Artur Mas |
Tomado del Blog "Quien mucho abarca" de Tercera Información.
CiU ha bajado mucho. Se ha pegado una buena costalada. Mas pedía una mayoría extraordinaria y se ha encontrado con un 30% raspadísimo que sólo le permite asegurarse el gobierno porque ninguno de los otros partidos llega al 15%. Para hacernos una idea: en vez de una mayoría extraordinaria ha sacado un punto y medio más que Rubalcaba en las generales del 2011. Hoy los análisis coinciden todos: se equivocó lanzándose a los brazos de un soberanismo nítido. ¿Y si no fue así? ¿Y si acertó?
Esta legislatura catalana ha sido breve pero intensa: la legislatura no comenzó el 11 de septiembre sino que ya venía Mas de ser la vanguardia de la troika, de recortar en todo, facilitar la privatización de la sanidad (con un consejero de la patronal de la sanidad privada), introducir el euro por receta, amparar a un matón como Felip Puig… Todo ello apoyado en el PP y apoyando al PP en Madrid. Al 11 de septiembre Mas no fue con la petición de independencia sino con la de un pacto fiscal. Y la gente en la calle demostró que no estaba por parchear un modelo que veían agotado.
En buena parte Mas ha hecho algo parecido a lo que intentó Rubalcaba en su campaña del año pasado. Cuando fue proclamado candidato hizo un discurso socialdemócrata como si la Historia empezara de cero, como si no hubiera participado en el gobierno que puso los cimientos al desmantelamiento del país, como si en plena campaña de imagen no estuviera cambiando la constitución para hacer de los recortes el único rumbo admisible. ¿Quiere eso decir que Rubalcaba se equivocó haciendo ese discurso socialdemócrata? No: probablemente era el único que podía hacer, lo que pasa es que no coló porque la gente no es imbécil del todo.
Algo así podría haber sucedido a Mas. Es muy posible (y los resultados de ERC vendrían a confirmarlo) que efectivamente la exigencia de un nuevo marco político que rompa con el actual fuera el único discurso posible. Que el problema de Mas no haya sido el discurso sino que nadie se haya creído su súbita conversión en el Moisés catalán tras haber sido, como presidente, un vulgar Rajoy de Sant Jaume. No hay forma de saber qué resultados habría tenido CiU si en vez de agarrarse a la bandera hubiera intentado defender los recortes antisociales y las palizas policiales: ni las encuestas nos sirven para ello dado que ninguna acertó, ni de lejos, la costalada que se iba a pegar Mas.
Una lectura rápida al pluralísimo Parlament resultante de las elecciones señala el éxito de aquellos partidos que han conseguido aparecer como algo nuevo y rupturista: desde el nacionalismo español (pero fresquito) de Ciutadans al independentismo nítido de ERC pasando, claramente, por la irrupción de las CUP. Y con ICV-EUiA en tierra de nadie, con lo que sería un grandísimo resultado electoral si viviéramos un momento de normalidad y se antoja muy escaso en tiempos de conflicto social y político tan agudo.
Los partidos que huelen a viejo, a régimen, se han despeñado o en el mejor de los casos estancado. Y eso es algo previsible. Lo viejo ya ha caducado, por mucho que lo nuevo no emerja con la fuerza necesaria. Mas intentó que CiU oliera a nuevo, a ruptura, a superación de un marco agotado. Pero la mochila está muy cargada y aparecer como rupturista con el bagaje histórico y reciente de CiU exige unas tragaderas excesivas.
¿Qué resultado habría sacado CiU si no hubiera hecho una campaña en torno a la independencia sino defendiendo seguir igual, recortando y pegando, apoyándose en el PP y apoyando al PP, siguiendo de guardián del 78…? Es algo que no sabemos, pero podemos intuir que no mucho mejor que el que sacó ayer. A lo mejor Mas no leyó tan mal la jugada.
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Nota autor del blog:
Como nota agrego un simple comentario, el cual también puse en la web fuente del artículo:
No se equivocó (Artur Mas) en pregonar la independencia, porque era su excusa perfecta para tapar su fracasado gobierno (el cual ha estado en contubernio con el PP en todo momento). Era la forma de pasar por Santo frente a los catalanes, cansados de tantas palizas en las manifestaciones y palizas en los beneficios sociales que van perdiendo. La “independencia” era la manera de congraciarse con la población catalana y fomentar con mayor fuerza el razonable reclamo catalán de que Madrid le diera un merecido trato mucho más justo.
Mas tampoco se ha equivocado con las elecciones, ya que sabe que así el paquete que conlleva la reclamación de independentismo no le tocaría al CiU solamente… si las cosas salen mal, la culpa queda repartida… con un porcentaje, también alto, para los soberanistas de izquierda.
“Puede” que lo único no haya calculado del todo fuera la respuesta de Bruselas y no quede más remedio que estar fuera de la zona Euro… pero aun así, las familias adineradas que representa el CiU ya tienen en sus manos los principal del pastel: bancos (lo que es un ente fundamental).
Ahora queda ver la movida de ERC, en sus igual ansias de independentismo… ¿Harán pactos con el enemigo de CiU para esto? Sólo hay que tener en cuenta que Pactar con el diablo es deberle favores… y el diablo nunca hace pactos limpios, siempre hay letra pequeña en sus contratos.
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