jueves, 18 de abril de 2013

Venezuela: El complot de las boas

El opositor Henrique Capriles, candidato por la oligarquía burguesa de Venezuela y financiado por instituciones vinculadas a la CIA
Tomado de
Por  Nicanor León Cotayo

A unas 72 horas de las elecciones en Venezuela se perfila aún con mayor claridad la existencia de un complot internacional anti-chavista y, sobre todo, el mando que ejerce Washington sobre este.

Luego de los hechos de violencia ejecutados desde el domingo por la ultraderecha venezolana, el gobierno de Estados Unidos ni guarda la forma en sus embestidas contra la nación suramericana.

Esto parece adelantar que, a continuación de su primer objetivo, los comicios, desplegará en todos los frentes una política enfilada a echar abajo o desmontar gradualmente a la Revolución bolivariana.

Ahora tienen dos elementos para ellos de gran importancia, la ausencia física de Hugo Chávez y, aunque carezcan de moral para ello, el saldo apretado de los comicios del domingo.

Este martes el presidente Nicolás Maduro acusó enfáticamente a la embajada de Estados Unidos en Caracas, de ser el cerebro y auspiciar los graves disturbios públicos de estos días.

La maquinaria propagandística de Washington ya había contribuido a sembrar dudas respecto a la transparencia de esas elecciones y, en particular, sobre la idoneidad de su Consejo Nacional Electoral.

No por casualidad, y hasta la presente semana, ambos temas se han convertido en los más importantes pretextos que encabezan las movilizaciones y destrozos de la oposición ultraderechista.

En tal sentido cabe subrayar que el ex candidato Henrique Capriles Radonski ha hecho gala de un cinismo aún más fuerte y prepotente que con anterioridad, cuando tenía que enfrentar a Chávez.

Su desvarío mental se ha puesto de manifiesto, incluso, en su forma de vestir, inclinada a imitar símbolos del chavista, pero además su discurso formal aparentemente cercano al del presidente fallecido.

No obstante se observan importantes esfuerzos para desacreditar sus tesis, tanto en lo referido a la apretada distancia del triunfo de Maduro como en lo tocante a los supuestos fraudes.

Sobre esto último cabe subrayar que hasta uno de los integrantes del Consejo Nacional Electoral, Vicente Díaz, del bando de Capriles, le admitió a Maduro que lo hecho era correcto.
Esto se unió a entrevistas por televisión y otros medios, a observadores y acompañantes nacionales e internacionales que han reiterado la limpieza del proceso electoral.

Por algo, luego de haber proclamado a voz en cuello que este miércoles concentraría a sus partidarios en Caracas, 24 horas antes  anunció que lo suspendía para evitar los actos de violencia que, de acuerdo a su cinismo, provoca el gobierno.

Ahora dijo que supuestamente se alejaría de ese tipo de movilizaciones, aunque orientó mantener “el sonar de cazuelas” en particular el viernes cuando Maduro tome posesión de su cargo.

Mientras, la dirección chavista prosiguió activa, como lo demostró este martes la inauguración de un moderno hospital en el estado de Aragua, donde también hay médicos cubanos.

El propio acto de inauguración de este importante centro médico marcó una fuerte diferencia con agresiones ultraderechistas que han llegado al atropello de esos profesionales de la medicina.

Si unimos lo dicho a los actos de vandalismo que ejecutó la extrema derecha contra instituciones de salud e inmuebles del Plan Vivienda, se entiende mejor el ligero paso atrás dado por Capriles.

Al caso de ese torpe comportamiento ultraderechista se unen los 7 muertos y más de 60 heridos que ahora Capriles trata de achacar a la violencia supuestamente preconizada por el gobierno chavista.

Ese todavía no disipado ambiente agresivo quedó ratificado cuando este martes se llevó a cabo una reunión de la Asamblea Nacional (parlamento).

Aunque prevalecieron el tono y las posiciones constructivas, sin embargo legisladores de la derecha lanzaron duros ataques contra la respuesta oficial a los desmanes de estos días.

Lo más explosivo comienza por ahora a ser neutralizado, pero habría que ver el viernes, toma de posesión de Maduro, qué sucederá, mientras ahora y por un largo tiempo se impondrá la necesidad de dormir con un ojo insomne.

No es posible olvidar la presencia de un conocido nido de boas anti-chavistas que están al acecho, resentidas frustradas y sin una verdadera jefatura, porque no todas aceptan a Capriles.
 

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