Por Alberto Mas, corresponsal de Cubainformación en Buenos Aires.
En el marco de la conferencia desarrollada en la Facultad de Ciencias Sociales de Buenos Aires “Restauración conservadora y nuevas resistencias en Latinoamérica”, organizada por la Fundación German Abdala, se hizo presente el Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia: Álvaro García Linera, uno de los intelectuales más lúcido de éste momento en América Latina, exponiendo y dando posteriormente una conferencia de prensa.
Colmado el auditorio principal de la Facultad, donde había una butaca vacía con el nombre de Milagro Sala, la dirigente social presa política del gobierno de Mauricio Macri, y con más de mil asistentes siguiendo por pantalla su charla, García Linera reflexionó sobre la situación que vive actualmente el Continente, sus perspectivas futuras y las responsabilidades de los actores participantes.
No estamos en un buen momento, pero tampoco en un momento terrible, afirmó, tenemos que hacer un análisis, alcanzar las fuerzas y el escenario real, sin ocultar nada, porque de ello se encontrará las potencias y las fuerzas prácticas del avance futuro. Denunció el proceso de reconstrucción de las viejas élites de los años 80 y 90 que nuevamente han asumido o quieren asumir el control de la gestión estatal y pública, haciendo en términos culturales un esfuerzo desde los medios de comunicación, ONGs, intelectuales orgánicos de la derecha por poner en duda, cuestionar la idea de revolución y transformación, dirigiendo sus ataques hacia lo que podríamos enunciar como la década dorada, virtuosa de América Latina.
Más de 12 años donde en el continente de una manera plural y diversa con distintos y diversos lenguajes, pero de una manera convergente, América Latina desde los años 2000 ha vivido los momentos de mayor autonomía y soberanía que se pueda recordar desde la época de la fundación de los estados, desde lo político un ascenso de clases sociales y fuerzas populares, clases subalternas que superan el debate teoricista y en forma práctica asumen el control y el rol del Estado y la gestión pública haciendo retroceder al neoliberalismo, fortalecimiento de la sociedad civil rompiendo la apatía general, en lo social en Brasil, Venezuela, Argentina, Bolivia, Paraguay, Ecuador, Uruguay, Nicaragua, El Salvador asistimos a una potente y poderoso sistema de redistribución de la riqueza contra la ultra concentración de riqueza que había convertido al continente en uno de los más injustos del mundo, generando una ampliación de las clases medias en su sentido de capacidad de consumo como de los distintos sectores sociales, trabajadores, campesinos, indígenas.
Definió las medidas y propuestas adoptadas por éstos países como pos-liberales, no socialistas, que permiten que el Estado retome un fuerte protagonismo, recuperando el mercado interno, la participación estatal en la gestión de la economía en áreas estratégicas, en la política exterior, se generó una especie de internacional progresista latinoamericana, que va a permitir dar pasos gigantescos en construir nuestra independencia, de la OEA comandada por los EE.UU, con Lula, Kirchner, Correa, Evo, Chávez, se pasó a la CELAC, la UNASUR, una integración propia sin EE.UU. sin patrones.
Pero también marcó las debilidades y falencias tenidas y aprovechadas en ésta recuperación territorial de la derecha, las contradicciones al interior de la economía, la base de cualquier proceso es la gestión de la economía, apropiar procesos de distribución, que si una medida afecta al pueblo aunque favorezca algún área, no debe tomarse, como fue la experiencia del segundo mandato de Dilma en Brasil que implementó un plan de ajuste con un Ministro de Economía neoliberal, que la distanció de los movimientos sociales, que son los únicos que defenderán el proceso de cambio. Darle más importancia a la Revolución Cultural para poder politizar las acciones que se toman, una articulación internacional más intensa en lo político pero también en lo económico, serán necesarios articular en el futuro.
Sobre Argentina apuntó que la división de los movimientos sociales es una gran debilidad, señalando que lo que han aprendido en Bolivia es que solo con la unidad hay victoria.
Lucidamente recuerda que el socialismo no puede darse en un solo país, ya que hay un mercado mundial y que la moneda no desaparece por decreto ni estatizando los medios de producción, que solo se dará en un contexto de avance continental, de allí su visión de que América Latina solo podrá convertirse en dueño de sus destinos si logra transformarse en un estado plurinacional que respete las estructuras nacionales en cada país, pero que a la vez tenga un segundo piso de instituciones continentales en lo financiero, lo legal, o cultural, lo político y lo comercial. Solos somos presa de la angurria y el abuso de las empresas del norte, unida América Latina vamos a poder pisar fuerte y marcar el destino de nuestras economías.
Indudablemente García Linera no se queda atado a las estructuras del sistema capitalista con éste planteo, y avanza hacia una nueva concepción de la integración latinoamericana.
Sobre Brasil y Venezuela destaca que estamos asistiendo a un asedio de las fuerzas conservadoras que están dispuestos a usar mecanismos no democráticos, que están abusando de las instituciones parlamentarias para dar un golpe blando, son autoritarios, déspotas y oligárquicos, retomando aquí el concepto de la autocrítica necesaria de las cosas no hechas bien por los gobiernos progresistas, populares y revolucionarios, para retomar la iniciativa inmediatamente porque a la derecha no se la va a combatir escondiendo los errores cometidos.
A ésta primer ola de gobiernos populares se le avecina una segunda oleada, para consolidarla, alerta García Linera, es necesaria una sociedad civil muy vigorosa, constituida por sindicatos, gremios, opinión pública, medios de comunicación alternativos, profesores, comunicadores, líderes sociales, líderes populares, asociaciones barriales, que armen el tejido social civil, y en la unidad, movilización y proyecto, radica la reconstitución de una segunda oleada de gobiernos progresistas. Lo social se ha vuelto política, afirma, no es contradictorio, y hay que incorporar a las nuevas clases medias creadas al calor de estas políticas, necesitándose un fuerte liderazgo, estructuras políticas flexibles y movimientos sociales. (Cuán importante para nuestro futuro sería que muchos dirigentes políticos entendieran éstos conceptos. NdeR).
Con una personalidad contenedora, distendido, pero firme en sus conceptos, Álvaro García Linera, no eludió hablar sobre la derrota sufrida por el MAS en las recientes elecciones sobre la reforma constitucional que habilitaran a Evo Morales para participar electoralmente por un nuevo mandato, contundente en su afirmación: hemos sufrido una derrota, no nos habíamos dado cuenta de la importancia de las nuevas sensibilidades que hay en sectores de la clase media boliviana, 20% de la población surgida en una década, tienen otras percepciones que no supimos entender, reconoció sin tapujos el Vicepresidente del primer Estado Plurinacional en Nuestra América, y también en momentos de reflujo social, los centros irradiadores de opinión pública se diversifican, y no los supimos entender, fue una lección que aprendimos rápidamente, señaló, y también afectó mucho la campaña de mentiras y difamación que hubo contra el Presidente, aunque hace pocos días salió la verdad, que el supuesto hijo de Evo no había existido, pero durante tres meses todos los medios se encargaron de desprestigiarlo. Hemos aprendido.
Hay una frase con la que voy a cerrar ésta nota, que debería ser mucho más extensa para reflejar la gran cantidad de conceptos y temas que Álvaro García Linera expuso, una frase que también debería ser una lección para y un objetivo para los líderes progresistas de la región: “Ya estamos tomando la iniciativa, las Revoluciones no se consolidan si no avanzan, las Revoluciones solo pueden vivir si se profundizan, si quieres resguardar y proteger una Revolución: profundiza y radicaliza. En eso estamos.
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