Por Francisco González
Invaden Libia, la destruyen, asesinan a su presidente, invaden Siria,
la están destruyendo, introducen a sus grupos terroristas pagados con
dinero de la CIA, del servicio secreto de Israel, de la Unión Europea,
tratan de imponer, imponen sus regímenes títeres criminales, los que
acaban con los derechos de los pueblos, nuevas dictaduras del capital
para que el petróleo y todos los recursos acaben en manos de la mafia
financiera, asesinan a sus pueblos como ya hicieron y siguen haciendo en
Irak y Afganistán, propagan la miseria y el hambre, la violencia
extrema, la represión infinita, la que no perdona, la que asesina a
quienes piensan diferente al estatus quo impuesto por auténticos estados
terroristas.
Ahora en 2015 y desde sus pomposos despachos, desde sus lujosos
parlamentos y palacios, donde elaboran las leyes que están asesinando
lentamente con todo tipo de recortes y corruptelas a la ciudadanía del
sur de Europa, ahora de nuevo, como siempre han hecho en la historia del
fascismo, ante las masivas muertes en el Mediterráneo de miles de
ciudadanos/as de Libia y Siria, en su mayoría niños y niñas, ahogados/as
en ese mar de la esperanza, se echan las manos a la cabeza, hablan de
“derechos humanos”, de que “hay que hacer algo para evitar el flujo
migratorio”, colocan alambradas, muros gigantes, despliegan sus
vergonzosos ejércitos para seguir reprimiendo a quienes huyen de las
guerras genocidas que ellos mismos han creado, que financiaron cuando
invadieron Libia, cuando comenzaron la sanguinaria guerra en Siria,
simplemente para quedarse con sus recursos, con la excusa de lo que
ellos llaman “democracia” o “libertad”, cuando en realidad hablan de
muerte, de crimines de lesa humanidad, de torturas, de violaciones de
mujeres, degollamientos masivos, ejecutados por sus particulares
asesinos, grupos terroristas creados y armados hasta los dientes por la
Unión Europea y los Estados Unidos, instruidos por sus esbirros
uniformados, pagados por estos mecenas de la muerte para desestabilizar
países soberanos, para asesinar, para quebrantar derechos humanos, con
el único objetivo de adueñarse de sus territorios, de su gente que ahora
huye atormentada y muerta de miedo de sus ciudades destruidas, ardiendo
entre fuego y metralla.
Miles de fallecimientos en el Mare Nostrum, el mar de la diversidad
cultural, de la vida, de la alegría, de la libertad, del aire puro y
fresco del sur, niños y niñas flotando en el mar, inertes en esas bellas
playas, donde a pocos metros turistas del mundo enriquecido pasan sus
días de ocio y disfrute.
Ellos son los responsables de estas muertes, son asesinos de
niños/as, porque antes destruyeron estos países, los sometieron al yugo
de sus esbirros terroristas, Estados Unidos, la Unión Europea, sus
sonrientes presidentes y ministros, Ángela Merkel, Hollande, Rajoy,
Obama y sus antecesores en las presidencias y ministerios, nombres que
entraran sin duda en la historia como criminales de lesa humanidad, con
las manos manchadas de tanta sangre inocente, sangre infantil, sangre
amada por los pueblos solidarios de la tierra, sangre de las víctimas de
sus premeditados holocaustos.
Fuente original: Blog "Viajando entre la tormenta".
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