nos lleva a las siguientes interrogantes:
¿Por qué la CIDH, entidad autónoma de una Organización creada en 1959), bajo los intereses del gobierno de Estados Unidos, tan preocupada por los Derechos Humanos, sólo urge al gobierno de Nicaragua y, sin embargo, no “compromete” a los restantes gobiernos a investigar, impedir y castigar a esa mafia de oportunistas y mohatreros dedicada a este negocio del tráfico ilegal de personas para evitar las violaciones de los Derechos Humanos de los emigrantes (cubanos y no cubanos)?
¿Por qué la CIDH exige a Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, Belice y México la adopción de medidas que faciliten el paso de los emigrantes cubanos hacia Estados Unidos, sabiendo que esto los responsabiliza a instituir en la región una injusta y discriminatoria política migratoria norteamericana contra ellos y demás pueblos, y que sólo otorga excepción a los emigrantes cubanos?
¿Por qué, con tan natural y humana preocupación por los emigrantes cubanos varados en la frontera de Costa Rica con Nicaragua, cuando dicha situación ha sido propiciada por la incitación ilegal de leyes del gobierno de Estados Unidos, la CIDH no se pronuncie (y nunca lo ha hecho antes) contra dichas inhumana leyes, cuando los cancilleres de países miembros de la SICA (Sistema de Integración Centroamericana) ya lo han hecho?
¿No será más fácil exigir al gobierno de los Estados Unidos que reajuste su política de constantes agresiones contra Cuba y trabaje por el cumplimiento de acuerdos que faciliten el verdadero respeto de los Derechos Humanos?
Esta “Nota de Prensa” de la CIDH no responde verdaderamente a los intereses generales demandados por los países miembros de la OEA; con tales declaraciones, la CIDH actúa más como un instrumento que institucionaliza las acciones agresivas contra el gobierno y pueblo cubanos y también como palanca de violación de la soberanía de los pueblos, en vez de ser la institución que vela y exige por implementar políticas de cooperación, bajo condiciones de respeto a los derechos humanos de los pueblos (sean o no miembros de la  OEA).
En Declaración Oficial emitida el 1 de diciembre de 2015, “el Gobierno de Cuba reitera que llevará a cabo los trámites pertinentes para garantizar una emigración legal, ordenada y segura, tanto para la salida como para el regreso al país, según los requerimientos de la legislación migratoria vigente”.
Entonces, ¿Dónde está el obstáculo, realmente? Creo que un ápice de respeto al trabajo que la CIDH lleva a cabo por los Derechos Humanos, la Nota de Prensa 147/15 debería más bien estar dirigida a instar a Estados Unidos a adoptar, finalmente, posiciones de respeto hacia los pueblos y los Derechos Humanos que les deben.
Saludos cordiales
Gustavo de la Torre Morales
Cubano de nacimiento residente en Barcelona, Cataluña, España.

14 de diciembre de 2015

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