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Puede que no le obnubile su ingenuidad; pero sí su
incongruencia.
El 27 de abril de 2013, en el programa Fort Apache, el
actual secretario General de Podemos, Pablo Manuel Iglesias Turrión, conocido
como Pablo Iglesias, comentaba en el programa “Y en eso llegó Fidel, pasado y
presente de la Revolución Cubana” que el proceso socialista cubano y sus
dirigentes históricos, como Fidel Castro, ya “perdieron parte de su sex-appeal”.
¿Pablo, dijiste sex-appeal?
¿Pablo, cómo puedes insinuar que la Revolución cubana
y sus dirigentes han sido exhibicionistas de revista de modas de época, jugando
con radicalismos políticos a costa de la “Guerra Fría”, sólo para deslumbrar a
lo “sex-appeal”?
Tales palabras del actualmente Eurodiputado de
Podemos, en ese programa, sólo profundizan el agujero negro del desconocimiento
existente sobre la Revolución cubana, posando como “erudito” académico que
menciona la famosa “Guerra Fría”, pero deja en la nebulosa cómo la misma se
aplicó contra Cuba: interminables campañas mediáticas de grandes medios,
subversión ideológica de grupúsculos de mercenarios y vende-patrias financiados
por el gobierno de Estados Unidos (a la cual se sumó la Unión Europea) o el mal
llamado “embargo” para camuflar el genocida BLOQUEO económico, financiero y
comercial impuesto desde hace 56 años contra el pueblo cubano; así como
programas (de Guerra, pero no tan Fría) de agresiones bacteriológicas,
asesinatos de pobladores costeros y pescadores, secuestro de embarcaciones y
aeronaves, bombas en hoteles u aviones y un largo etcétera de actividades
criminales que bajo el paraguas de grandes mentiras, siguen tratando de exponer
como si fuese Cuba la terrorista o la violadora de DDHH.
Pablo Iglesias, muy a pesar de haber sido un “ilustre”
profesor de la Universidad Complutense de Madrid, es natural que usted no
alcance a ver más allá de la punta de su nariz cuando expresó en su programa: “A Cuba le toca
renovarse y reinventarse en un contexto en que la izquierda latinoamericana
disfruta de sus éxitos políticos y sociales, respetando y admirando a Cuba y a
su historia, pero sin asumirla ya como modelo.”
Tal expresión deja al descubierto que el sistema
capitalista de educación a través el cual usted se graduó en la Licenciatura de
Ciencias Políticas, le ha abierto igualmente un gran agujero negro al
desconocer los cimientos del ideario martiano que sustentan a la Revolución
cubana: “Las
cosas buenas se deben hacer sin llamar al universo para que lo vea a uno pasar.
Se es bueno porque sí; y porque allá dentro se siente como un gusto cuando se
ha hecho un bien, o se ha dicho algo útil a los demás. Eso es mejor que ser
príncipe: ser útil.” (1)
En cada paso dado desde los mismos inicios, el proceso
revolucionario cubano ha demostrado su gran capacidad humanista, la cual aún
sigue poniendo en práctica con innumerables ejemplos de solidaridad, sin con
ello tener como objetivo ansias de protagonismos o jactancia de absurdas loas.
¿Pablo, quién le ha sembrado la idea de que Cuba se
erigía como “modelo”
para alguien?
Al parecer, su paso por Cambridge, EEUU, para estudiar
en el Centre of Latin American Studies, no le aportó luces e iniciativas; pero
debería buscar el discurso de Fidel Castro, en la Plaza de la Revolución, el 4
de Febrero de 1962, cuando hablando de las pretensiones imperialistas y sus
lacayos expresó:
“Cuba duele de manera especial a los imperialistas."
“(…)
“No el miedo a la Revolución Cubana; el miedo a la revolución
latinoamericana. No el miedo a los
obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales y sectores progresistas de las
capas medias que han tomado revolucionariamente el poder en Cuba, sino el miedo
a que los obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales y sectores progresistas
de las capas medias tomen revolucionariamente el poder en los pueblos
oprimidos, hambrientos y explotados por los monopolios yanki y la oligarquía
reaccionaria de América; el miedo a que los pueblos saqueados del continente
arrebaten las armas a sus opresoras y se declaren, como Cuba, pueblos libres de
América.
“Aplastando la Revolución Cubana, creen disipar el miedo que los
atormenta, el fantasma de la revolución que los amenaza.
“Liquidando a la Revolución Cubana, creen liquidar el espíritu
revolucionario de los pueblos. Pretenden,
en su delirio, que Cuba es exportadora de revoluciones. En sus mentes de negociantes y usureros
insomnes cabe la idea de que las revoluciones se pueden comprar o vender,
alquilar, prestar, exportar o importar como una mercancía más. Ignorantes de las leyes objetivas que rigen
el desarrollo de las sociedades humanas, creen que sus regímenes monopolistas,
capitalistas y semifeudales son eternos.
“(…)
“Pero el desarrollo de la historia, la marcha ascendente de la
humanidad, no se detiene ni puede detenerse.
Las fuerzas que impulsan a los pueblos —que son los verdaderos
constructores de la historia—, determinadas por las condiciones materiales de
su existencia y la aspiración a metas superiores de bienestar y libertad, que
surgen cuando el progreso del hombre en el campo de la ciencia, de la técnica y
de la cultura lo hacen posible, son superiores a la voluntad y al terror
que desatan las oligarquías dominantes.
“Las condiciones subjetivas
de cada país —es decir, el factor conciencia, organización, dirección— pueden
acelerar o retrasar la revolución según su mayor o menor grado de desarrollo;
pero tarde o temprano, en cada época histórica, cuando las condiciones
objetivas maduran, la conciencia se adquiere, la organización se logra, la
dirección surge y la revolución se produce.”
¿Pablo Iglesias, le duele a usted la Revolución cubana
por algún tipo de incapacidad de alcanzar logros parecidos o por volverse usted
otro instrumento de ataque?
En más de una ocasión los líderes históricos de la
Revolución cubana han dejado bien claro que cada cual debe trazarse su propio
camino; por lo tanto, Cuba no se erige “modelo” para nadie.
Igualmente, creer que la Revolución cubana se ha mantenido
anquilosada, inmóvil y con esquemáticas políticas sociales y económicas
ancladas en los esos días de la “Guerra Fría” (que usted insinuó que terminó),
es volverse un eco de la retórica contra Cuba, desconociendo que la educación,
la consulta popular y la participación activa del pueblo han sido instrumentos
fundamentales en la consciencia y resistencia del pueblo cubano en cada etapa
vivida. De igual forma, la misma existencia de la Revolución a más de medio
siglo de agresiones, es muestra de la inteligencia de sus dirigentes y pueblo.
Esto demuestra su constante adecuación al contexto histórico, sin con ello
traicionar principios ni conquistas. Cuando otros con mayores posibilidades
económicas se debilitaron y se desmerengaron, la Revolución cubana mantiene
firme el camino, con gran humildad compartiendo lo que tiene y sin traicionar a
su pueblo o al resto de los pueblos del mundo.
Pablo Iglesias, en el programa Fort Apache del 31 de
enero de 2015, titulado “Cuba: Bienvenido Mr. Obama”, comentando las
palabras del presidente estadounidense en su alocución, el 17 de diciembre de
2014, mencionó que “era una paradójica que Obama hiciese algo en interés de los
Estados Unidos, pero que el pueblo cubano estuviese contento”. Veo
que como catedrático y líder de Podemos, no comprende que la alegría del pueblo
cubano no se basa en odio alguno contra el pueblo estadounidense o por la
estructura política o práctica gubernamental que se decida allí, por lo tanto
no importa si la apertura de relaciones entre ambos países conlleve beneficios
al pueblo norteamericano: si es así, ¡Mejor! Pero las cubanas y cubanos nos
alegramos porque esto facilita un acercamiento entre ambos pueblos, lo cual
puede conllevar a que la propia población estadounidense despierte y puje por
la finalización de esa política de agresiones que aún persiste en la práctica
imperialista y que tanto daño ha ocasionado a la economía y pueblo cubanos.
¿Será difícil de comprender eso por usted?
Así mismo, en el mismo programa, usted vuelve a
insistir, después de dos años, en el minuto 16:28, en que “Cuba fue durante muchos años una
referencia para muchos países latinoamericanos, pero hace mucho tiempo que dejó
de serlo”.
¿No fue Raúl Castro presentado con gran júbilo y
recibido con gran ovación cuando entró en
la instalación conocida como Soccer City, Sudáfrica, en las
ceremonias funerales en honor al líder Nelson Mandela, en diciembre del 2013?
El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, reconoció el importantísimo papel que
jugó Cuba al decir en su discurso: “Doy las gracias al presidente Raúl Castro y a
su delegación por haber venido a compartir este dolor con nosotros. Sin Cuba,
como nuestro viejo amigo, la historia moderna de Sudáfrica no estaría completa”.
¿No fueron los presidentes de varios países de América
Latina los que forzaron a la Organización de Estados Americanos (instrumento
imperialista de dominación) y al propio gobierno de Estados Unidos a que
aceptaran la presencia de Cuba en sus Cumbres?
¿No felicitó recientemente a
Cuba por sus continuos logros el doctor Gerardo Castellanos, jefe de la unidad
de Enfermedades Desatendidas, Transmitidas por vectores y Tropicales de
las organizaciones Panamericana y Mundial de la Salud (OPS/OMS) en Washington?
¿No aprobó recientemente el Parlamento de Honduras un
decreto orientado a otorgar un reconocimiento a Fidel Castro y al pueblo cubano
por los aportes a la educación y salud de la nación centroamericana?
¿No será por lo que representa Cuba para América
latina y los pueblos del mundo, que el señor presidente Barack Obama se vio en
la obligación de reformular la política hacia Cuba; aunque sea para asaltarla
con lentejuelas mientras conspira cómo envenenarla suavemente?
Pablo Iglesias, le reitero, Cuba nunca se ha erigido
como “modelo” para otros países; pero sigue siendo un faro de lucha y
resistencia para los pueblos del mundo que reconocen en la Revolución su lucha
antiimperialista y la obra humanitaria construida y puesta en práctica, muy a
pesar del bloqueo y las agresiones del imperialismo y sus lacayos.
Hay muchísimos más ejemplos recientes que se pueden
mencionar sobre la vigencia que sigue teniendo Cuba, su Revolución socialista y
el desempeño del pueblo cubano, pero para mencionarlos todos se podrían llenar
decenas de decenas de cuartillas. Algo con lo que ningún otro país, seguramente
podría compararse. Y no es alarde mío por defender nuestro socialismo y cree en
el camino de la construcción de un mundo mejor: el comunismo; sino es la
realidad palpable de un pequeñito trozo de tierra en el Caribe, con un pueblo
que alberga un corazón pleno de nobleza y lo pone a disposición de las causas
justas.
A la periodista Andreas Benitez Dumount le sugiero
informarse que la medida disciplinaria de sustitución del cargo de Ministro de
Exterior a Roberto Robaina, no fue una perreta burocrática del gobierno de
Cuba, sino el resultado de ver mancillada, por el abuso de poder en el
desempeño del cargo, la confianza depositada en esa capacidad de liderazgo
mostrada por Robaina.
Pablo Iglesias, le regalo otra frase de José Martí,
Apóstol de la Revolución cubana: “La gloria no cede a los
amantes bruscos que corren tras ella y la fatigan, sino a los amantes dignos
que la respetan e intentan ganarse su afecto por sus altas obras.” (2)
Con un simple análisis de las palabras de un
politólogo como usted, Pablo Iglesias, sólo quedaría preguntarle ¿Cree usted
que Fidel Castro ha perdido realmente su papel de faro frente a los ojos de los
pueblos (que usted tuerce a llamar “sex-appeal”), siendo Fidel un hombre de
inquebrantable convicción antiimperialista, crítico acérrimo de toda
manifestación de colonialismo o hegemonía imperialista, político defensor de
las causas nobles de los pueblos, consciente de su papel en cada momento y sin
dogmas de existencia eterna, sabiendo dar paso a cada generación de cubanos,
desprendido de toda ansia de cumplidos por conocer que toda la gloria del mundo
cabe en un grano de maíz; quien ha inculcado con su ejemplo al resto de
compañeras y compañeros valiosos que dignamente estuvieron o se encuentran hoy
en los diferentes cargos de dirección del país; siendo el hombre más espiado
del mundo, con un record de más de 600 intentos de asesinatos por lo que ha hecho
y representa y siendo el principal arquitecto de numerosos programas de
solidaridad internacionalista y unidad entre pueblos hermanos?
¡Vamos, Pablo! Eso sólo nos conduce a deducir que
usted siente una inmadura envidia por quien ha sabido conquistar con ejemplo la
admiración de los pueblos. De hacer un balance, usted sólo tiene la coleta, la
verborrea de un discursillo inestable y la idea robada a partir del 15M para
crear a Podemos.
Cada palabra suya intentando aseverar que la
Revolución cubana “ya no es un modelo”, sólo le ubica al mismo nivel de la
prensa rosa, del chismorreo mediático de esos payasos capitalistas que se ganan
la vida con difamaciones y especulaciones, hurgando en la basura del embuste.
Le recuerdo, Pablo Iglesias, que la Revolución cubana
no es un objeto mercantil, un fenómeno insípido de cocina o un grupúsculo de
freakies; para los pueblos y para nosotros la Revolución cubana es también cada
cubana y cubano; porque somos quienes la sustentamos, la enriquecemos, la
desarrollamos y la defendemos a ultranza. Por tanto, son ofensivas sus
palabras.
Pablo Iglesias, si algo le molesta, lo cual le empuja,
a formular esas alusiones sobre la “pérdida” de ese… “sex-appeal” que dice tuvo la
Revolución cubana y sus líderes históricos; pues simplemente aproveche y tiña
su coleta, póngase aretes y desfile para Vogue en un Madrid Fashion Week…
quizás con eso se le pase ese celo que se vuelve un enfermizo neurotismo
mental.
Firma,
Gustavo de la Torre Morales
Apuntes:
(1)
La Edad de Oro, septiembre/1889; Tomo 18, Pág.
455
(2)
La opinión Nacional, Venezuela,
22/febrero/1882; Tomo 14, Pág. 363
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