Basado en un texto de Vincenzo Basile.
Cuba ocupa el lugar 16 entre 120
estados del mundo en lo que respecta al llamado Índice de Desarrollo de la
Educación para Todos (IDE), según un reciente informe de la UNESCO (la
Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura)
presentado en octubre (2). Este índice combina la tasa de escolarización en
primaria; la tasa de alfabetización de personas adultas; la paridad e igualdad
de género en educación; y la tasa de pervivencia escolar hasta el quinto grado.
En
esta clasificación, Cuba es la primera nación de América Latina y el Caribe, y
supera a países ricos, como Estados Unidos, Dinamarca, Australia, Bélgica,
Alemania o Israel.
El
informe también avala la gran inversión material en educación que realiza Cuba,
el 9,3 % de su Producto Nacional Bruto, frente al 4,1 % de media en la región
(3).
Estos
resultados eran refrendados por Herman van Hooff, director de la oficina de
Educación de la UNESCO para Latinoamérica y el Caribe, quien elogiaba la
"calidad de la educación" en Cuba y el "compromiso de las
autoridades con los programas en ese sector" (4) (5).
En la presentación del Informe,
realizada en la capital de Chile, Martín Hopenhayn, de la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (Cepal), afirmaba que “si uno mide por los
indicadores más clásicos, Cuba es el país más adelantado y el que más invierte
en educación” (6).
Pero
los pocos medios internacionales que hicieron alguna mención al citado informe
de la UNESCO, ignoraron completamente las alusiones a Cuba de los citados altos
funcionarios de Naciones Unidas.
El
diario español ABC, en su edición web, titulaba que, según la UNESCO, “Pocos
países de América Latina lograrán Educación para Todos en 2015” (7). Hacía un
relato de los graves problemas en la región, pero sin mención alguna a los
avances de Cuba.
El
diario también español El País se centraba en los problemas de la educación en
España, y a continuación afirmaba que “el panorama en América Latina no es
mucho mejor (8). (...) Muchos países de la zona se encuentran muy rezagados.
Pocos están ‘en el buen camino’, lamenta la Unesco”. Pero estos “pocos países
en el buen camino” no aparecen citados. La razón es evidente: sería muy duro
para la redacción de El País reconocer que Cuba –habitual blanco de sus
ataques- es uno de ellos.
Otros
medios, como el portal argentino Infobae, seguían el mismo patrón informativo,
mencionando los problemas globales de la región, citando la existencia de unos
‘pocos países (que) están en el buen camino” e ignorando absolutamente a Cuba
(9).
El
citado Informe de Seguimiento de la Educación Para Todos en el Mundo 2012, de
la UNESCO, levantó ronchas también entre la llamada “disidencia” cubana. A las
pocas horas de su presentación, la famosa bloguera Yoani Sánchez lanzaba
constantes mensajes en Twitter descalificando a la UNESCO (10). Según la actual
corresponsal no acreditada del diario El País en La Habana, la educación en
Cuba –que es avalada como “de calidad” por esta institución de Naciones Unidas-
solo es “adoctrinamiento ideológico”.
Y
es que, evidentemente, la educación en Cuba, desde la enseñanza primaria a la
universidad, está impregnada de ideas y valores hegemónicos. Son los de la
fraternidad, la igualdad social, la participación, el antirracismo, la
solidaridad, el internacionalismo y la rebeldía antiimperialista. Exactamente
los contrarios a otros como la competencia, el individualismo o el culto al
éxito, eje y centro del sistema de valores culturales y educativos de las
“democracias de mercado”.
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