Por Gustavo de la Torre Morales.
La Revolución cubana no sólo ha realizado
una obra humanista dentro de sus fronteras, sino que la proyección de este
principio hacia nuestros semejantes en otras tierras se puso en práctica desde
los mismos inicios de la construcción del Socialismo: proteger y salvaguardar
la existencia humana; garantizar por los medios posibles el derecho a la vida.
“No puede haber un espíritu
revolucionario, si no hay un espíritu solidario en la persona”,
nos comentó el escritor y ensayista Enrique Ubieta Gómez entre las charlas
realizadas en su gira por Barcelona, Cataluña. De esta forma expuso uno de los esenciales
valores que la Revolución cubana inculca en su sociedad, en cada nueva
generación.
La visita de Ubieta, actual director del
mensuario “La
Calle del Medio”, se debió a la presentación de su libro “Zona Roja,
cubanos entre la vida y el Ébola”, el cual trata sobre la presencia de personal
médico y asistencial cubano en países del África para combatir el Ébola; una enfermedad
que sesgaría miles de vidas en varios países del continente.
Nos cuenta Ubieta que muy a pesar de que ya
existía la presencia de médicos de otras organizaciones en la región (Save the
Children o Médicos sin Fronteras), ninguno de sus miembros se mantuvo con la
misma prolongación de tiempo en servicios, como tampoco asumieron los mismos
riesgos, a la de los médicos y personal cubanos, para salvar vidas humanas en
las diferentes poblaciones colindantes entre Liberia, Sierra Leona y Guinea
Conakry.
Sin embargo, como dato interesante, nos
comentó que en África a cada minuto muere una persona por culpa de Paludismo o
Malaria y se reportan cerca de 200 millones de casos de enfermos a nivel
mundial, pero no es una enfermedad que encienda las alarmas del llamado Primer
Mundo, no es noticia de relevancia en los medios (o no llega a ser noticia de
importancia), sólo porque no se sienten amenazados con dicha enfermedad, contra
la cual cuentan con vacunas y medicamentos; pero lo mismo no ha pasado con el
Ébola y por eso se ha vuelto un tema mediático y de seguimiento por las
autoridades europeas y norteamericanas.
El autor de “Zona Roja”, también nos
detalló los diversos obstáculos que enfrentaron los profesionales cubanos,
tanto a lo referido a las condiciones climáticas como a las sociales,
económicas y culturales; sin descontar las rigurosas medidas de seguridad que
se tuvieron que adoptar para resguardar al personal de cualquier posible
contagio.
En sus charlas no faltó el debate sobre el
papel nocivo que han jugado los medios de información capitalistas; los cuales
fomentaron miles de noticias falsas o manipuladas con el objetivo de
desacreditar el justo prestigio ganado por los miembros internacionalistas de
las brigadas cubanas y que han tenido el objetivo reconocimiento por parte de
la Organización Mundial de la Salud y la UNESCO.
Los Mass Medias también incitaron el odio
contra las atenciones de los médicos cubanos, ya que éstos no se regían por los
precios de los profesionales nacionales de esos países, quienes sólo vieron
afectaciones en sus bolsillos. El carácter humano del personal cubano, orientado
sólo a salvar vidas, chocó con el mercantilismo existente. Una constante que se
ha evidenciado en todos los países donde el capitalismo ha sembrado la cultura del
negocio en estos servicios; donde el derecho a la salud pasa únicamente por la
capacidad de solvencia económica que tenga cada individuo o familia para tener
acceso al mismo.
Esa misma propaganda de descrédito_
señalaba Ubieta_ aprovechó que el médico Félix Báez se contagiara de Ébola para
usar la noticia como sentencia de “fracaso” de la misión cubana; pero la
frustración más bien se la llevaron aquellos falsos agoreros al constatar la
pronta recuperación de Félix y su reincorporación posterior a la misión, por
petición propia.
“Solo en una Revolución hay voluntad
política para resolver los problemas de la sociedad”,
señaló Ubieta con toda razón, ya que queda demostrado que la única voluntad existente
en el capitalismo por una minoría clasista es la de mantener su primacía social,
política y económica; donde a la mayoría se maneja a través de los medios y el consumismo
_aunque éste último sea motivado por la creación de falsas necesidades: es sembrar
en la mentalidad humana la cultura donde “tener vale más que el ser”.
En Cuba, precisamente
ese espíritu de compartir lo que tenemos (que no es sinónimo de dar lo que nos
sobra), caracteriza a la Revolución Cubana desde sus comienzos, cuando se llevó
a nuestros profesionales a prestar
sus servicios tras el terremoto en Chile (1960) y la ayuda solidaria a Argelia
(1963), muy a pesar que la campaña de propaganda imperialista contra la
Revolución conllevó a que la mitad de los médicos emigraran, quedando apenas
unos 3 600 en el territorio nacional. Con estos pocos y la voluntad política de
la Revolución se logró el desarrollo del sector, el cual ha logrado cumplir más
de 580 mil misiones internacionalistas con la presencia de más de 325 mil
trabajadores de la salud en total durante todos estos años.
Los resultados de Cuba en
el campo de la salud se muestran en los diversos programas que se han puesto en marcha y que gozan del reconocimiento por prestigiosas
publicaciones o reconocidos profesionales
en la arena internacional.
La presentación del libro “Zona
Roja, cubanos entre la vida y el Ébola” fue acompañado por un documental con
igual nombre, el cual fue proyectado a los asistentes a las charlas organizadas
por el Casal de Amistad Catalano-Cubano “José Martí” de Rubí, por los jóvenes
en la Universidad de Barcelona en el Clínico y por la Plataforma DEFENSEM Cuba en
el Casal d’Alba. Un vídeo donde estremecen las palabras, tanto de los
profesionales cubanos como de los extranjeros que compartieron tareas durante
la misión cubana.
En el vídeo se constata
como el Dr. Keitta Sekuda, médico guineano, se estremeció del alto grado de
compañerismo y la humildad de los miembros de la misión cubana; así como el
reconocimiento del Presidente de Guinea Conakry, Sr. Alpha Conde, a la total
entrega del personal cubano muy a pesar de las dificultades que afrontaron para
cumplimentar la misión.
A mi apreciación personal,
no escapa la inmensa sensibilidad humana de nuestros médicos formados en la
Revolución, donde al poner en riesgo sus propias vidas, sentían un inmenso regocijo
al salvar una vida humana. Un valor puesto en práctica en cada acto de los
profesionales cubanos y que se abre cual aurora en las palabras del Dr. Osvaldo
Miranda Gómez, miembro de la Brigada Médica Cubana en
Guinea Conakry, al decir: “Salvar una embarazada es salvar
dos vidas, salva un niño es salvar el futuro”.
Junto al material fílmico que apoyaba la gira de Enrique Ubieta, también
quedó a su cargo la presentación del estreno en Barcelona del documental de
Hernando Calvo Ospina “Todo Guantánamo es Nuestro”.
En las diversas presentaciones se contó con la presencia de la Cónsul de Cuba en Barcelona, Mabel Arteaga, y otros funcionarios de esta sede diplomática.
Fotos: Gustavo de la Torre Morales |
Foto: Angeles Salazar |
Fotos: Ana Posada Lee |
Foto: Gustavo de la Torre Morales |
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