Un informe redactado por la policía franquista 29 años después del asesinato de Federico García Lorca y al que ha tenido acceso la cadena española SER confirma que el poeta granadino fue asesinado junto a otras personas, tras “haber confesado”.
El documento no especifica cuál fue el contenido de esta supuesta confesión. El
informe, fechado en Granada el 9 de julio de 1965, define al escritor
como “socialista” y “masón perteneciente a la logia Alhambra”, y le
atribuye “prácticas de homosexualismo y aberración”.
Este informe relata la detención del poeta granadino en casa de sus
amigos, los hermanos Rosales. Lorca se encontraba allí debido al miedo
que le habían provocado dos registros policiales en su propia casa,
según el documento. Los agentes rodearon la vivienda y las calles
cercanas, antes de llevar a cabo la detención. Y los amigos del poeta,
según el documento publicado por la SER, intentaron interceder por él
ante el comandante de Intervenciones Militares.
La propia policía reconoce, 29 años después, que el relato sobre la muerte de Lorca es bastante confuso. Tras
ser detenido, fue llevado en coche a las “inmediaciones del lugar
conocido como Fuente Grande”, junto con otro detenido del que no se
añaden más datos. El poeta fue “pasado por las armas después de haber
confesado, siendo enterrado en aquel paraje, muy a flor de tierra, en un
barranco” a unos dos kilómetros a la derecha de la Fuente Grande. El
lugar, reconoce el informe, es “muy difícil de localizar”.
El informe fue redactado por la 3ª brigada regional de investigación
social de la Jefatura Superior de la Policía de Granada a raíz de una
petición oficial realizada en junio de 1965 por la hispanista francesa
Marcelle Auclair, a la caza de más información sobre su amigo García
Lorca, según la cadena SER. La actuación de la estudiosa desencadenó un
efecto dominó entre las autoridades españolas: primero, Auclair se
dirigió a la Embajada española en París, que remitió todo al entonces
ministro de Asuntos Exteriores, Fernando María Castiella.
A su vez Castiella envió una carta al ministro de la Gobernación,
Camilo Alonso Vega, en la que se mostraba a favor de responder a la
petición de la escritora. Castiella también señalaba en su misiva que el
ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, ya había sido
informado de los hechos. “Creo sumamente conveniente el revisar la
cuestión y averiguar si podemos o no abrir nuestros archivos sobre el
episodio García Lorca”, había afirmado Fraga, según recoge Castiella en
su carta.
Así, se acabó encargando el informe a la Jefatura Superior de Policía
de Granada. Concretamente, fue la 3ª brigada regional de investigación
social la que se encargó de redactarlo. Eso sí, Auclair nunca recibió
ninguna respuesta ni tampoco llegó a ver el resultado de su petición,
siempre según la cadena SER.
(Con información de El País)
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