Un
día después del anuncio de la visita oficial del Presidente estadounidense
Barack Obama a Cuba, prevista para los días 21 y 22 de marzo de este año,
publicamos este valioso material, aportado por nuestro colaborador, el Doctor
en Ciencias Históricas Elier Ramírez Cañedo.
Por Elier Ramírez Cañedo.
En este dossier se presentan 10 documentos
desclasificados en los Estados Unidos y fragmentos de una conferencia de prensa
ofrecida por el presidente Barack Obama dos
días después de los anuncios del 17 de diciembre de 2014, las cuales han tenido
muy poca divulgación.
El criterio de selección de los documentos
responde a tres ideas básicas:
1. Junto a la clásica agresividad practicada
contra Cuba por las distintas administraciones
norteamericanas, ha convivido una arista menos visible de la
confrontación Estados
Unidos-Cuba: la negociación, el diálogo y el
acercamiento.
2. Del lado cubano, en especial del líder
cubano Fidel
Castro, siempre ha existido la voluntad de
dialogar e incluso avanzar hacia una relación más civilizada con los Estados
Unidos.
3. En los distintos momentos en que se han
producido acercamientos, diálogos y hasta intentos de “normalizar” las
relaciones con Cuba por parte del gobierno de los Estados Unidos, jamás éste ha abandonado los objetivos estratégicos
de cambio de régimen en la Isla.
El dossier comienza con dos documentos que
muestran las ideas que se debatieron en el más estrecho círculo de
colaboradores de J.F.
Kennedy en cuanto a la posibilidad de un
acercamiento diplomático secreto a Cuba que finalmente el presidente
estadounidense aprobó meses antes de producirse su asesinato en Dallas, el 22
de noviembre de 1963. El primero de ellos es un importante memorándum
elaborado por William Atwood,
funcionario de los Estados Unidos en Naciones Unidas, quien resultó ser una
figura clave en aquella tímida exploración de un modus vivendi con la Mayor de las Antillas. Su memorándum
llegó a manos de Stevenson, embajador de los Estados Unidos en la ONU, Robert Kennedy, Fiscal General, y al propio presidente antes de
ser autorizado a tener un primer contacto con el embajador cubano en
Naciones Unidas, Carlos Lechuga. Atwood, para respaldar su iniciativa de mediar
en una aproximación a Cuba, manejó las siguientes ideas:
“Este
memorando propone un curso de acción que, de tener éxito, pudiera excluir el
tema de Cuba de la campaña de 1964.
No
propone ofrecerle un “trato” a Castro –lo cual, desde el punto de vista
político, sería mucho más peligroso que no hacer nada. Sí propone una
indagación discreta acerca de la posibilidad de neutralizar a Cuba según
nuestras condiciones”.
(…)
Como
no pretendemos derrocar al régimen de Castro mediante el uso de la fuerza
militar, ¿hay algo más que podamos hacer para promover los intereses de los
Estados Unidos sin correr el riesgo de ser acusados de aplicar una política
contemporizadora?”
El segundo
documento tiene también la firma de unos de las figuras que tuvieron más
protagonismo en el acercamiento a Cuba del año 1963, Gordon Chase,
quien se desempeñaba como ayudante del Asesor para Asuntos de Seguridad
Nacional, McGeorge Bundy. Lo más importante a destacar de este documento es el
siguiente fragmento que amplia en cuanto a la propuesta de Chase sobre el curso
de acción a seguir con Cuba:
“Nuestra postura, por no decir nuestras palabras,
debería trasladar lo siguiente: “Fidel, estamos dispuestos a dejar que los
eventos sigan su curso actual. Pretendemos mantener, y cuando sea posible,
aumentar nuestra presión en su contra hasta derrocarlo y estamos más que
seguros de que triunfaremos. Además, puede irse olvidando de conseguir ‘otra
Cuba’ en el hemisferio. Hemos aprendido nuestra lección y no permitiremos ‘otra
Cuba’. Sin embargo, como personas razonables que somos, no vamos por su cabeza
ni tampoco disfrutamos con el sufrimiento del pueblo cubano. Usted sabe cuáles
son nuestras principales preocupaciones: el vínculo con los soviéticos y la
subversión. Si usted cree que está en condiciones de disipar tales
preocupaciones, probablemente podamos encontrar una manera de coexistir
amigablemente y construir una Cuba próspera. Si cree que no puede hacer
frente a nuestras preocupaciones, entonces olvídese del asunto; nosotros no
tenemos inconveniente en mantener la situación actual. Al mismo tiempo,
puede que le convenga tener en cuenta que si bien siempre nos interesará su
parecer sobre el vínculo con los soviéticos y la subversión cubana, obviamente
no podemos decirle en estos momentos que siempre estaremos dispuestos a
negociar con usted en los mismos términos”.
Luego le sigue el documento más
trascendental de los que he podido leer que demuestran fehacientemente la
disposición histórica de Fidel de sentarse a negociar con los Estados Unidos en
igualdad de condiciones y sin la menor sombra a la soberanía de Cuba o
abjuración a los principios proclamados y defendidos por la Revolución. Se
trata de un mensaje
verbal enviado por el líder cubano al presidente Johnson a través de la célebre
periodista norteamericana Lisa Howard.
A continuación aparece un
documento que revela un mensaje conciliador que también envió Fidel a Richard Nixon por intermedio del embajador Suizo en La Habana
Siguiendo el orden cronológico, aparecen
dos documentos pertenecientes a la administración Gerald Ford (1974-1977). El primero de ellos constituye una propuesta
muy interesante de estrategia negociadora de los Estados Unidos para avanzar
hacia la “normalización” de las relaciones con Cuba. Y el segundo un resumen
de las más importantes conversaciones secretas sostenidas en ese período entre
ambos países.
Finalmente de la administración James Carter (1977-1981) 4 documentos que considero de gran
importancia. Dos salidos de la mano de Robert
Pastor, asistente para América Latina del
Consejo de Seguridad Nacional, e indudablemente, uno de los hombres más
inteligentes que desempeño un rol destacado en el diseño y la implementación de
la política hacia Cuba en esos años. Su memorándum de agosto de 1977 a Brzezinski, revela
que tenía criterios diferentes a los de este último y los del propio Carter en
cómo había que enfocar la política hacia Cuba. A su entender, como expresó al
asesor para asuntos de seguridad nacional, condicionar el avance del proceso de
normalización de las relaciones con Cuba a la retirada de sus tropas de África
resultaba el “instrumento equivocado” que no lograría ni la normalización, ni
que Cuba retirara sus tropas de África. La historia demostró que estaba en lo
cierto.
También se expone la directiva presidencial de
Carter de marzo de 1977 donde ordena intentar avanzar
hacia la “normalización” de las relaciones con Cuba, único documento de su tipo
firmado por un presidente de los Estados Unidos, al menos hasta el segundo
mandato de Obama. Se incorpora un
documento de Brzezisnki donde
señala malévolamente que las conversaciones con Fidel en diciembre de 1978
tenían solo el propósito de “sonsacar” al líder cubano. Hay que decir que
Brzezinski se convirtió en una enemigo visceral de la normalización de las
relaciones con Cuba, debido que a que su enfoque –diferente al que sostenía el
Departamento de Estado- era que la Isla simplemente constituía un satélite de
los soviéticos en África, por lo tanto, los asuntos cubanos no debían
discutirse con La Habana sino con Moscú. Todo lo veía por el lente del
conflicto Este-Oeste. [i]
Finalmente
las palabras de Obama, las
más transparentes de todas las que ha pronunciado en cuanto a cuáles son las
intenciones del “nuevo enfoque” de política hacia Cuba anunciado el 17D y que
convierten a la guerra cultural contra Isla en el epicentro fundamental de la
política, sin renunciar a utilizar, de acuerdo a las circunstancias el garrote
y la zanahoria. Quizás algunos señalen que esto no es necesario advertirlo pues
no se puede esperar que Estados Unidos cambie las esencias de su política
imperial, pero por desgracia no son pocos los que se confunden y engañan, tanto
en Cuba como en el mundo. Ello no le resta significación al cambio en los
instrumentos que significa la política anunciada el 17D. Al hacer el anuncio,
la administración Obama, si bien incorpora una serie de elementos inéditos en
la política hacia Cuba, le da continuidad a otros numerosos aspectos de la
estrategia hacia la Isla que persiguieron las administraciones Ford y Carter.
[i] Para ampliar véase Elier Ramírez Cañedo y Esteban Morales,De la confrontación a los intentos de “normalización”. La política de los Estados Unidos hacia Cuba, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2014.
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