viernes, 26 de octubre de 2012

Otra vez pasando papelazos como “aves de mal agüero".

No todos los mentirosos son gorrones; pero, todos los gorrones sí son mentirosos. Y para sacar provechos de oportunas situaciones, su naturaleza los empuja a la mentira; inventar embustes, generar gazapos, poner en producción patrañas, tergiversar realidades y manipular a las personas con esmeradas invenciones.

Quienes se dedican a mentir, por lo general, son personas que se distinguen por un alto grado de envidia, de vivir haciendo malignidades, por tener un comportamiento desleal, sin apego a afecto natural alguno y llevando a cabo actitudes soberbias. Estos personajes, muchas veces, se basan en el rumor, el chisme, por donde llevan a cabo sus intensiones maliciosas.

Entonces, ¿Qué es el chisme en resumidas cuentas? Por lo que expone la Real Academia Española, es un comentario no verificado de carácter negativo que circula entre la gente. Noticia verdadera o falsa con la cual se pretende crear discordia o murmuración. Por lo tanto, el chisme es un comentario infundado, constituido por mentiras que llevan la intensión de perjudicar a uno o varios individuos, de desnaturalizar eventos reales para provocar desorientación, de tergiversar sobre las vidas ajenas para crear enemistades.

Aunque, como las leyendas urbanas, el chisme parece que se ha convertido en una cotidianeidad, no deja de poner a prueba la imaginación popular se asume como propio en lo que habitualmente le llamamos poner a rodar la bola.

Una de las bases de la propaganda política y de guerra de los nazis, redactadas dicho sea de paso por Goebbels, Ministro de Propaganda de Adolf Hitler, era crear rumores para desorientar al enemigo, engañando hasta a su propia población y tropas con falsas expectativas de triunfos.

Así mismo, hoy en día los medios de comunicación del capitalismo hacen suyo la estratagema del cotilleo, con el objetivo de cumplir los fines ideológicos que orientan las capas del poder económico.

Como estratagema política de estos minoritarios sectores de poder, se ven en la necesidad de adueñarse de los medios de comunicación y hacer que la función principal sea la de manipular la opinión pública, incluso, a través de situaciones creadas, falseadas, basadas en el rumor y el cotilleo social. El objetivo principal es llevar la consciencia popular por los enredados caminos de la frivolidad, alejar del razonamiento humano los aspectos fundamentales que rigen los fenómenos sociales y desbocarlos en lo sublime, en lo insulso y en la banalidad. El chisme en esto juega un papel fundamental.

¿Por qué recurrir al rumor? Simplemente porque el rumor se estructura como fenómeno provocador de disturbios, en elemento de ruido que conlleva a una duda convertida, por asunción, en una aparente realidad fuera de toda discusión.

Una muestra reciente de la malsana actitud “chismolográfica” de los mentirosos, se ha vivido en estos días con la noticia sobre la convaleciente salud de Fidel Castro. Medios diversos, todos al servicio de la burguesía, del capital, de las clases de poder en diversos países (mucho más en Estados Unidos y España), al servicio de la hostil política que el imperialismo ejerce sobre la población cubana y sus líderes, fueron artífices de tal mentira.

¿Quiénes se hicieron eco rápidamente como si fueran parte de un enjambre hambriento de ser recompensados? Esos timadores que llevan en sus más profundas entrañas el prestado odio infernal del imperialismo y la miserable actitud de vivir a costa de la desgracia de los demás: la contrarrevolución interna y externa de Cuba.

Hay tanto deseo de dañar el ejemplo que emana de la Revolución cubana y su indiscutible líder, el Comandante Fidel Castro, que recurren una vez más a la creación de rumores, falsedades, infundios. El imperialismo no ha podido apagar la vida del líder cubano a través de los más de 600 intentos de asesinatos planificados y asesorados desde territorio estadounidense, con la participación de cubanos y extranjeros contratados como parte del ejército mercenario que hieden por el mundo.

Tampoco han podido acabar con el proceso socialista cubano a través del genocida bloqueo económico, ni por mezquinos instrumentos internacionales como la OEA, ni con invasiones ni atentados terroristas a objetivos económicos, ni con políticas disuasivas y subversivas, ni con el uso de los denominados “disidentes” (aunque queda claro que son contrarrevolucionarios en toda la extensión de la palabra). Títeres que intentan dar una imagen de “luchadores por la democracia”, pero son regidos por el mismo enemigo que una y otra vez agrede a Cuba y a su pueblo.

Un enemigo que pone en práctica sin descanso toda una política agresiva, entrelazada en costosas campañas mediáticas que una y otra vez se descubren sus puras mentiras.

Por eso, no es de extrañarse los cotidianos fiascos que se llevan, tanto los enemigos de Cuba como los monopolios mediáticos que les sirven de instrumentos. Se desarman públicamente las patrañas de sus títeres mercenarios dentro y fuera de la isla.

Se vuelve extremadamente risorio que el propio Fidel tenga que decirles directamente que no se acuerda “ni de lo que es un dolor de cabeza” para así sentenciar que se dejen de tanta bazofia sobre su estado de salud, cuando hay cosas más importantes para informar y actualizar al mundo, en vez de andar de pacotilleros con tanto cotilleo pueril.

Esto, muestra una vez más, que quienes viven de gorrones, de mohatreros, son no más que aquellos quienes desperdician o arrancan el dinero a tantos otros mediante el engaño; simplemente para convertirse en unos vividores del cotilleo.

Pero como reza el refrán: “Más rápido se coge a un mentiroso, que a un cojo”; por tanto, debido a la carencia de valores, seguirán una y otra vez pasando papelazos como “aves de mal agüero”.

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