domingo, 29 de mayo de 2016

Gira de Enrique Ubieta: “Cubanos, entre la vida y el Ébola”.


Por Gustavo de la Torre Morales.

La Revolución cubana no sólo ha realizado una obra humanista dentro de sus fronteras, sino que la proyección de este principio hacia nuestros semejantes en otras tierras se puso en práctica desde los mismos inicios de la construcción del Socialismo: proteger y salvaguardar la existencia humana; garantizar por los medios posibles el derecho a la vida.

“No puede haber un espíritu revolucionario, si no hay un espíritu solidario en la persona”, nos comentó el escritor y ensayista Enrique Ubieta Gómez entre las charlas realizadas en su gira por Barcelona, Cataluña. De esta forma expuso uno de los esenciales valores que la Revolución cubana inculca en su sociedad, en cada nueva generación.

La visita de Ubieta, actual director del mensuario “La Calle del Medio”, se debió a la presentación de su libro “Zona Roja, cubanos entre la vida y el Ébola”, el cual trata sobre la presencia de personal médico y asistencial cubano en países del África para combatir el Ébola; una enfermedad que sesgaría miles de vidas en varios países del continente.

Nos cuenta Ubieta que muy a pesar de que ya existía la presencia de médicos de otras organizaciones en la región (Save the Children o Médicos sin Fronteras), ninguno de sus miembros se mantuvo con la misma prolongación de tiempo en servicios, como tampoco asumieron los mismos riesgos, a la de los médicos y personal cubanos, para salvar vidas humanas en las diferentes poblaciones colindantes entre Liberia, Sierra Leona y Guinea Conakry.

Sin embargo, como dato interesante, nos comentó que en África a cada minuto muere una persona por culpa de Paludismo o Malaria y se reportan cerca de 200 millones de casos de enfermos a nivel mundial, pero no es una enfermedad que encienda las alarmas del llamado Primer Mundo, no es noticia de relevancia en los medios (o no llega a ser noticia de importancia), sólo porque no se sienten amenazados con dicha enfermedad, contra la cual cuentan con vacunas y medicamentos; pero lo mismo no ha pasado con el Ébola y por eso se ha vuelto un tema mediático y de seguimiento por las autoridades europeas y norteamericanas.

El autor de “Zona Roja”, también nos detalló los diversos obstáculos que enfrentaron los profesionales cubanos, tanto a lo referido a las condiciones climáticas como a las sociales, económicas y culturales; sin descontar las rigurosas medidas de seguridad que se tuvieron que adoptar para resguardar al personal de cualquier posible contagio.

En sus charlas no faltó el debate sobre el papel nocivo que han jugado los medios de información capitalistas; los cuales fomentaron miles de noticias falsas o manipuladas con el objetivo de desacreditar el justo prestigio ganado por los miembros internacionalistas de las brigadas cubanas y que han tenido el objetivo reconocimiento por parte de la Organización Mundial de la Salud y la UNESCO.

Los Mass Medias también incitaron el odio contra las atenciones de los médicos cubanos, ya que éstos no se regían por los precios de los profesionales nacionales de esos países, quienes sólo vieron afectaciones en sus bolsillos. El carácter humano del personal cubano, orientado sólo a salvar vidas, chocó con el mercantilismo existente. Una constante que se ha evidenciado en todos los países donde el capitalismo ha sembrado la cultura del negocio en estos servicios; donde el derecho a la salud pasa únicamente por la capacidad de solvencia económica que tenga cada individuo o familia para tener acceso al mismo.

Esa misma propaganda de descrédito_ señalaba Ubieta_ aprovechó que el médico Félix Báez se contagiara de Ébola para usar la noticia como sentencia de “fracaso” de la misión cubana; pero la frustración más bien se la llevaron aquellos falsos agoreros al constatar la pronta recuperación de Félix y su reincorporación posterior a la misión, por petición propia.

“Solo en una Revolución hay voluntad política para resolver los problemas de la sociedad”, señaló Ubieta con toda razón, ya que queda demostrado que la única voluntad existente en el capitalismo por una minoría clasista es la de mantener su primacía social, política y económica; donde a la mayoría se maneja a través de los medios y el consumismo _aunque éste último sea motivado por la creación de falsas necesidades: es sembrar en la mentalidad humana la cultura donde “tener vale más que el ser”.

En Cuba, precisamente ese espíritu de compartir lo que tenemos (que no es sinónimo de dar lo que nos sobra), caracteriza a la Revolución Cubana desde sus comienzos, cuando se llevó a nuestros profesionales a prestar sus servicios tras el terremoto en Chile (1960) y la ayuda solidaria a Argelia (1963), muy a pesar que la campaña de propaganda imperialista contra la Revolución conllevó a que la mitad de los médicos emigraran, quedando apenas unos 3 600 en el territorio nacional. Con estos pocos y la voluntad política de la Revolución se logró el desarrollo del sector, el cual ha logrado cumplir más de 580 mil misiones internacionalistas con la presencia de más de 325 mil trabajadores de la salud en total durante todos estos años.

Los resultados de Cuba en el campo de la salud se muestran en los diversos programas que se han puesto en marcha y que gozan del reconocimiento por prestigiosas publicaciones o reconocidos profesionales en la arena internacional.
La presentación del libro “Zona Roja, cubanos entre la vida y el Ébola” fue acompañado por un documental con igual nombre, el cual fue proyectado a los asistentes a las charlas organizadas por el Casal de Amistad Catalano-Cubano “José Martí” de Rubí, por los jóvenes en la Universidad de Barcelona en el Clínico y por la Plataforma DEFENSEM Cuba en el Casal d’Alba. Un vídeo donde estremecen las palabras, tanto de los profesionales cubanos como de los extranjeros que compartieron tareas durante la misión cubana.

En el vídeo se constata como el Dr. Keitta Sekuda, médico guineano, se estremeció del alto grado de compañerismo y la humildad de los miembros de la misión cubana; así como el reconocimiento del Presidente de Guinea Conakry, Sr. Alpha Conde, a la total entrega del personal cubano muy a pesar de las dificultades que afrontaron para cumplimentar la misión.

A mi apreciación personal, no escapa la inmensa sensibilidad humana de nuestros médicos formados en la Revolución, donde al poner en riesgo sus propias vidas, sentían un inmenso regocijo al salvar una vida humana. Un valor puesto en práctica en cada acto de los profesionales cubanos y que se abre cual aurora en las palabras del Dr. Osvaldo Miranda Gómez, miembro de la Brigada Médica Cubana en Guinea Conakry, al decir: “Salvar una embarazada es salvar dos vidas, salva un niño es salvar el futuro”.

Junto al material fílmico que apoyaba la gira de Enrique Ubieta, también quedó a su cargo la presentación del estreno en Barcelona del documental de Hernando Calvo Ospina “Todo Guantánamo es Nuestro”.

En las diversas presentaciones se contó con la presencia de la Cónsul de Cuba en Barcelona, Mabel Arteaga, y otros funcionarios de esta sede diplomática.
Fotos: Gustavo de la Torre Morales
Foto: Angeles Salazar
Fotos: Ana Posada Lee
Foto: Gustavo de la Torre Morales

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